El confinamiento afecta a los animales urbanos
Voluntarios de asociaciones que colaboran con el Ayuntamiento pueden acercar comida para las colonias que atienden habitualmente
El confinamiento afecta a las personas, pero también a los animales. La Federación de asociaciones de protección animal de la Comunidad de Madrid señala que sin la rutina habitual en las calles quedan “abandonados” 400 gatos de distintas colonias a los que habitualmente ofrecen agua, comida y atención veterinaria. Los gorriones, las palomas o los pavos reales también están notando la cuarentena.
Según la presidenta de Asociación Nacional Amigos de los Animales, Pilar del Cañizo, los anima...
El confinamiento afecta a las personas, pero también a los animales. La Federación de asociaciones de protección animal de la Comunidad de Madrid señala que sin la rutina habitual en las calles quedan “abandonados” 400 gatos de distintas colonias a los que habitualmente ofrecen agua, comida y atención veterinaria. Los gorriones, las palomas o los pavos reales también están notando la cuarentena.
Según la presidenta de Asociación Nacional Amigos de los Animales, Pilar del Cañizo, los animales del Parque de Almansa, el Parque Juan Carlos I, El Retiro y el Jardín Botánico quedan desatendidos sin las atenciones humanos. Además, los peces y las tortugas necesitan que alguien vaya a alimentarles, y los faisanes, los patos o los pavos reales comienzan a intentar saltar las vallas de los recintos.
Imágenes en redes sociales como varios pavos reales del Parque del Retiro caminando por la calle O’Donnel, al lado del recinto, tuvieron cierta difusión en redes sociales. Habían saltado las vallas de sus zonas. Ante las quejas de asociaciones y ciudadanos particulares, el Ayuntamiento decidió que los voluntarios acreditados puedan acercarse al Retiro y al Juan Carlos I para alimentar a las colonias felinas en unos horarios determinado en unos días de la semana. El voluntario deberá presentar el carné expedido por Madrid Salud de colonia felina, junto a su DNI, y entregar el alimento a un operario municipal.
La Federación de asociaciones de protección animal de la Comunidad de Madrid considera que estas medidas pueden resultar un grave detrimento para el bienestar y supervivencia de los animales. “Es necesaria la intervención de los voluntarios autorizados para colaborar con los trabajadores de la empresa encargada del Parque, para una correcta distribución del alimento”, asegura Del Cañizo.
La presidenta de Pacma, Laura Duarte, explica que las voluntarias que alimentan a las colonias como la de la Casa de campo han tenido muchos problemas con la policía a pesar del real decreto, que especifica que se pueden alimentar a los animales durante el estado de alarma.
Para Miguel Ángel Hernández, biólogo y miembro de Ecologistas en Acción, esta situación puede ayudar a reequilibrar la fauna urbana, aunque insiste en que hay que dar más tiempo para evaluar bien la situación. Habla del caso de las palomas, las cotorras argentinas, los gorriones o las tórtolas turcas. “Son animales que están acostumbrados a buscar comida entre nosotros y muchos están incluso mal alimentadas. Puede pasar que ahora no encuentren el sustento al que están acostumbrados y se produzca un reequilibrio”, analiza Hernández.
Por su parte, SEO Birdlife ha explicado recomienda no dejar comida en las ventanas para las aves. “En primavera, las aves disponen de una variada oferta de alimentos naturales (como brotes, flores, frutos, insectos) y por ello no suele ser necesario el aporte adicional de alimento proporcionado por las personas, especialmente en lugares cercanos a zonas verdes”, explica la organización. Y añade: “La comida aportada por la presencia habitual de personas en la calle, rara vez es adecuada para las aves”.
Un perro como salvoconducto para salir
Las protectoras de Madrid han dejado muy claro que esta no es una época de acogida de animales, ni de adopciones. En las redes sociales han estado circulando bulos sobre personas que han adoptado perros para usarlos como salvoconducto para salir de casa durante el confinamiento. “Los albergues no están abiertos al público por lo que no estamos recibiendo peticiones de adopción”, dice Arancha Sanz, abogada de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Madrid (SPAP). Por su parte, la perrera de Madrid también está cerrada, solo van los trabajadores para las tareas más básicas. “Si esto llegará a ocurrir sería muy irresponsable porque solo están usando a los perros para poder salir a la calle y cuando acabe esta crisis los van a abandonar”, dice Sanz.
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