Tercer intento de la Audiencia para celebrar el macrojuicio por el alijo de coca del Titán III

Los cambios de abogados, que han ido dilatando la resolución del caso, obligan al tribunal a excarcelar a dos de los acusados en marzo pasado

Efectivos policiales muestran el alijo de cocaína incautado a narcos gallegos.Salvador Sas (EL PAÍS)

La sección quinta de la Audiencia de Pontevedra hará el tercer intento de juzgar este martes a los 21 acusados por el alijo de 1.700 kilos de cocaína apresado a bordo del remolcador panameño Titán III en agosto de 2018. Los cambios de abogados han ido dilatando este proceso que supuso el regreso a la primera fila del tráfico de cocaína de históricos traficantes gallegos y la vuelta de los clásicos transportes que instauraron este negocio hace casi cuatro décadas.

La última suspensión obligó al tribunal a poner en libertad sin fianza a dos de los principales encausados en este juicio que...

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La sección quinta de la Audiencia de Pontevedra hará el tercer intento de juzgar este martes a los 21 acusados por el alijo de 1.700 kilos de cocaína apresado a bordo del remolcador panameño Titán III en agosto de 2018. Los cambios de abogados han ido dilatando este proceso que supuso el regreso a la primera fila del tráfico de cocaína de históricos traficantes gallegos y la vuelta de los clásicos transportes que instauraron este negocio hace casi cuatro décadas.

La última suspensión obligó al tribunal a poner en libertad sin fianza a dos de los principales encausados en este juicio que permanecían en prisión. El hostelero Mario Otero, expresidente del Club Boiro de su pueblo, y el armador de Huelva Pedro Rodríguez, dueño del Titán, el carguero nodriza que transportó el alijo desde la Guayana francesa. El tribunal les impuso medidas cautelares, como la retirada del pasaporte y la prohibición de abandonar el país a petición del fiscal.

El juicio se reanuda con la previsión de que el 20 y 21 de julio se aborden las cuestiones preliminares y la declaración de los acusados arrancará el 20 de septiembre y principios de octubre. Los implicados afrontan condenas de entre 9 y 13 años de prisión y multas de hasta 300 millones de euros, por la cantidad de droga intervenida y la valoración del alijo que superaba los 60 millones de euros.

De los 30 detenidos en esta operación, nueve de ellos quedaron fuera de la acusación, entre ellos, tres miembros del clan de Los Charlines. Los nombres de Manuel Charlín, su hijo Melchor y su sobrino José Benito aparecieron en la investigación como implicados en los preparativos de un envío de cocaína que más tarde se frustró por la falta de infraestructura y liquidez económica por lo que quedaron relegados de la operación.

Otro de los que también quedó fuera del procesamiento es el empresario de Cambados José Andrés Bóveda, alias Charly, implicado en un principio en la logística del transporte del grupo, así como los hermanos de Toledo Marcos y Enrique Echevarría, dos empresarios del sector de la automoción. Ambos estuvieron supuestamente vinculados al presunto fugitivo Paul Wouter que fingió su muerte. A este exmilitar de origen brasileño, pero afincado en Marbella, le busca la Interpol y aunque será una referencia en los interrogatorios, es un gran fiasco para este juicio.

Según la acusación del fiscal, en el organigrama del grupo que diseñó la descarga de la cocaína está el histórico narco Jacinto Santos Viñas, su mujer y su hijo Diego. La familia formaba parte de la dirección de la banda junto a Mario Otero Díaz y su hijo Daniel, Víctor Manuel Pérez Santos, Luis Manuel Rodríguez Parada, Rafael Díez Martínez y el armador del Titán, el andaluz Pedro Rodríguez. También aparecen en la lista de acusados Serafín Pego, que puso el pesquero Sempre Cacharelos para recoger el alijo.

Las escuchas telefónicas han sido el principal medio de prueba contra los 21 imputados, pinchazos que permitieron a la policía poder seguir durante casi un año a los actores de esta operación y el rastro del cargamento de cocaína para capturarlo. El intento de los narcos se frustró en plena maniobra de aproximación del pesquero al barco nodriza para recoger la droga que luego sería alijada en varias planeadoras para desembarcarla en las costas de Galicia.

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