Un error de Vox aplaza el nuevo Ayuntamiento de León
El partido ultra quiere llevar al Tribunal Constitucional la anulación de 477 papeletas que tenían dos candidatos menos de los exigidos
Los ayuntamientos de las capitales de provincia de España van tomando forma. Salvo el de León. Los pactos, mayorías absolutas o alianzas inimaginables se miran con resignación desde la política municipal leonesa, donde deberán esperar todavía unas semanas para confirmar los colores de su consistorio. Todo, por culpa de 477 papeletas, 477 votos a Vox que la Junta Electoral Central ha considerado inválidos por...
Los ayuntamientos de las capitales de provincia de España van tomando forma. Salvo el de León. Los pactos, mayorías absolutas o alianzas inimaginables se miran con resignación desde la política municipal leonesa, donde deberán esperar todavía unas semanas para confirmar los colores de su consistorio. Todo, por culpa de 477 papeletas, 477 votos a Vox que la Junta Electoral Central ha considerado inválidos porque se diseñaron mal: formaban parte de un conjunto de 130.000 papeletas impresas erróneamente, pues incluían solo 25 y no 27 potenciales concejales.
La extrema derecha va a llevar el caso al Tribunal Constitucional porque, de ser aceptadas, cosecharía un edil más, el tercero, en perjuicio del PSOE. No obstante, el cambio potencial no alteraría los bloques de una gobernabilidad aún por resolver. Los plazos entre resoluciones han aplazado la conformación consistorial hasta el 7 de julio, en pleno verano. La configuración actual, con once concejales socialistas, nueve del PP, cinco de la Unión del Pueblo Leonés (UPL) y los dos de Vox, saltaría a diez del PSOE y tres ultras si la justicia atiende los recursos hasta ahora denegados por la Junta Electoral de Zona, la Central y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL). De ser aceptado, UPL seguiría teniendo la llave de la nueva estructura del poder municipal de León. En el anterior mandato esta formación ayudó indirectamente al alcalde, José Antonio Díez (PSOE), y ahora el antirregionalismo que destila el partido ultra aleja en principio a UPL de apoyar al bloque de derechas.
Vox se dio cuenta de error el 24 de mayo y pidió por sus redes sociales y mediante los medios de comunicación que su electorado no metiera esos votos incorrectos en los sobres. Esos sufragios, alertaron, corrían el riesgo de no ser computados y rogaban a los suyos que cogieran las papeletas repartidas apropiadamente en los colegios electorales.
Finalmente, pese a que enviaron otro lote con los 27 nombres correctos e incluyendo a los dos últimos, Alfonso Soto y Luisa María Suárez, hasta 477 personas confiaron en Vox con la papeleta equivocada. La presidenta de la Junta Electoral de Zona en León, Beatriz Serrano, anunció la nulidad de dichos votos porque “el elector no estaba informado de la totalidad de la candidatura”. “Mantenemos la nulidad de estos votos y de todos los que en el pasado domingo [por el 28 de mayo] fuesen declarados nulos por esa misma razón”, alegó.
La resolución rompía así los argumentos de los perjudicados, pues el vicepresidente de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, confiaba “en el criterio, la prudencia y el sentido democrático” de la autoridad electoral para aceptar una papeleta “perfectamente válida, [que] pone de manifiesto su clara voluntad de votar a Vox”. El “error de imprenta”, agregaba, no debería truncar la validez de los sufragios.
La petición de Buxadé fue desestimada y su partido elevó la causa a la Junta Electoral Central, también sin éxito. “Para validar una papeleta es preciso que los candidatos y su posición en la lista coincidan con los indicados en la candidatura proclamada y según el orden de esta, sin que, en consecuencia, la Junta Electoral de Zona pueda validar papeletas que no se ajustan al modelo oficial”, zanjaba el dictamen de este órgano. “Las Juntas Electorales no pueden homologar papeletas que no se ajusten al modelo oficial”, abundaba el pronunciamiento, recordando que se rechazó la papeleta que no incluía a todos los candidatos.
“El error cometido por la formación política, al confeccionar papeletas que no se ajustaron al modelo oficial homologado anteriormente, no puede llevar a exigir la homologación de una papeleta incorrectamente elaborada por no incluir algunos candidatos”, aclara. Vox ha rechazado la petición de EL PAÍS de acceder a sus recursos y a la documentación oficial durante este proceso.
Portavoces del PSOE prefieren no entrar a valorar lo ocurrido y remarcan la libertad de Vox para recurrir a las instancias judiciales. El probable concejal de UPL Eduardo López Sendino cree “legítimo” el empeño de Vox, pero destaca cómo las juntas electorales han rechazado el movimiento: “No parece que la justicia ampare sus pretensiones, lo importante es que el resultado, un concejal discutido, no es relevante para la actual situación y Vox es irrelevante en el Ayuntamiento y en la Diputación”.