Deià, el pueblo de Mallorca que no elige entre PP o PSOE
Un partido de izquierda ecologista local y una nueva formación, escisión de un partido regionalista, aspiran a gobernar el pequeño municipio de la sierra mallorquina
Con apenas 600 habitantes, Deià es uno de los municipios más fotografiados de Mallorca. Enclavado en plena sierra de Tramuntana, sus calles empedradas y casas tradicionales a un paso del azul Mediterráneo atraen a miles de visitantes cada año. Hogar del escritor Robert Graves, hervidero cultural internacional y refugio de grandes fortunas, ...
Con apenas 600 habitantes, Deià es uno de los municipios más fotografiados de Mallorca. Enclavado en plena sierra de Tramuntana, sus calles empedradas y casas tradicionales a un paso del azul Mediterráneo atraen a miles de visitantes cada año. Hogar del escritor Robert Graves, hervidero cultural internacional y refugio de grandes fortunas, este próximo 28 de mayo votará para elegir entre dos opciones para gobernar la localidad y ninguna pasa por el PP o el PSOE. Deià es uno de los municipios, junto con Vilafranca de Bonany, Banyalbufar o Petra, en el que no hay presencia de listas de populares o socialistas, las formaciones mayoritarias que presentan candidatos en 50 de los 53 municipios de la isla.
“No encuentran a nadie que se presente porque la gente se da cuenta de lo que faltan a la verdad los partidos tradicionales”, dice sobre la ausencia de los dos grupos mayoritarios Francisco Javier Salas, exalcalde de la localidad y candidato a la alcaldía por la formación regionalista Per Balears. Su partido se presenta en otros dos municipios de la isla y nace de una escisión de Proposta per les Illes (El PI), formación por la que Salas concurrió a los comicios locales de 2019. “En las pasadas elecciones, Agrupació Deià me dio una buena tunda, sacaron cinco concejales y nosotros nos quedamos con dos”, cuenta. Él fue alcalde por Unió Mallorquina y después por el PP, hasta que abandonó el partido en 2015, descontento con la política del entonces presidente del partido, José Ramón Bauzà.
Salas solo se batirá en duelo con Agrupació per Deià (A Deià), una coalición de electores convertida ahora en un partido de izquierda ecologista de la localidad que ha gobernado los últimos cuatro años bajo la vara de mando del primer edil de progresista que ha tenido el pueblo en su historia, Lluís Apesteguia, que este 28-M concurre como cabeza de lista al Parlamento autonómico de Més per Mallorca, formación econacionalista que actualmente gobierna las islas en un pacto junto al PSOE y Podemos. “Hacía 40 años que gobernaba la derecha en Deià y decidimos que no concurrirían los partidos supramunicipales para priorizar que la candidatura que teníamos progresista tuviera más posibilidades de gobernar”. Algo que Apesteguia, que también es número 2 en la lista local el próximo domingo, espera que vuelva a ocurrir en la próxima legislatura con la cabeza de lista a la alcaldía Cristina López, que no ha atendido a las peticiones de entrevista de El País.
En el PSIB-PSOE reconocen la dificultad de presentar listas propias en Deià, pero afirman que participan en la vida política del pueblo con su apoyo a Agrupació per Deià. “Lo único que hacemos en pueblos tan pequeños si presentamos lista es dividir a la izquierda. En las localidades de la sierra de Tramuntana es complicado hacer candidaturas, porque se suelen presentar muchas agrupaciones vecinales”, explica el secretario de organización del PSIB-PSOE, Cosme Bonet. En estos casos, apuestan por hacer coaliciones con los partidos locales o integrarse en candidaturas “más amplias” que incluyen a otras formaciones.
Para el PP también ha sido imposible presentar lista en el pueblo porque todavía están pasando “las consecuencias de la legislatura de José Ramón Bauzà”, según explica el portavoz de campaña del PP de Baleares, Sebastià Sagreras. En las elecciones locales de 2015, la que hasta entonces había sido alcaldesa por los populares, Magdalena López, renunció a ir bajo la marca de los conservadores ante su posible imputación por un delito de prevaricación en una causa judicial tras una denuncia de la oposición. Los integrantes del partido en la localidad se presentaron a los comicios bajo la marca Junts per Deià y ganaron. Sin embargo, en las elecciones de 2019, ya no concurrieron y el PP no logró confeccionar una candidatura bajo sus siglas. “En los municipios en los que hemos gobernado muchos años los relevos son mucho más difíciles. En Deià lo hemos tenido complicado, pero lo seguiremos intentando” aclara Sagreras.
Saturación turística
Mientras Agrupació per Deià representa la izquierda ecologista, Per Balears se muestra como un partido de centro regionalista. Sin embargo, más allá de las convicciones, quienes participan de la vida política local hablan de una relación “muy buena” entre miembros de gobierno y oposición en un pueblo en el que todos se conocen. El alcalde y el líder de la oposición incluso participan juntos en el grupo de teatro amateur. “Cada uno tiene su manera de ver las cosas, pero desde la oposición no hemos votado en contra de ni una sola de las iniciativas que ha presentado Agrupació per Deià. Llevaban muchos años intentando gobernar y tenían que demostrar cómo lo hacían. Ahora el pueblo ya puede elegir sabiendo” dice Salas. El alcalde saliente habla de una oposición “muy respetuosa” que les ha dejado impulsar las iniciativas que han querido adoptar en un pueblo con una presión “elevadísima” por la saturación turística y su ubicación en plena sierra y a un paso del mar.
Tal es la tensión que ha sufrido el pueblo en los últimos años que el pasado abril tomaron la decisión de cancelar todas las actividades de gran afluencia en el municipio para evitar situaciones de “saturación y masificación” que hacen insostenible la vida de los residentes en la localidad. La última edición de una feria sobre vino mallorquín celebrada a finales de ese mes provocó el bloqueo de la única carretera de acceso al pueblo, dificultando el tráfico por las decenas de coches aparcados en los arcenes y entorpeciendo el acceso a los vehículos de emergencia. “La presión que recibe Deià siempre ha sido elevadísima, pero últimamente la cosa ya es ridícula, la saturación es agobiante y nos hace vivir mal, tenemos que luchar para no ser un decorado” dice Salas. Coincide Apesteguia, que cree que en esta legislatura se ha logrado introducir cambios y aplicar iniciativas en favor del “decrecimiento y la contención urbanística” con políticas a favor de quienes viven en la localidad. “Las visitas tienen que ser consecuencia de que seamos un pueblo en el que se viva bien, no al revés” sostiene.