Mónica García, portavoz y doctora

La candidata de Más Madrid venía del atletismo y de las movilizaciones de las mareas blancas

Cartel de Más Madrid. En vídeo, Mónica García, vista por Juan José Millás,Vídeo: VÍCTOR SAINZ / EPV

Mónica García no nació a la notoriedad política desde las entrañas mismas de la vida pública, al modo, por ejemplo, de Isabel Díaz Ayuso, o de Santiago Abascal o de tantos otros que no han conocido maneras alternativas de ganarse la vida. El de Abascal es un caso curioso porque al independizarse económicamente del PP para montar su propio negociado confesó que él, hasta entonces, había vivido de la sopa boba de los “chiringuitos políticos”, ese chollo al que ahora denuncia sin rubor porque desc...

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Mónica García no nació a la notoriedad política desde las entrañas mismas de la vida pública, al modo, por ejemplo, de Isabel Díaz Ayuso, o de Santiago Abascal o de tantos otros que no han conocido maneras alternativas de ganarse la vida. El de Abascal es un caso curioso porque al independizarse económicamente del PP para montar su propio negociado confesó que él, hasta entonces, había vivido de la sopa boba de los “chiringuitos políticos”, ese chollo al que ahora denuncia sin rubor porque desconoce los principios de la lógica.

¿Le quitó votos aquel desvarío metódico? Al contrario, ahí comenzó su despegue.

Mónica García, en cambio, vino de fuera, del 12 de Octubre, para ser exactos, donde trabajaba como anestesióloga. El 12 de Octubre es un importantísimo complejo hospitalario de la Comunidad de Madrid en el que se practican todas las especialidades y se investiga todo lo investigable. Un hospital de referencia, en fin. Si lo buscas en Google, lo primero que te aparece es una página de hoteles cuyo prestigio se basa en el hecho de hallarse cerca de sus instalaciones. Hoteles de cinco, de cuatro, de tres, de dos y de una estrella que funcionan, suponemos como salas de espera para quienes, proceden de otras comunidades y llegan a la capital para hacerse un cateterismo. O un trasplante.

Lo que queremos decir es que García no era, como tantos y tantas, un producto de la endogamia política. Lo suyo, como el movimiento del 15-M, fue un embarazo extrauterino, un embarazo producido fuera del sistema y cuya viabilidad suele ser nula. Pero así había nacido el 15-M en la Puerta del Sol, un lugar excéntrico respecto del Congreso de los Diputados, aunque cercano a él, como sucede con las gestaciones ectópicas, que se dan en los alrededores de la matriz. El 15-M entró finalmente en el Congreso (en el útero) a través de Podemos, que había devenido en su prolongación institucional.

Mónica García, de 47 años, venía también del atletismo y de las movilizaciones llevadas a cabo por las mareas blancas que, si ustedes recuerdan, organizaron, hacia 2012 o 2013, numerosos actos para denunciar los recortes llevados a cabo por el PP en la sanidad pública madrileña. En 2015 salió elegida diputada por Podemos y en 2019 por Más Madrid, formación en la que recaló tras la ruptura de Errejón con Iglesias. Durante estos años ha desempeñado la portavocía de Sanidad sin dejar de ejercer como doctora, pues logró compatibilizar las dos tareas.

¿Significa ese historial que hay que votarla? Para nada. Cada uno vota a quien le da la gana. ¿Votaría yo a Galeno, dado el respeto que me merece la profesión médica? Tendría que pensarlo, sobre todo si se presentara también Hipócrates, autor de una de las frases más pertinentes de la historia: “Ante todo, no hagas daño”.

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