Las juventudes de ERC validan el pacto para hacer ‘president’ a Salvador Illa

La decisión de Jovent Republicà se produce la víspera de que el presidente del Parlament Josep Rull inicie la ronda de consultas con todos los partidos

Salvador Illa (PSC) fija la mirada en el president en funciones, Pere Aragonès (ERC).Alejandro García (EFE)

Luz verde para la investidura de Salvador Illa como president de la Generalitat. Las juventudes de Esquerra Republicana, Jovent Republicà, han acordado este lunes validar el reciente acuerdo cerrado por la dirección de ERC con el PSC para que Illa sea avalado en el Parlament, en un pleno que se puede celebrar este mismo jueves. La decisión de Jovent Republicà se ha consensuado en un consejo nacional extraordinario y disipa las dudas que se habían posado sobre el sentido del voto de la diputada Mar Besses, representante de Jovent Republicà en el grupo parlamentario de Esquerra. El presidente del Parlament, Josep Rull, dará inicio este martes la ronda de contactos con las distintas formaciones políticas para evaluar los apoyos que tiene Salvador Illa de cara a su investidura. Mientras, Junts mantiene total secretismo sobre como se producirá el retorno a Cataluña Carles Puigdemont. Pese a que hay una orden de arresto sobre él, el expresident se ha comprometido públicamente a regresar coincidiendo con el debate de investidura.

El encuentro que han llevado a cabo en Barcelona las juventudes del partido republicano, a puerta cerrada, acaba con el debate interno en Esquerra acerca de la conveniencia de que una fuerza independentista avale la elección de un president del PSC. La militancia de Esquerra validó el viernes en una votación el pacto alcanzado por Marta Rovira, secretaria general de ERC, con Salvador Illa. El sí al acuerdo ganó por solo 550 votos (3.397, el 53,5%) de diferencia frente a un 44,8% (2.847). Solo faltaba el visto bueno de Jovent Republicà, la facción juvenil de la formación, que cuenta con la representación de una diputada, Mar Besses, en el grupo parlamentario. Jovent Republicà matiza en un comunicado que el suyo es un “sí crítico” y remarca que contempla la operación con “una clara desconfianza hacia el cumplimiento de este acuerdo, a causa de la falta de diligencia en los cumplimientos de acuerdos anteriores por parte del PSOE”.

El ajustado reparto de fuerzas que hay en el Parlament de Catalunya implica que Salvador Illa, además del apoyo de los 42 diputados del PSC, necesite tener de su lado todos los votos de ERC (20) y de los Comuns (6). Si al plan no le surgen grietas, Illa se asegura la mayoría de la cámara, pero un solo renuncio le costaría la investidura. Con este escenario, toda la atención estaba puesta este lunes en el consejo nacional extraordinario convocado por Jovent Republicà. Varias fuentes de Esquerra habían dado a entender que no era de esperar ningún desmarque de los juveniles al acuerdo alcanzado por la dirección de ERC. Preguntada expresamente sobre el tema, la propia Marta Rovira había vaticinado que se validaría el pacto: “Solo puedo decir que estoy convencida de que tendremos un acuerdo, que será así y que, sobre todo, tenemos que respetar los procesos internos de todas las organizaciones”, dijo el viernes. La portavoz de la formación, Marta Vilalta, pidió “máxima responsabilidad” a Jovent Republicà a la hora de afrontar la toma de decisiones. En el pasado, Jovent Republicà discrepó de un acuerdo, que finalmente quedó en nada, que había suscrito el Govern de ERC con el Gobierno por la ampliación del aeropuerto de Barcelona-El Prat.

Las relaciones entre el Jovent Republicà y ERC están marcadas por un protocolo que no establece que siempre se tenga que votar igual, pero sí siempre “bajo la línea política general y la dinámica electoral emprendida por Esquerra Republicana”.

Jovent Republicà, tras las elecciones del 12-M, publicó un comunicado en el que se advertía sobre el rechazo que genera en sus filas la investidura de un president del PSC. En concreto, la agrupación juvenil aseguraba que no podían permitir que “el unionismo se apodere del Govern de Cataluña” y acusaba a Illa de “compartir el modelo de país con la derecha más sucursalista”. En la nota publicada se subrayaba que la celebración de un referéndum de independencia tiene que ser una condición principal para negociar.

“Hemos dicho que sí a una hacienda catalana, a recaudar el 100% de los impuestos, a recaudar el primer ejercicio del IRPF en 2026. A tenerlo todo listo para ello”, aseguró públicamente Marta Rovira la semana pasada.

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En las filas de Jovent Republicà tampoco generaba entusiasmo la otra opción que tenía Esquerra sobre la mesa tras las elecciones catalanas: un acercamiento a Carles Puigdemont. El líder de Junts quedó en segundo lugar la noche del 12 de mayo, con siete escaños menos que Salvador Illa, pero digirió la derrota reclamando insistentemente un frente común de los partidos independentistas, esto es Junts, ERC y la CUP, para bloquear el camino de Illa hacia la presidencia de la Generalitat. Puigdemont incluso ha defendido que la suya podría ser una “mayoría más coherente”, pese a que la suma del independentismo se queda con 59 escaños en el Parlament, a nueve de la mayoría absoluta. Junts y Puigdemont esgrimieron durante semanas la posibilidad de que el PSC se abstuviera para hacerle president a él y evitar la repetición electoral en Cataluña. “No daremos apoyo gratis a quien vive del independentismo mágico y vacío de propuestas realistas”, destacaba el comunicado de Jovent Republicà.

Carles Puigdemont ha atacado públicamente a Esquerra tras su acuerdo con el PSC. El sábado, en una larga carta que publicó en la red X, el líder de Junts acusó a ERC de facilitar su detención en cuestión de “muy pocos días” al apostar por votar a favor de la investidura del candidato socialista. Con un contundente comunicado, la ejecutiva de los republicanos respondió este lunes y le exigió una rectificación, además culparle de “azuzar” el odio entre independentistas y de querer excluirlos del movimiento. En su escrito, la dirección de Esquerra le afea a Puigdemont sus afirmaciones, y dice que es una “ofensa” que el expresident diga que su posible detención sería culpa de ERC.


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