ERC avanza en la negociación con la CUP para presionar a Junts

Los de Carles Puigdemont centran las conversaciones en la unidad de acción independentista del futuro Govern

Los diputados electos de la CUP, Xavier Pellicer y Laia Estrada, durante la rueda de prensa de este martesCUP (Europa Press)

Las agendas de la negociación para lograr conformar un nuevo Ejecutivo independentista en Cataluña tienen focos distintos. A falta de diez días para que expire el plazo legal para constituir el nuevo Parlament, el ritmo entre las tres partes afectadas (ERC, Junts y la CUP) es desigual. Mientras los republicanos y los anticapitalistas ya aterrizan las negociaciones, por ejemplo, al futuro del ámbito sanitario, (se han reunido este martes), la...

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Las agendas de la negociación para lograr conformar un nuevo Ejecutivo independentista en Cataluña tienen focos distintos. A falta de diez días para que expire el plazo legal para constituir el nuevo Parlament, el ritmo entre las tres partes afectadas (ERC, Junts y la CUP) es desigual. Mientras los republicanos y los anticapitalistas ya aterrizan las negociaciones, por ejemplo, al futuro del ámbito sanitario, (se han reunido este martes), las conversaciones de los de Pere Aragonès con Junts avanzan mucho más lentamente y parecen aún encalladas en diseñar la unidad de acción independentista del futuro Ejecutivo. Su último encuentro público fue hace una semana y ninguna de las dos partes ha informado de una reunión que ha tenido lugar este martes. ERC intenta presionar a Junts sugiriendo una mayor fluidez con la CUP pero, al final, ambas partes son necesarias si se quiere reeditar la actual coalición de Govern.

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“En las negociaciones, con la CUP hemos entrado mucho más a fondo y hemos hablado de la hoja de ruta y también del momento del país. Y eso con Junts nos está costando más”, ha aceptado también este martes en una entrevista a Ràdio 4 el diputado electo Sergi Sabrià, miembro del equipo que representa a los republicanos en los diálogos con las otras formaciones. Al margen de que tienen la llave de la investidura (ERc y Junts suman 65 escaños y la mayoría absoluta está fijada en 68) para los republicanos es clave que los anticapitalistas se involucren más en el Govern, ya que lo ven como una manera de reforzar el giro hacia la izquierda y poder tener una voz más que, en algún momento, pueda ayudar a neutralizar la tendencia neoliberal de Junts.

Los de Carles Puigdemont insisten en que la soberanía es la única manera de garantizar de manera real que se pueda hacer frente a las necesidades de los catalanes ante la pandemia. Si bien el espíritu de la idea lo comparten los republicanos, en Junts creen que de entrada es necesario dejar clara cómo será la unidad de acción independentista este mandato y eso, según ellos, incluye la manera como los partidos se comporten en el Congreso.

“¿El diálogo es una opción? Es una opción. ERC lo ha defendido en la campaña electoral, y nosotros también decimos que el diálogo y la negociación son deseables. Probablemente, lo que tenemos que construir es qué significa cuándo hablamos de diálogo, con qué método, calendario y la agenda”, ha asegurado este martes en una entrevista a TV3 el líder de Junts, Jordi Sànchez.

La insistencia de Junts en concreciones en este punto ha hecho que las negociaciones avancen más lentamente de lo que inicialmente se deseaba -a lo que también hay que sumarle la derivada de los actos vandálicos de los últimos días en varias poblaciones catalanas- pero ERC está dispuesta a querer forzar el ritmo. El pasado lunes, la portavoz republicana Marta Vilalta explicó que este jueves Aragonès ofrecerá una conferencia en la que hará pública su propuesta de negociación de cuatro ejes: un plan de rescate social, un plan de reconstrucción y transformación pos-covid, un pacto antifascista, y establecer las bases para avanzar hacia la república catalana.

Es apuesta de largo ha venido acompañada de mostrar la sintonía con la CUP en el debate de temas sociales. Los anticapitalistas han informado que en la reunión de este martes han centrado sus reivindicaciones en el capítulo sanitario donde reclaman mejoras en las condiciones laborales del personal para que redunden en la calidad de la salud pública. La diputada Laia Estrada ha expuesto la necesidad realizar 13.000 nuevas contrataciones en el personal de enfermería para que el servicio se acerque a la media europea -ahora es de seis enfermeras por 5.000 habitantes cuando la media europea es de nueve-, que se devuelva a los funcionarios el 5% del salario recortado y las pagas que aún les deben. Esquerra gestiona el Departamento de Salud y Economía. Aragonès excluyó por falta de recursos la devolución del 5% en los últimos presupuestos que aprobaron con la abstención de los comunes.

La mesa sindical ha llamado a los trabajadores sanitarios a hacer una huelga el día 10. La CUP, que reclama la apertura de CAPs y plantas hospitalarias cerradas por la Covid, ha dado apoyo al paro. Xavier Pellicer, diputado electo, ha sostenido que esperan que la negociación sirva para detener las “hemorragias” en el ámbito represivo y de la vivienda y ahora confían en poner también medidas inmediatas en sanidad. Pellicer ha remarcado que es necesario abordar de forma “urgente” cambios en el modelo de los Mossos d’Esquadra al sostener que son “consensos” y “hemorragias de país” que requieren una transformación. “Stop bales de foam; stop a las acusaciones particulares; stop a que la brigada móvil (BRIMO) en los desahucios y stop en las malas praxis”, ha afirmado el diputado. ERC, sin embargo, sigue sin aclarar cómo piensa concretar estas propuestas en el corto plazo, más allá del compromiso de que el nuevo Parlament debata una reforma en el modelo de seguridad pública.

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