El auge del PSC vuelve a teñir de rojo el cinturón de Barcelona
Los socialistas son la primera fuerza en las principales ciudades de la metrópoli barcelonesa
En las elecciones autonómicas de diciembre de 2017, el color naranja se extendió como una mancha de aceite por todos los municipios que conforman la gran Barcelona metropolitana. El cinturón rojo de la ciudad, como se lo conoce por ser un histórico caladero de votos socialistas, pasó a manos de Ciudadanos. ...
En las elecciones autonómicas de diciembre de 2017, el color naranja se extendió como una mancha de aceite por todos los municipios que conforman la gran Barcelona metropolitana. El cinturón rojo de la ciudad, como se lo conoce por ser un histórico caladero de votos socialistas, pasó a manos de Ciudadanos. El domingo, los socialistas lograron rehacerse del golpe que supuso perder su feudo histórico y recuperó la mayoría de municipios. Mientras Ciudadanos cayó más de 20 puntos, el PSC remontó entre 10 y 16. Y confirmó la tendencia de las elecciones municipales de 2019, cuando recuperó la mayoría de alcaldías.
Ciudadanos se impuso en 2017 en ciudades tradicionalmente de clara hegemonía socialista y desplazó al PSC de la primera posición en aquellas autonómicas. Entre ellas, ciudades tan importantes como la propia capital, Barcelona, l’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet o Badalona. El resultado en las urnas del domingo le dio media vuelta a los marcadores políticos de esas ciudades y en muchas más del cinturón rojo: en l’Hospitalet, Ciudadanos perdió 25 puntos porcentuales y el PSC creció 16; en Santa Coloma de Gramenet, Ciudadanos cayó 27 puntos y los socialistas ganaron 18; y en Badalona, la formación naranja perdió 25 puntos frente al PSC , que subió 13. Los socialistas vuelven a ser la fuerza más votada.
En la circunscripción electoral de Barcelona, Ciudadanos solo ha retenido 5 de los 24 diputados en los que se impuso en 2017 y el PSC ha pasado de 13 a 23. Más allá del área metropolitana, el partido de Inés Arrimadas también escaló al primer puesto en las autonómicas de 2017 en ciudades como Granollers, Mataró, Martorell, Vilanova i la Geltrú, Rubí, Mollet, Sabadell y Terrassa. Y este domingo sufrió una estrepitosa caída en todas ellas de más de 20 puntos, frente a un PSC que recuperó el papel de fuerza más votada con un incremento de entre 10 y 13 puntos.
En esas mismas ciudades, Esquerra Republicana, sigue sumando votos y mejorando sus posiciones: es segunda por detrás del PSC con una distancia muy corta en algunas de ellas.
El voto del miedo
“Las razones del descalabro de Ciudadanos pueden ser varias. Una de las principales es que la coyuntura de diciembre de 2017 era muy distinta a la actual. Probablemente hace tres años la gente que tenía miedo a la aventura independentista se movilizó y votó a C’s porque era el partido más beligerante contra el independentismo —opina la socióloga Marina Subirats—. El PSC también confrontaba al independentismo pero de otra manera y respetando otras cuestiones importantes, como todo lo lingüístico. Desaparecida esa coyuntura, muchos votantes que entonces respaldaron a Ciudadanos ahora han vuelto al PSC. No se ha pasado la página del procés, pero no genera tanta angustia en parte de la población no independentista”. Añade Subirats, quien cree que hoy ya nadie se cree que se declare la República catalana mañana, que en esa coyuntura los antiindependentistas ven “más garantías” en un perfil como el del socialista Salvador Illa con un partido fuerte detrás.
Los momentos políticos de C’s y del PSC y el PSOE también han tenido un reflejo en el 14-F. Frente a un Ciudadanos en crisis con la marcha de Albert Rivera de la formación y el adiós de Inés Arrimadas como jefa de filas en el Parlament, se contrapone un PSOE en el Gobierno y un candidato del PSC, Salvador Illa, muy conocido por su responsabilidad como ministro de Sanidad. “Illa ha estado mejor valorado por su responsabilidad como ministro por los votantes de Ciudadanos que los socialistas. Y buena parte de los de Ciudadanos de hace tres años han vuelto al PSC. Las circunstancias son importantes en política y Ciudadanos está en descomposición frente a un PSOE en el Gobierno y un PSC que ha remontado la crisis en la que se sumió a partir de 2012”, apunta Lluís Orriols, profesor de Ciencia Política.
Ciudadanos es un partido con escasa estructura territorial, algo que, en opinión de Orriols, también puede ser un factor explicativo de su caída: “Los partidos que crecen, como ERC, lo hacen porque apuestan por la transversalidad. Los republicanos insisten en la idea de ampliar la base y eso les está dando una media de un 20% de representatividad en muchas ciudades con un crecimiento constante y homogéneo”.
La implantación en el territorio y la percepción del trabajo que se realiza es vital, en opinión de la alcaldesa socialista de Sabadell, la socialista Marta Farrés: “El PSC está donde tenía que estar, es un partido útil que trabaja con políticas de práctica diaria. Por eso los socialistas están en muchos municipios. A Ciudadanos más allá de un discurso que provoca crispación no se le puede identificar con nada más. Tuvo su momento en 2017 porque era un momento especial, pero las cosas cambian”.