Voladura de puentes entre Feijóo y Sánchez | El líder del PP: “Es más generoso con los verdugos que con las víctimas”; el presidente: “Ha igualado la infamia del 11-M”

El cara a cara en el Senado evidencia una campaña a cara de perro. El PSOE espera que la marcha atrás de Bildu devuelva la economía y la gestión al centro de la agenda

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, este martes en el Senado.Foto: CLAUDIO ÁLVAREZ | Vídeo: EPV

La marcha atrás de Bildu, retirando de sus listas electorales a los comicios municipales a siete candidatos condenados por delitos de sangre cuando pertenecían a ETA, no ha rebajado ni un gramo la tensión entre el PP y el PSOE. Al contrario, la rectificación parece haber envalentonado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que ha lanzado este martes un durísimo discurso contra Pedro Sánchez que recuerda a los peores mom...

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La marcha atrás de Bildu, retirando de sus listas electorales a los comicios municipales a siete candidatos condenados por delitos de sangre cuando pertenecían a ETA, no ha rebajado ni un gramo la tensión entre el PP y el PSOE. Al contrario, la rectificación parece haber envalentonado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, que ha lanzado este martes un durísimo discurso contra Pedro Sánchez que recuerda a los peores momentos de batalla política por la lucha antiterrorista, cuando ETA estaba activa y mataba todos los años. El presidente ha replicado reprochando al líder popular todas las veces que el PP ha intentado aprovechar en las elecciones el dolor de las víctimas. Feijóo quería que Sánchez se comprometiera a no pactar nunca más con Bildu, pero el presidente no ha dicho una palabra sobre eso y se ha concentrado en tratar de destruir la imagen de moderado con la que llegó al cargo el líder del PP. Si quedaba algún puente aún entre el PSOE y el PP, esta sesión en plena campaña electoral parece haberlos roto todos y augura una etapa aún más dura cuando se juegue la batalla final, la de las generales, a finales de año.

Ambos dirigentes se enfrentaban este martes en el último cara a cara en el Senado antes de las elecciones del 28-M. Entregado a la línea más dura de su partido y en una abierta competencia por el espacio de Vox, Feijóo ha lanzado una frase lapidaria a Sánchez nada más empezar: “Es usted un presidente más generoso con los verdugos que con las víctimas”. A muchos de los presentes les ha recordado a aquella frase que espetó Mariano Rajoy a José Luis Rodríguez Zapatero en 2005: “Usted ha traicionado a los muertos y ha revigorizado a una ETA moribunda”. Rajoy, dicen los suyos, se arrepintió de aquella frase, aunque nunca lo dijo públicamente. Cargos del PSOE y del PP habían acudido juntos a muchos entierros en el País Vasco. ETA mató a una docena de políticos de cada uno de los dos partidos en diferentes momentos.

Sánchez esperaba esta ruptura total de puentes, que ya coloca el asunto de ETA, una década después del anuncio del “cese definitivo” del terrorismo, como el centro absoluto de la campaña del PP. Y el presidente también ha optado por un discurso durísimo con la historia del PP, recordando no solo esos ataques de Rajoy a Zapatero, sino también las negociaciones de José María Aznar con ETA o las mentiras de su Gobierno tras el atentado yihadista del 11-M de 2004. Todo con la intención política de colocar a Feijóo en el peor lugar de la historia del PP, eliminando cualquier rastro de la imagen centrada con la que llegó el líder de la oposición a la política nacional.

Sánchez incluso lo puso al nivel de ese PP del 11-M, que fue derrotado en las urnas contra todo pronóstico por una movilización extraordinaria de la izquierda frente al intento del Gobierno en esos días de convencer a los españoles de que ese atentado de un comando islamista con 190 muertos era obra de ETA. “Tras el peor atentado de la historia de Europa, el PP mintió, mantuvo con descaro la mentira y difamó a las víctimas por un interés electoralista. Nadie podría superar aquella infamia. Pero usted hoy con sus palabras parece decidido a igualarla”, ha llegado a decir Sánchez. “Cuando en España ETA no es nada, para ustedes ETA es todo”, ha terminado.

La sesión de control en el Senado en plena campaña tiene así dos posibles visiones, según el lado del hemiciclo desde el que se mire. Para el PP, Feijóo ha logrado su objetivo principal: que la campaña gire alrededor de los pactos de Sánchez con Bildu y no de la gestión y los anuncios del presidente, que es lo que intentaba La Moncloa. Para el PSOE, Sánchez ha desnudado a Feijóo y ha demostrado que no tiene nada salvo recurrir una vez más a ETA, un clásico en las campañas del PP, pero con la enorme diferencia de que ahora hace más de 10 años que la banda dejó de matar —en 2018 anunció además su disolución— y, por tanto, creen en La Moncloa, ya no mueve ni un voto. Los populares tienen claramente la intención de estirar la polémica, porque Feijóo va a seguir exigiendo a Sánchez que garantice que no pactará nada con Bildu, pero en el PSOE creen que la rectificación del grupo de Arnaldo Otegi cerrará este asunto. “Feijóo se ha quedado sin campaña”, insisten en La Moncloa.

Los dos líderes hicieron un repaso de la historia reciente para golpear al otro con extrema dureza. “Estas son sus palabras, señor Sánchez: ‘Con Bildu no voy a pactar, si lo queréis lo digo cinco veces, veinte veces’. Hoy más que nunca queremos volver a oírlo, repítalo otra vez”. Feijóo atribuye la rectificación de Bildu a la presión social. “No renunciaron porque usted se lo haya exigido, sino porque lo hemos hecho el resto de los españoles sin usted. Se ha impuesto la democracia y la dignidad a pesar de usted. O rompe con Bildu o rompe con la decencia. No se puede sorber y soplar al mismo tiempo”.

Mientras, Sánchez tenía preparado un contundente recopilatorio de la historia del PP con ETA, de sus negociaciones y de su utilización política. “Vamos a decir verdades. La primera verdad es que la democracia española derrotó a ETA hace 12 años. ETA dejó de existir salvo para el PP y para Vox. Fue con un Gobierno socialista, el de Zapatero, con un ministro socialista, Rubalcaba, y con un lehendakari socialista. Y no pueden soportarlo”, ha arrancado el presidente. “La segunda verdad es que el PP, desde el Gobierno, negoció con ETA. Se rebajaron a la infamia de llamar a ETA, por boca de Aznar, ‘movimiento vasco de liberación nacional’. Con Miguel Ángel Blanco recién asesinado, el Gobierno del PP ese año acercó a 120 presos de ETA, excarceló a otros 311 y lo justificó Aznar diciendo que ‘tomar posesión de un escaño siempre es mejor que empuñar las armas’. Además, desde la oposición el PP hizo lo imposible para impedir el éxito en el empeño del Gobierno socialista de acabar con ETA”, dijo Sánchez entre rumores indignados del PP.

Después, en los pasillos, todos hablaban de líneas rojas superadas sin marcha atrás posible. Para el PSOE, Feijóo se ha ido con el sector duro presionado por Isabel Díaz Ayuso, y ha cruzado todos los límites con la frase de “más generoso con los verdugos que con las víctimas”. Para el PP, Sánchez cruzó el Rubicón al decir que los populares intentaron boicotear el fin de ETA. Pero el presidente lo tenía muy claro y siguió con su lista de “verdades”.

“Llegaron a acusar a Zapatero de ‘traicionar a los muertos’, y a Rubalcaba de ser colaborador de ETA con el caso Faisán. Fue el propio portavoz del PP, el señor [Borja] Sémper, quien dijo: ‘Lo importante es que ETA se ha acabado y que cuanto antes cambiemos el chip antes podremos construir el futuro que se tiene que construir también con Bildu”, ha rematado. Sánchez ha proseguido refiriéndose al portavoz en el Senado del PP, Javier Maroto, en su etapa como alcalde en Vitoria. Sánchez ha referido unas palabras del político popular entonces: “No me tiemblan las piernas por llegar a acuerdos con Bildu”, mientras en los escaños del PP se revolvían.

Feijóo no rebajó ni un ápice su discurso después de esta andanada. Atacó a Patxi López y volvió a la línea marcada, tal vez la más dura desde que está al frente del PP, muy lejos de aquella primera sesión de control en el Senado hace casi un año en la que dijo que no venía a insultar a Sánchez, sino a ganarle en las urnas y buscar acuerdos. “Le ha faltado dar las gracias a los asesinos. ¡Qué pena! 144 años de historia del PSOE para acabar a disposición de Bildu. Violadores, pederastas, sediciosos, okupas y ahora los que iban con pasamontañas, para todos usted es una gran esperanza electoral. Yo no lo seré nunca”, ha añadido, aludiendo, entre otras cosas, a las rebajas de penas a agresores sexuales que ha provocado la ley del solo sí es sí, y a la reforma del Código Penal pactada por el Gobierno con ERC con el objetivo de reducir el castigo a los líderes independentistas del procés.

En la última réplica, Sánchez cambió de tercio. El presidente intenta volver cuanto antes a la economía, donde cree que está su campaña ideal. “Usted prometió pactos y nada de insultos. Prometió centrar a su partido y ha abierto las puertas de par en par a pactos con la ultraderecha. Han pronosticado un apocalipsis que no llega. Lo que llega es la tasa de crecimiento mayor de la zona euro, la paz social que no se dio cuando ustedes estaban en el Gobierno, la creación de empleo. ¿Cuál es la propuesta del PP en vivienda? ETA, o sea, nada. ¿Y el cambio climático? ETA, o sea, nada. Para ustedes, ETA es todo”, remató Sánchez. La campaña ha dado un giro radical, y ahora queda por saber cuánto más aguanta el asunto que la ha roto, después de la marcha atrás de Bildu.

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