El Botànic sigue negociando los presupuestos sin visos de que se cumplan los plazos
La falta de acuerdo entre PSPV, Compromís y Unides Podem obligará a que las cuentas aprobadas para 2021 se prorroguen
PSPV, Compromís y Unides Podem siguen negociando los presupuestos de la Generalitat valenciana para 2022 pero aún no han llegado a un acuerdo, cuando apenas faltan horas para que se cumpla el plazo estipulado. El Gobierno valenciano debería aprobar este viernes los presupuestos para luego presentarlos ante las Cortes dos meses antes de que comience su aplicación, en enero. Pero fuentes de cada uno de los tres partidos negociadores dan por hecho qu...
PSPV, Compromís y Unides Podem siguen negociando los presupuestos de la Generalitat valenciana para 2022 pero aún no han llegado a un acuerdo, cuando apenas faltan horas para que se cumpla el plazo estipulado. El Gobierno valenciano debería aprobar este viernes los presupuestos para luego presentarlos ante las Cortes dos meses antes de que comience su aplicación, en enero. Pero fuentes de cada uno de los tres partidos negociadores dan por hecho que las cuentas no saldrán mañana y, posiblemente, tampoco el domingo, cuando realmente acaba el plazo. “Si aquel no estuviere aprobado el primer día del ejercicio, se entenderá prorrogado el del ejercicio anterior hasta la aprobación”, señala el Estatuto de Autonomía. Y eso será lo que previsiblemente ocurra, que los presupuestos de 2021 serán prorrogados.
Pese a eso, los más optimistas este jueves eran los socialistas. “El acuerdo está cerca”, indicaron fuentes cercanas a la negociación. Sin embargo, en las últimas horas ese optimismo ha mudado en preocupción. En el lado opuesto, Compromís, que apunta que no saldrá en tiempo, y Podem que considera que aunque el pacto no llegará este viernes y, posiblemente, tampoco el domingo, todo dependerá de la capacidad de “cuadrar los números”.
Si se cumplen las previsiones, este será el primer año que el Botànic no logra cumplir en tiempo en forma con los presupuestos autonómicos. El año pasado, el Consell los aprobó in extremis, el 30 de octubre, aunque la bronca llegó posteriormente, cuando la vicepresidenta, Mónica Oltra, percibió que el último ajuste que se había negociado en la reunión del Gobierno valenciano no estaba incluido en las cuentas remitidas a las Cortes.
Este año se ha variado la fórmula de negociación. Oltra logró que no fuera el departamento de Hacienda, que lidera Vicent Soler, el que elaborará las cuentas de ingresos y gastos, sino que estos se pusieran sobre la mesa de una comisión política e integrada por los tres partidos del Botànic de manera que no hubiera “sorpresas” de última hora. Pese a que los socialistas acabaron alabando este instrumento, tampoco ha funcionado.
Según fuentes de la negociación el último desencuentro se ha centrado en los ingresos procedentes de vías extraordinarias que no han tenido disponibles hasta este jueves. El caso es que los presupuestos no se aprobarán este viernes y, posiblemente, tampoco el domingo, ya que Compromís no está de acuerdo en movilizar funcionarios en un festivo y comenzar a debatir en las Cortes el martes, sin apenas tiempo de estudiar las cuentas.
Mientras, en la oposición, el portavoz de Hacienda del PP, Rubén Ibáñez, ha criticado el “teatrito” del Botánic. “Nosotros no esperamos nada, porque ciertamente lo de pintar presupuestos a este Consell radical de izquierdas se le da muy bien”, ha indicado Ibáñez, para quien “el problema es cumplirlos” y en agosto la ejecución de las inversiones era del 26 %, con lo que tienen una credibilidad “más que dudosa”. Por su parte, la síndica de Ciudadanos, Ruth Merino, ha criticado “el clásico: Soler-Oltra” en el que “todos barren para casa”.