Òscar Ordeig, el consejero de las mil crisis
El titular de Agricultura, Ganadería y Pesca ha afrontado este otoño la dermatosis nodular en el ganado bovino, la gripe aviar, la peste porcina y la reivindicación de la pesca
El ahora president Salvador Illa asumió el cargo de ministro de Sanidad en enero de 2020, uno de los más discretos del Gobierno, sin imaginar remotamente que dos meses después irrumpiría la feroz crisis de la covid que obligaría a confinar a la población. Cinco años después, su consejero de Agricultura, Pesca y Alimentación, Òscar Ordeig (Vic, 47 años), tampoco debió intuir que como titular de esa cartera viviría un otoño horribilis. La lista empezó con el sacrificio de cientos de cabezas de ganado por la dermatosis nodular, el confinamiento de gallinas por la gripe aviar, el brote de la peste porcina africana (PPA) y las negociaciones saldadas ayer para que la UE permita a los pescadores faenar 140 días al año. Eclipsado hasta ahora por consejeros con carteras de más peso, Ordeig se ha erigido en la cara del Govern en la crisis porcina que le ha catapultado además porque coincidió la primera semana del brote con el viaje de Illa a México.
“Esto va a ser una maratón”, dijo Ordeig gráficamente el martes en el arranque de su intervención en el Palau de la Generalitat utilizando esa metáfora deportiva. Ordeig es amante del deporte y comparte con Illa su pasión por salir a correr. El consejero, que parece curtido en mil crisis, domina el escenario con aplomo y soltura y no tiene inconveniente en explicar con solvencia la extraña teoría de que el origen del brote pudo ser un bocadillo con embutido en mal estado como una semana después pedir excusas a los transportistas que se sintieron dolidos. Los focos están puestos en un laboratorio público en obras. Su primer éxito ha sido contener el brote del virus en el área de los seis kilómetros alrededor de la zona cero.
Nacido en Vic en el seno de una familia nacionalista, Ordeig siempre ha estado vinculado al deporte. Su padre tenía una tienda de material deportivo, fue jugador de baloncesto en el Club Bàsquet Vic —era base— y es primo de Raül López, el base que fue fichado por la Penya y jugó en la NBA. Ordeig se licenció en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y no recuerdan quienes le conocieron entonces una inclinación política. El deporte le llevó de Vic a La Seu d’Urgell, donde fue director del área municipal de deportes entre 2001 y 2006 —gobernado al principio por el PSC y después por ERC— y gerente del Sedis Bàsquet un año.
Casado y padre de tres hijos, Ordeig empezó su carrera política en 2007 como edil de La Seu y probó fortuna para acceder a la alcaldía con la lista de Compromís per La Seu, la marca blanca del PSC. Su salto al Parlament se produjo en 2014 al correr la lista tras la renuncia del diputado y entonces alcalde de Lleida, Àngel Ros, al negarse a votar en contra de la consulta. Ordeig siempre ha considerado que un referéndum sería un error y que el procés se utilizó para que unos cuantos pudieran seguir gobernando.
Tras no lograr la alcaldía en 2011, 2015 y 2019, Ordeig abandonó en 2021 el acta de edil y se centró en ser el primer secretario del PSC en Lleida, donde vive, y en su tarea en el Parlament. No reside ya a las puertas del Pirineo, pero su compromiso con las comarcas de montaña sigue intacto. Doctor en Administración y Dirección de Empresas y máster en Fiscalidad, Ordeig no tiene por su formación una aparente relación directa con el sector primario, pero tradicionalmente todos los consejeros de Agricultura proceden de Lleida. Desde el primer día ha apostado por la cercanía, por escuchar y atender al sector que clama por menos burocracia y más ayuda.
Hombre de confianza de Illa, afable y de trato directo, asume el discurso del president de que hay demasiados jabalíes y de que la sociedad catalana debe hacer una seria reflexión sobre el medio ambiente. Illa también dice que hay demasiados bosques. Sin presupuestos y sin financiación a la vista, Ordeig está destinado a liderar esa maratón no prevista y a tener en el Govern cada vez más relevancia en defensa de la ganadería y la pesca, ahora en el centro del tablero político.