La ampliación del aeropuerto de Barcelona empezará por la T1: derribo de una torre de control y la fachada se desplaza 38 metros
Un presupuesto de 700 millones activa la remodelación de la terminal, previa al controvertido estiramiento de la tercera pista
La anunciada remodelación integral del aeropuerto de Barcelona-El Prat ya tiene punto de partida: la terminal T1; fecha: a partir de 2027, y también presupuesto: 700 millones de euros. La primera página del ambicioso proyecto de obras para darle más capacidad al Josep Tarradellas se focaliza en el espacio destinado a los pasajeros para, después, poner el foco en el campo de vuelo y abordar la controvertida prolongación de la tercera pista (la más cercana al mar). “La obra de ampliación de la pista es necesaria si queremos crecer en capacidad, y también es necesario adecuar las terminales. Son obras complementarias e igual de necesarias”, ha manifestado este lunes Eva Valenzuela, directora del aeropuerto barcelonés.
El calendario de todo el paquete de obras prevé que se pueda cortar la cinta en 2033, no solo de la T1 agrandada, sino también de la ampliada pista del lado mar. Fuentes conocedoras de la complejidad del proyecto conceden que es un plazo asumible para la T1, pero admiten que aspirar a tener la pista lista en 2033 es un cálculo “optimista”, porque habrá que tener suerte con toda la tramitación de las autorizaciones ambientales que tiene que conceder la Unión Europea. Solo después de tener la T1 ampliada y la pista prolongada, Aena abordará la construcción de una nueva terminal satélite, pensada para satisfacer el incremento de vuelos que se espera en los años venideros.
Los trabajos para remodelar la T1 supondrán poder ganar 70.000 metros cuadrados de superficie extra, a costa de desplazar 38 metros toda la fachada del edificio, la ocupación de viales y aparcamientos actualmente destinados a automóviles y autobuses, y la demolición de una antigua torre de control que lleva veinte años en desuso.
La T1 ejerce de espina dorsal de la actividad del aeropuerto barcelonés ya que tiene capacidad para dar servicio a 33 millones de pasajeros, sobre un total de 55 millones de viajeros que despacha el Josep Tarradellas anualmente. Vueling, con más de 20 millones de clientes, es la compañía que mayor aportación hace a la actividad de la instalación.
El edificio afronta su remodelación cuando entra en la adolescencia. Está operativo desde 2009 y en su momento supuso una inversión de 1.258 millones de euros. La T1 fue diseñada por el arquitecto Ricardo Bofill y, vista desde el aire, tiene una silueta singular, parecida a un avión o a una espada. La principal terminal del aeropuerto catalán ampliará un 15 % su superficie ya que ahora cuenta con unos 450.000 metros cuadrados.
La obra coincide con un momento de incremento incesante de actividad del tráfico aéreo. El aeropuerto superó en 2024 los 55 millones de pasajeros, una cifra récord en su historia y que supone un 10% más que en 2023. Eva Valenzuela ha avanzado que todo apunta a que el aeropuerto cerrará 2025 con un nuevo récord de pasajeros, después de que de enero a agosto el número se haya incrementado un 4,1 %.
“Los datos que nos dan las aerolíneas sobre asientos para los próximos meses indican que será un buen invierno”, ha señalado. “Cerraremos por encima del año pasado”.
La directora del aeropuerto ha alertado que las obras provocarán “incomodidades” en los usuarios pero defiende que son “necesarias” para ir ganando capacidad.
El desplazamiento de la fachada, que se replicará exactamente como está, obligará también a derruir la antigua torre de control del aeropuerto, en desuso desde 2005. El proyecto, que todavía está en fase de redacción, prevé que también se ganará superficie por los laterales.
“La fachada se moverá y tendrá afectaciones y molestias”, ha subrayado Valenzuela, que ha recordado que estos trabajos forman parte del proyecto de ampliación del aeropuerto, que ha recibido ya el visto bueno del Gobierno y de la Generalitat y que contará con una inversión total de 3.200 millones de euros.
El espacio que se ganará servirá para instalar más mostradores de facturación de equipaje y los nuevos filtros de seguridad, que ya se han empezado a montar y que permiten no tener que retirar los líquidos y los aparatos electrónicos de dentro de los equipajes.
Respecto a los inconvenientes de los trabajos, Valenzuela ha explicado que se tendrán que abrir nuevas puertas provisionales para entrar y salir de la terminal y que podrán cambiar recorridos interiores, mientras que también se verá afectado el tráfico, ya que se tocan viales que utilizan los taxis, por ejemplo, para recoger pasaje.
Antes de iniciar estas obras, el aeropuerto está ya inmerso en los trabajos de renovación de los filtros de seguridad para adaptarse a los nuevos requisitos de la Comisión Europea. Con un presupuesto de 39 millones, el cambio de los filtros empieza en la zona central de la T1 y el calendario prevé que esté finalizado en todo el aeropuerto en el primer trimestre de 2027, cuando estarán ya en marcha las 52 previstas. En la T2 ya están en marcha algunos de estos nuevos filtros.
La portavoz del PSC, Lluïsa Moret, ha defendido que la Generalitat pueda participar en la gobernanza del aeropuerto de El Prat después de que el presidente de Aena, Maurici Lucena, afirmara la semana pasada que esa posibilidad está fuera del actual marco legal. El pacto de investidura de Salvador Illa firmado en agosto del año pasado entre el PSC y ERC contempla que la administración autonómica esté implicada en la dirección de la instalación. “El PSC está de acuerdo en cumplir los acuerdos de investidura. Y Aena lo sabe”, ha señalado la número dos del PSC. Oriol Junqueras, presidente de ERC, volvió a reivindicar la gobernanza después de que Aena anunciara la inversión de más de 3.000 millones de euros para ampliar el aeropuerto de El Prat.