Illa exprime la geometría variable para salir invicto del primer pleno del año

El Govern saca adelante el decreto ley de la prórroga presupuestaria con ERC y comunes y el de retirada de las multas por alto consumo de agua con Junts per Catalunya

El líder de Junts en el Parlament, Albert Batet (der.), durante la sesión de control al presidente de la Generalitat, Salvador Illa (izq.).Quique García (EFE)

Salvador Illa llegaba al primer pleno del Parlament de 2025 aún con alguna nube negra sobre la cabeza. Para el president de la Generalitat, el incumplimiento de su promesa de tener los Presupuestos en vigor el pasado 1 de enero aún le persigue y preocupa, pese a las voces oficiales que insisten en normalizar la situación de prórroga. No tener cuentas, por la negativa de Esquerra a pactarlas, va en contra del discurso socialista de normalidad y previsibilidad que sostiene el quehacer del Ejecutivo. De ahí que la cita parlamentaria de este miércoles fuera crucial: sobre la mesa había tres votaciones claves y todas han salido adelante gracias a exprimir las ventajas de votar a derecha e izquierda. Illa se anota un tanto, aunque con la advertencia de los socios de la investidura de jugar a la geometría variable.

El Gobierno catalán llegaba al pleno sabiendo que para salir invicto en las votaciones tenía que jugar con el abrazo a los socios de investidura (ERC y los comunes) con el bofetón que para esos dos grupos significaría el acercamiento a los del partido de Carles Puigdemont. Republicanos y comunes ya se habían avenido a convalidar el decreto ley (el resto de formaciones votó en contra) con que la Generalitat de Illa comienza la travesía de la vida sin Presupuestos para ese año, pero en el aire está sobre cómo se abordará la votación de los suplementos de crédito con que se dará oxígeno al corsé de las cuentas de 2023. “Cuenta con la geometría variable”, ha advertido David Cid, diputado de los comunes. “Si se va a gobernar con la izquierda, se gobierna con la izquierda para todo. No se va a buscar después para las tonterías a Junts per Catalunya”, apostilló. “Así no”, ha dicho por su parte la nueva portavoz en la Cámara de ERC, Ester Capella.

La consejera de Economía, Alícia Romero, ha agradecido los votos ERC y los comunes y les ha instado a “poder continuar trabajando con ustedes en los instrumentos que nos permitan poder continuar trabajando en beneficio de los ciudadanos”. La constatación de que Junts per Catalunya no está por la labor de negociar ha llegado con intervenciones como la del diputado Antoni Castellá criticando lo que considera la falsa humildad de la consejera contextualiza el que Romero cortejara a los otros dos partidos.

Desde las filas de ERC, el diputado Albert Salvadó ha insistido en que no hubo negociación presupuestaria porque el Govern tiene pendiente cumplir los compromisos adquiridos en la investidura. El republicano no ha concretado qué hará la formación en las futuras votaciones de suplementos de crédito pero quiso dejar claro que su partido mirará de cerca los pasos que se den para tener el nuevo sistema de financiación singular.

“El primer semestre del 2025 se tiene que celebrar una comisión bilateral Generalitat y Estat para poner sobre la mesa un calendario legislativo para el desarrollo de la financiación singular. Y en 2023, la Generalitat tiene que recaudar la totalidad del IRPF”, ha recordado Salvador. “Se han de comenzar los procesos de contratación correspondientes [para redimensionar la Agencia Tributaria de Cataluña] porque si no llegaremos tarde. Por eso no les aprobamos los Presupuestos pero no bloqueamos a la Administración”, ha añadido.

Si en la convalidación del decreto ley de la prórroga se pusieron deberes a la Generalitat, el de la revocación, con efecto retroactivo, de las multas a los Ayuntamientos por consumos excesivo de agua llegaron las advertencias. Ese texto salió adelante pese al voto contrario de ERC y los comunes. Los votos de Junts, PSC, PP y Aliança Catalana han apuntalado la victoria del Govern. ERC y comunes votaron negativamente, mientras que Vox se abstuvo. Capella ha acusado al PSC de votar con “Junts y la extrema derecha” a favor de “una reculada a toda regla en la lucha contra la sequía”.

“El dinero de los Ayuntamientos no tiene que servir para pagar sanciones”, ha insistido la consejera de Territorio, Sílvia Paneque, en la defensa del decreto ley que perdonará multas por 1,2 millones de euros a los consistorios que se saltaban los baremos de consumo en el momento de alerta por la falta de lluvias. Pese al apoyo de la media, Junts ha querido marcar distancias del PSC. El diputado Salvador Vergés ha justidicado que el voto favorable solo tenía que ver con la coherencia respecto al tema - ya en la pasada legislatura se habían conjurado con los socialistas para tumbar la medida de control a los municipios diseñada por el anterior Ejecutivo de Pere Aragonès- y ha ahondado en las críticas a un Ejecutivo que ve “sumiso” ante el Gobierno central a la hora de exigir inversiones.

Fin a los beneficios fiscales a los casinos

El Gobierno sí se ha apoyado por la tarde a sus socios de investidura para revertir las rebajas fiscales a los casinos. El Parlament, con los votos favorables de PSC, ERC, Comuns y CUP, ha derogado las rebajas fiscales previstas para los promotores del macroproyecto de ocio Hard Rock, aprobadas en 2014, que rebajaba la carga fiscal al juego del 55% al 10%, un mes después de presentar el proyecto de ley en el hemiciclo.

Pocos gestos han sido tan ilustrativos como el puño al aire del diputado de Comuns Lluís Mijoler para celebrar el resultado. “Por fin se acaba el proyecto de los privilegios fiscales y la precariedad laboral”, ha reivindicado la líder de los comunes, Jéssica Albiach, una de las grandes impulsoras de la reversión. ERC y la CUP también han celebrado el golpe al macrocasino, que aún tiene camino para recorrer si se aprueba el Plan Director Urbanístico, el último procedimie2nto técnico pendiente; pero que queda en jaque por la presión fiscal.

El debate se ha centrado en señalar las virtudes y los defectos del Hard Rock; y Jordi Riba, diputado socialista, ha vuelto a mostrar la ambigüedad del PSC al respecto. “He tenido que repasar la hora del debate, porque he llegado a pensar que me había equivocado. Esto no es un debate sobre Hard Rock sí o no; sino sobre las rebajas fiscales al juego”. Y en esto último el Parlament ha confirmado el no a los beneficios fiscales al juego.

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