Cien municipios catalanes gastan más agua de lo que permite el plan de sequía

El Govern derogó a finales de año el régimen sancionador y no multará a los ayuntamientos que excedan los máximos de consumo

Con los embalses de las cuencas internas a un tercio de su capacidad, Cataluña aún no puede dejar atrás la sequía más grave del siglo. Con gran parte del país en fase de alerta o excepcionalidad, y con 16 pueblos del Alt Empordà aún en emergencia, hay 101 municipios que gastan más agua de lo que permite la ley, según ha avanzado la Cadena SER. Algunos duplican e incluso triplican el gasto máximo permitido por habitante y día.

Según los últimos datos publicados por la Agencia Catalana del Agua (ACA) -con consumos actualizados a octubre de 2024-, hay 101 municipios que gastan más de lo que deberían, cada uno con los límites de consumo acorde al estado de sus reservas. Tres de ellos son pueblos de l’Empordà (Girona) que están en emergencia por falta de agua: Santa Llogaia d’Àlguema, Cadaqués y Llers. Ahí el consumo máximo debería ser de 200 litros por persona al día, y se gastan 340, 217 i 275 respectivamente.

Preguntada por estos excesos en un momento de escasez, la alcaldesa de Santa Llogaia Mireia Pimentel justifica estos consumos por la gran actividad industrial del municipio. “Tenemos una zona de fábricas que multiplica por seis la superficie del núcleo habitado”, explica. “Son datos desvirtuados, pero a nadie se le escapa que gestionar el agua en pueblos tan pequeños es muy complicado”.

Otros casos en los que el gasto de agua es exagerado son Sagàs, en el Berguedà, donde se registran 610 litros por persona al día (y tienen un tope de 250) o Gaià, en el Bages, con un gasto de 463 litros por persona al día (también con un máximo de 250).

En total, hay hasta 56 municipios que gastan más de 300 litros por persona al día. El plan de sequía determina que en fase de Emergencia -la más grave y restrictiva- se pueden gastar 200 litros de agua por persona al día. En Excepcionalidad, 230, y en Alerta 250. Este último es el estado en el que se encuentra el sistema Ter-Llobregat, que abastece a más de 6 millones de catalanes.

El Govern pide “poner en valor el esfuerzo de los alcaldes”

Estos excesos ya no conllevarán multas. El Govern derogó el régimen sancionador que permitía expedientar a los ayuntamientos que gastaran por encima de lo permitido. De este modo, a finales de diciembre el ejecutivo dio carpetazo a los 250 expedientes abiertos durante el momento más crudo de la sequía, y los municipios que en su día las pagaron están intentando recuperar el dinero.

Fuentes del Govern resaltan que hay que poner en valor el esfuerzo de los alcaldes para cumplir los límites de consumo, pero dejan claro que “la sequía no se puede dar por superada” y piden responsabilidad a todo el mundo. Asimismo, des del ACA aseguran que la ejecución de las ayudas para reparar fugas y mejorar la eficiencia hídrica van a neutralizar los excesos de consumo a medida que se vayan completando.

En solo un año, el nombre de municipios que gastan más de lo permitido por el plan de sequía han bajado de 219 a 101, menos de la mitad, un indicador que el ejecutivo del PSC -que siempre se mostró contrario a las multas- considera relevante.

Desde el ACA siempre se ha argumentado que los excesos de consumo desproporcionados se deben a actividades económicas mal registradas, fugas en el sistema de abastecimiento y, en casos más concretos, actividades económicas como turismo o exceso de jardines y piscinas en segundas residencias.

Xavier Santos es alcalde de Sant Feliu de Buixalleu, un pueblecito de la comarca de La Selva, donde rozan los 700 litros por persona al día de consumo. Un término municipal con casas dispersas y muchos quilómetros de tubería. Asegura que el problema es el desgaste de la red de abastecimiento: “tenemos que ponernos al día y ser más eficientes”, admite. Pero resalta que hay obstáculos: “como todo, hacer estas reformas cuesta dinero... Yo tengo un presupuesto anual de 2 millones de euros. No puedo hacer estas cosas de un día para otro”, concluye.

Descienden las reservas

Los embalses de las cuencas internas -los ríos que nacen y desembocan en Catalunya- están hoy al 33%. No son reservas abundantes ni seguras (el umbral para salir de la sequía se sitúa en el 70%), pero es una situación infinitamente mejor que hace un año. En el peor momento de la sequía, febrero de 2024, los pantanos llegaron a un pírrico 14,3% de su capacidad. En términos absolutos, en aquel momento había 99 hectómetros cúbicos de agua embalsada. Hoy hay 230.

Donde la situación es mucho mejor es en los pantanos de la Confederación Hidrográfica del Ebro, que abastecen sobre todo a la provincia de Lleida y el sur de Tarragona. Allí los embalses están por encima del 60% de su capacidad. El más grande, el de Rialb, está al 85%, y los de Camarasa y Terradets rozan el 90%.


Más información

Archivado En