El Gobierno catalán suprime el teletrabajo a sus altos cargos: sus funciones requieren “presencia efectiva”
El Departamento de Presidencia considera el empleo a distancia “difícilmente compatible” con la naturaleza de sus responsabilidades
La Generalitat de Cataluña prepara el terreno para minimizar el teletrabajo en la administración pública y ha puesto la primera piedra para recuperar la presencialidad entre los altos cargos. El Departamento de Presidencia ha suprimido el teletrabajo a los titulares de direcciones generales, secretarías generales, sectoriales; y sus asimilados orgánicamente; tras considerar que sus funciones “requieren la presencia efectiva y constante para garantizar una comunicación fluida y una supervisión efectiva”.
La medida da forma a uno de los objetivos del Govern de Salvador Illa en sus primeros meses de legislatura, la reestructuración de la administración pública para optimizar su eficiencia tras un primer diagnóstico inicial. Y a su vez pone en jaque algunos de los privilegios adquiridos de forma natural por los trabajadores durante la pandemia por coronavirus en una cuestión que debió resolverse con urgencia a causa de la crisis sanitaria. La Mesa de la Función Pública aprobó en 2021 una estructura de dos días en modalidad presencial y tres en modalidad de teletrabajo para los funcionarios. Ahora la Generalitat plantea el cambio exclusivamente para los altos cargos: “La modalidad de teletrabajo difícilmente es compatible con la naturaleza y las responsabilidades inherentes a los puestos de trabajo de subdirección”, insiste.
Según remite una instrucción del 7 de enero de la Secretaría de Administración y Función Pública, el Govern ha dado a sus altos cargos y directivos un plazo de 15 días desde la fecha de publicación de la instrucción para agotar si tenían autorizado algún tipo de teletrabajo. El próximo día 22 de enero termina el plazo. Fuentes del Departamento señalan que un centenar de directivos de los 480 que ejercen en la Generalitat empleaban el teletrabajo un máximo de dos días a la semana, tras recibir la luz verde de su departamento.
“Coordinación eficaz”
El documento, publicado en la web de la Generalitat, plantea que la presencia continuada y efectiva en el ejercicio de las funciones de subdirección general y puestos similares supone “un elemento necesario para el buen funcionamiento de los servicios públicos”. “Estos puestos de trabajo se caracterizan por un alto grado de responsabilidad estratégica y un claro impacto institucional de sus actuaciones, dado que son las posiciones responsables de la planificación, coordinación y ejecución de políticas estratégicas”, argumenta la consejería liderada por Albert Dalmau en la instrucción.
Asimismo, el Govern ha concluido que la presencialidad “fomenta el liderazgo y la coordinación eficaz”; refuerza la toma de decisiones en tiempo real; facilita la resolución inmediata de posibles conflictos o incidencias, y garantiza la coordinación directa con otros órganos, entre otras cuestiones.
La decisión de Presidencia abre la puerta a que la gestión de la presencialidad regrese al debate público. Las patronales han reivindicado en los últimos años la importancia de la presencialidad, mientras que los sindicatos consideran que la capacidad del sistema económica para incorporar el empleo a distancia sin reducir la producción durante la pandemia obliga a todas las partes a considerar su normalización.
Desde la pandemia, la cifra de empleados que trabajan a distancia se ha duplicado en Cataluña, según la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE, en el tercer trimestre de 2024. Pasó de un 8,6% en 2019 al 16,4% actual. Se considera teletrabajo habitual aquel tipo de jornadas que emplean a distancia el 30% de la jornada. Cataluña es la segunda comunidad autónoma donde más se teletrabaja, solo después de Madrid, donde lo hacen más del 25% de los ocupados por la concentración de trabajadores de la función pública en la capital.