La Generalitat se enfrenta a una indemnización de 300.000 euros por un caso de bebés intercambiados al nacer

La comisión jurídica asesora insta al Departamento de Salud a compensar un error de identificación en el hospital Vall d’Hebron en 1972. Los abogados de la víctima rechazan la primera propuesta

La fachada del Hospital Vall d'Hebron.Gianluca Battista

Cuando Joan (nombre ficticio) decidió en 2022 saber si tenía otros miembros en su familia a través de la plataforma MyHeritage, especializada en poner en contacto a familiares lejanos o desconocidos, su vida cambió. Descubrió que sus padres no eran biológicos y que tenía una familia desconocida fruto de un intercambio erróneo de bebés cuando nació en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona en 1972.

Un año después de denunciar el c...

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Cuando Joan (nombre ficticio) decidió en 2022 saber si tenía otros miembros en su familia a través de la plataforma MyHeritage, especializada en poner en contacto a familiares lejanos o desconocidos, su vida cambió. Descubrió que sus padres no eran biológicos y que tenía una familia desconocida fruto de un intercambio erróneo de bebés cuando nació en el hospital Vall d’Hebron de Barcelona en 1972.

Un año después de denunciar el caso al Institut Català de la Salut (ICS), ahora se abre una nueva fase tras la intervención de la comisión jurídica asesora de la Generalitat. Este comité de expertos, según un documento al que ha tenido acceso EL PAÍS, estima que el Departamento de Salud debe pagar 300.000 euros como indemnización por responsabilidad patrimonial “por los daños y perjuicios sufridos debido a la defectuosa asistencia recibida en el hospital en el momento de nacer”. El dictamen no es vinculante, pero marca las líneas maestras de una futura resolución.

Los abogados del denunciante, del bufete Sáez-Morga, reclamaron en 2023 una compensación de tres millones de euros. Actualmente están a la espera de recibir una notificación oficial de la Generalitat, pero avanzan a EL PAÍS que rechazarían la propuesta económica planteada por el consejo asesor. El ICS ya ofreció en abril 150.000 euros de compensación. Cuestionado sobre el conflicto, el instituto sanitario rechaza realizar cualquier valoración sobre el informe de la comisión.

Joan, explican desde el bufete de abogados, contactó con MyHeritage “por curiosidad”. Mandó a los laboratorios los restos de una frotis de mejilla y unas cuatro semanas después recibió los resultados: los datos de una mujer desconocida de Barcelona planteaban un posible parentesco. Joan se puso en contacto con ella y le propuso que se hiciera un test genético. Aceptó y los resultados fueron positivos. Eran familia.

Tras indagar los orígenes de cada uno descubrieron una casualidad sobrecogedora. El tío de la mujer había nacido el mismo año, el mismo día, en el mismo hospital, atendido por el mismo equipo médico y a la misma hora que Joan. Uno a las 11.10 y el otro a las 11.15, según los certificados del Registro Civil. No podía ser una coincidencia. Para resolver todo aquello, el hombre pidió en enero de 2023 a su familia formal someterse a pruebas de ADN y los resultados afloraron un parentesco incompatible. Las piezas empezaban a encajar de una forma inesperada y dolorosa.

Joan concluyó que si él no era hijo biológico de su familia, la única explicación posible era que el hospital Vall d’Hebron hubiese intercambiado por error a los dos bebés recién nacidos a la misma hora un día de 1972. Y que la chica desconocida con quien había descubierto un parentesco a través de MyHeritage era realmente su sobrina. El hombre con quien presumiblemente fue intercambiado al nacer murió en abril de 2023 y el padre de la chica (que sería su hermano biológico), un mes antes.

La reclamación de Joan se fundamenta, por un lado, “en la actuación del personal” de Vall d’Hebron que ocasionó que el recién nacido fuera intercambiado por otro recién nacido al nacer y entregado a una familia no biológica. Y, por otro lado, en la “falta de información por no poder acceder ni obtener la historia clínica propia ni la de la madre”, según se desprende del dictamen. “En definitiva, se reclama por los daños morales derivados de haber sido privado de mantener una relación con la familia biológica, y por la pérdida de la documentación clínica disponible sobre las circunstancias del parto y del nacimiento”, concreta.

Según un informe psicológico presentado en la denuncia, la víctima padece un trastorno de “estrés postraumático” vinculado al hecho de haber conocido recientemente su nuevo vínculo familiar y haber sentido un “pérdida de identidad, donde el autoconcepto y los referentes están distorsionados”, concluye una psicóloga forense y criminóloga que planteó un “un tratamiento especializado” para revertir la consecuente “desestabilización emocional”.

El caso de Joan tiene otros precedentes. El Gobierno de La Rioja autorizó el pasado mes de enero a indemnizar con 850.000 euros a dos chicas intercambiada por error en la incubadora del antiguo hospital de Logroño en 2002; y añadió una compensación de 735.000 euros a una de las familias. El Gobierno canario abonó en 2009 900.000 euros por haber separado a dos hermanas gemelas al nacer por otra recién nacida.


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