Albert Dalmau, un consejero juvenil con galones de veterano dentro del Govern de Illa

Un decálogo de la escuela de negocios IESE da una serie de consejos útiles para tener trato con los millennials, miembros de esa generación que entró en la edad adulta con el cambio de milenio y que, a menudo, ha tenido que cargar con la etiqueta de ser una quinta indolente. Al hablarles, es mejor no mostrar autoridad y no escatimarles elogios, así como no prohibirles el uso de las redes sociales durante las horas de trabajo, recomienda el IESE. El nuevo consejero de Pr...

Un decálogo de la escuela de negocios IESE da una serie de consejos útiles para tener trato con los millennials, miembros de esa generación que entró en la edad adulta con el cambio de milenio y que, a menudo, ha tenido que cargar con la etiqueta de ser una quinta indolente. Al hablarles, es mejor no mostrar autoridad y no escatimarles elogios, así como no prohibirles el uso de las redes sociales durante las horas de trabajo, recomienda el IESE. El nuevo consejero de Presidencia de la Generalitat, Albert Dalmau, se declara un “millennial orgulloso”, pero no ha publicado ningún tuit desde que, este lunes, tomó posesión de su despacho, una suerte de vicepresidencia oficiosa de la Generalitat. El mes que viene cumplirá 34 años y, atendiendo a su fulgurante carrera profesional, es fácil pensar que esté más acostumbrado a los elogios que a las muestras de autoridad. Ahora tendrá la misión de ordenar y pautar la acción de gobierno de los 16 consellers que ha nombrado Salvador Illa.

Graduado en Ciencias Políticas y exestudiante de los jesuitas, Dalmau se ha forjado en la gestión pública. “Es un gestor eficaz, ha dado muestras de ello”, señalan desde el PSC. Tiene buena relación personal con Salvador Illa y, hasta que recibió la llamada del president, Dalmau se encargaba de comandar la gerencia del Ayuntamiento de Barcelona. Cuando Jaume Collboni accedió a la alcaldía, en junio del año pasado, una de las primeras decisiones fue nombrarlo gerente. Se conocían de tiempo atrás porque Dalmau ofició de jefe de gabinete del propio Collboni cuando éste se convirtió en segundo teniente de alcalde tras alcanzar, en mayo de 2016, un pacto de gobierno con Ada Colau. El portavoz de los Comuns en el Parlament, David Cid, ha alertado de que el nuevo conseller de Presidencia responde al perfil de un PSC “muy conservador” y ha señalado que es un nombramiento que ven con “prevención”.

Entre el mandato municipal que va de 2019 a 2023, el actual consejero de Presidencia fue gerente de Economía, Recursos y Promoción Económica del Ayuntamiento de Barcelona. Aquel cargo le llegó con 28 años y lo convirtió en el gerente más joven de la historia del Consistorio barcelonés.

Dalmau ha sido la mano derecha del actual alcalde de Barcelona y no ha parado de ganar peso en la sala de control del consistorio, hasta llegar a controlar por completo el área de gerencia. Es un cargo que permite tener poder sobre la llave de la caja y que aporta una visión general de los resortes del Ayuntamiento, en contacto permanente con los gerentes de las distintas parcelas. “Es inteligente, vivo y muy centrado en objetivos”, le definen desde el propio gobierno de Barcelona. Su marcha a la Generalitat genera un quebradero de cabeza para Collboni, que tiene que hacer funcionar la maquinaria municipal con un equipo de colaboradores muy escueto: el grupo de gobierno del PSC solo cuenta con 10 ediles, sobre los 41 que integran el pleno. En el PSC no hay duda de que, antes de hacer el fichaje, Illa trató el tema con Collboni. Ambos tienen buena sintonía, cuajada hace una década cuando el actual president fue jefe de gabinete de Collboni.

El nuevo responsable de Presidencia vive en la Barceloneta, el antiguo barrio pescador de Barcelona, hoy presionado como pocos por el turismo, y es hijo de Joan Albert Dalmau, un histórico gerente del Ayuntamiento de Barcelona, que lo fue con el alcalde Pasqual Maragall.

Antes de tomar la primera decisión, Dalmau ya cuenta con un logro: es el primer consejero de la Generalitat nacido en la década de los noventa. Con solo 33 años, puede presumir de una trayectoria profesional meteórica. Pese a su perfil de gestor eficaz y cartesiano, se le reconoce un buen talante y tiene fama de cuidar a su gente. Durante este último año ha convocado más de una vez al equipo municipal de gerentes para salir del marco de los números y las reuniones e ir a tomar algo juntos para hacer grupo.

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