Un alijo de 4.000 kilos de cocaína pasa seis meses en el puerto de Barcelona por el temor de los narcos a recogerlo

La Guardia Civil detiene en España a ocho presuntos implicados de la organización, que ya había perdido otras cinco toneladas de droga en sendas aprehensiones en Paraguay y el Reino Unido

Cocaína intervenida en el puerto de Barcelona, oculta en sacos de arroz.Guardia Civil / EFE

El alijo de 4.020 kilos de cocaína llegó al puerto de Barcelona oculto en sacos de arroz durante las pasadas Navidades y allí permaneció durante seis meses sin que nadie fuera a recogerlo. El motivo: los narcotraficantes que debían hacerse cargo de él no se atrevían a hacerse cargo de él por temor a ser detenidos después de que en los meses anteriores las policías de Paraguay y el Reino Unido hubieran aprehendido sendos cargamentos de la trama que sumaban otras cinco toneladas de la misma droga. Sus temores estaban fundados. El pasado 26 de junio, cuando finalmente decidieron recoger el contenedor, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil detenía a ocho de sus presuntos integrantes e intervenía la droga. Entre los arrestados está el administrador de la empresa de importación de productos perecederos utilizada por la trama para dar apariencia de legalidad a la carga.

La bautizada como Operación Sogata se inició el año pasado después de que la UCO recibiera información sobre una empresa española sospechosa de estar utilizando como pantalla la importación de diferentes productos agrícolas para introducir grandes alijos de cocaína en Europa, señala el instituto armado en una nota hecha pública este viernes. En concreto, las pesquisas apuntaban a que la organización iba a aprovechar el envío de 10 contenedores al puerto de Barcelona cargados de sacos de arroz procedentes de Paraguay ―un origen poco común para cargamentos de tantas toneladas de cocaína― para camuflar la droga en uno ellos. La sustancia había sido procesada en Asunción, la capital del país sudamericano, para convertirla en polvo y después envasarla en sacos de plástico cosidos manualmente idénticos a los que contenían el arroz que servían para ocultarlos. Una vez en la capital catalana, la droga iba a ser distribuida por toda Europa, añade la Guardia Civil.

Sin embargo, cuando la mercancía ya estaba a bordo de un buque portacontenedores, la organización sufrió un primer revés. A finales de octubre, la policía de Paraguay interceptó en el Puerto de Villeta un cargamento de 3.312 kilos de cocaína que iba oculto entre plátanos y la organización pretendía trasladar a Bélgica. Cinco meses después, en marzo, eran las fuerzas de seguridad británicas las que aprehendían otro alijo a la trama. En Southampton era interceptado un envío de 2.100 kilos del mismo estupefaciente, esta vez oculto en paquetes de granos de cacao y que había partido del puerto de Guayaquil, en Ecuador. Este cargamento ―cuyo destino final no era el Reino Unido, donde solo había hecho escala, sino Francia― iba dirigido a la misma empresa española que ya investigaba la Guardia Civil.

Tras la aprehensión de la droga en Paraguay y, posteriormente, en el Reino Unido, la trama comenzó a tener problemas internos, detallan fuentes cercanas a la investigación. Algunos de los narcotraficantes que habían puesto dinero para traer la droga se retiraron de la operación y la organización empezó a pasar problemas económicos. A ello se sumaba el temor a ser detenidos si movían la droga del puerto de Barcelona, donde el contenedor con la droga iba acumulando las semanas y los meses sin que nadie acudiera a retirarlo, con los consiguientes gastos de almacenaje. La organización alquiló varias naves en diferentes puntos de España, supuestamente para ocultar en ellas la droga y, finalmente, en junio varios de sus integrantes acudían a recoger la droga convencidos de que, dado el tiempo transcurrido, el contenedor no estaba siendo controlado por las fuerzas de seguridad.

Se equivocaban. El 26 de junio, en el momento en el que la carga llegaba a una nave de Toledo, la Guardia Civil desplegaba la fase final de la operación en siete ciudades ―Madrid, Barcelona, Toledo, Sevilla, Cádiz, Álava y Jaén― que concluía con la aprehensión del alijo, el mayor de los detectados en el puerto de la capital catalana, y con la detención de ocho presuntos integrantes de la trama en España y dos más en Paraguay. Otras cinco personas han sido interrogadas como investigadas por su presunta implicación. En la investigación, que instruye el titular del Juzgado de Instrucción Número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, han participado junto al Grupo Central Antidrogas de la UCO, la Policía Nacional de Paraguay, la Agencia Antidroga de EE UU (Drug Enforcement Administration, DEA) y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), también de Estados Unidos, así como diferentes unidades de apoyo de la Guardia Civil.

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