La resiliencia del socialismo
Si en España el socialismo ha resistido es porque Pedro Sánchez supo leer los nuevos tiempos y viró a la izquierda. Y en todas esas operaciones estuvo el PSC
Estamos tan acostumbrados a los giros de guion, que éste último, el de las elecciones catalanas, lo hemos asimilado en apenas unas horas. Está claro que ERC convocó las elecciones, no porque los Comuns no estuvieran dispuestos a votar el presupuesto si se mantenía el proyecto de casino de Hard Rock, sino por otras razones. Esa fue la excusa para poder culpar a otros de lo que era una decisión tomada por conveniencia. Aragonès no bus...
Estamos tan acostumbrados a los giros de guion, que éste último, el de las elecciones catalanas, lo hemos asimilado en apenas unas horas. Está claro que ERC convocó las elecciones, no porque los Comuns no estuvieran dispuestos a votar el presupuesto si se mantenía el proyecto de casino de Hard Rock, sino por otras razones. Esa fue la excusa para poder culpar a otros de lo que era una decisión tomada por conveniencia. Aragonès no buscó el acuerdo de Junts como alternativa a los comunes y Alicia Romero, portavoz del PSC, precisó al día siguiente de la convocatoria que el proyecto Hard Rock había sido una condición, pero no una línea roja de los socialistas.
Si como Aragonès había dicho reiteradamente, su prioridad era agotar la legislatura, también hubiera podido optar por prorrogar los presupuestos, como después ha hecho Pedro Sánchez sin problema alguno. No iba a ser la primera vez y, aunque es deseable tenerlos, hay otras vías para incorporar las partidas previstas. Aragonès convocó porque valoró que era la mejor opción para su partido: ir a elecciones antes de que la ley de amnistía permitiera una vuelta triunfal de su rival Carles Puigdemont. Lo único que le aportaba culminar la legislatura eran unos meses más de duro desgaste político.
Pero a quien mejor le viene esta convocatoria es a Salvador Illa, que en lo que llevamos de legislatura ha consolidado su imagen de líder tranquilo dispuesto a esperar y a negociar. Esa es ahora su mejor baza de campaña. El PSC cree que en Cataluña hay ganas de pasar página. Por eso alimenta la idea de que, con la vuelta de los socialistas, volverá el orden, un valor al alza que en su tiempo se disputaba con el centro derecha de Convergència y que ahora Junts no es capaz de representar. Ellos son el orden ahora.
En las pasadas elecciones autonómicas, el PSC ya fue el partido más votado y una victoria en Cataluña es lo que necesita el PSOE para contrarrestar otras derrotas. Parte como ganador y sus rivales directos están en apuros. El famoso 52% de la mayoría independentista hace tiempo que se resquebrajó. ERC y Junts trabajo tendrán para consolidar sus respectivos espacios en el crudo enfrentamiento que mantienen por la hegemonía en el independentismo. Y la CUP anda ocupada en una refundación sin horizonte claro. Hay anunciada además otra candidatura que busca representar el independentismo radical, aunque la ANC haya renunciado a la suya.
No debe extrañar por tanto el clima de euforia que se respiraba en el 15 congreso del PSC celebrado este fin de semana. Hace 45 años que una difícil operación de unificación de las diferentes corrientes del socialismo en Cataluña permitió crear el partido. En este tiempo, tanto el PSC como el PSOE han vivido varias crisis profundas que podrían haberlos barrido, como ha ocurrido en Francia, en Grecia o en Italia. Si en España el socialismo ha resistido es porque Pedro Sánchez supo leer los nuevos tiempos y viró a la izquierda. Y en todas esas operaciones estuvo el PSC. La podemización de la que le acusaban sus adversarios es lo que, finalmente, ha salvado a los socialistas. El PSOE está en una situación muy precaria, cierto, pero el socialismo no se ha hundido y ahora en Cataluña el PSC acaricia la posibilidad de volver al Gobierno.
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