¿Derechos de la infancia?
Es evidente el poco interés social por la seguridad de los menores, especialmente vulnerables en la guerra, la pobreza, los abusos y la salud mental
El 20 de noviembre de 1989 Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño. Podríamos enumerar sus 54 principios fundamentales y concluiríamos que nuestra sociedad no los ha integrado. De hecho, en diversas situaciones de candente actualidad se evidencia ese poco interés por la infancia.
1. Vivir en contextos de guerra. Los niños son víctimas excepcionales de la invasión de Ucrania, del ataque de Hamas a Israel, de la desproporcionada respuesta hebrea ...
El 20 de noviembre de 1989 Naciones Unidas aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño. Podríamos enumerar sus 54 principios fundamentales y concluiríamos que nuestra sociedad no los ha integrado. De hecho, en diversas situaciones de candente actualidad se evidencia ese poco interés por la infancia.
1. Vivir en contextos de guerra. Los niños son víctimas excepcionales de la invasión de Ucrania, del ataque de Hamas a Israel, de la desproporcionada respuesta hebrea contra el pueblo palestino (4.000 menores difuntos al redactar estas líneas). Son también víctimas de agresiones, violaciones, tortura, pérdida de familiares y de afecto y protección en éstas y otras guerras “lejanas” en Somalia, Chad, Sudan del Sur…
2. La infancia sufre también la pobreza. El 27,5% vive en Cataluña con una renta inferior al 60% de la media. Un tercio no tendrá el hogar a una temperatura adecuada, ni podrá participar en actividades extraescolares, ni ir de vacaciones, ni conectarse a Internet. Situaciones que obviamente se agravan en países en vías de desarrollo o en campos de refugiados.
3. Hay poca estadística sobre el porcentaje de infancia víctima de abusos sexuales. Se estima que un 90% son en el entorno familiar, del que es muy difícil que trascienda. La desnaturalización de la persona en situaciones extremas parece favorecerla. ¿Cuántas familias han descubierto con los años que el tío, el padrastro, el abuelo abusó de los hijos?
4. La pandemia ha manifestado graves carencias en salud mental. La soledad, el acoso de los compañeros, las propensiones genéticas o las dificultades en el entorno familiar pueden originar disfunciones mentales que conllevan sufrimiento. La falta de medios, el estigma social, la vida estresada del adulto dificultan un abordaje a tiempo. Un sistema educativo que opta sin recursos suficientes por la integración puede agravar la convivencia en el grupo a quien sufre disfunciones psíquicas. Queda un gran trecho hasta la integración plena, reparadora, para el que padece cualquier patología en la infancia.
5. Las redes sociales o el teléfono móvil son otras causas de desatención. El retraso en el habla de niños y niñas menores de dos años, causado porque se les entretiene con el teléfono móvil mientras comen, el ciberbulling por cuestiones tan intrascendentes como la marca de zapatillas deportivas o del smartphone. El acceso prematuro, perdiendo toda inocencia, al sexo a través de la pornografía. Y a partir de los hechos descritos, desequilibrios mentales hasta el incremento actual de los índices de suicidio y de los intentos de tantos adolescentes y jóvenes. ¿Quién dejaría conducir el automóvil a un niño o le prestaría un arma? Pues según expertos como Francisco Villar, psicólogo clínico del Hospital Sant Joan de Déu, eso estamos haciendo con nuestros hijos. La comunicación con el entorno y las relaciones familiares se ven seriamente dañadas con el uso continuado de las redes sociales. Crece el clamor de familiares y expertos para no permitir el uso del teléfono móvil a menores de 16 años.
¿Nuestra sociedad está verdaderamente implicada con los derechos de la infancia?
Josep Oriol Pujol Humet es director general de la Fundació Pere Tarrés
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