Junts y ERC encauzan su pacto en Barcelona mientras el PSC presiona a los comunes
Ada Colau desestima la oferta de acuerdo del socialista Jaume Collboni porque implicaría contar con los votos del PP
Recta final para atar un pacto de gobierno en Barcelona. Junts y ERC tienen encarrilado un acuerdo para conformar una coalición que sustente el mandato de Xavier Trias en el consistorio, a partir de este sábado. Las negociaciones están muy maduras, pese a que ambas formaciones evitaron este jueves dar por formalizado el pacto. Junts manifestó que se seguía “avanzando”, mientras que los republicanos pref...
Recta final para atar un pacto de gobierno en Barcelona. Junts y ERC tienen encarrilado un acuerdo para conformar una coalición que sustente el mandato de Xavier Trias en el consistorio, a partir de este sábado. Las negociaciones están muy maduras, pese a que ambas formaciones evitaron este jueves dar por formalizado el pacto. Junts manifestó que se seguía “avanzando”, mientras que los republicanos prefieren mantener la discreción hasta el mismo sábado, fecha para la investidura.
Las negociaciones entre Junts y ERC las han perfilado los propios alcaldables, Xavier Trias y Ernest Maragall, y contemplan un potente paquete de poder municipal para ERC, pese a que el 28 de mayo se saldó con un descalabro en Barcelona, donde Maragall ha pasado de 10 a cinco concejales. Ambos partidos abordan con discreción una alianza que, si culmina, dejará en manos de ERC al menos dos tenencias de alcaldía. Durante las negociaciones, se ha puesto sobre la mesa que los republicanos puedan asumir plenos poderes en áreas como Urbanismo y Cultura.
Xavier Trias siempre presentó a ERC como un aliado prioritario para dar empaque a su gobierno, dado que las urnas le dieron una exigua victoria: 11 concejales sobre 41. La suma de los 5 representantes de ERC sigue dejando un equipo lejos de la mayoría, pero permite ganar músculo y, además, desactiva definitivamente la posibilidad que Esquerra se sume al frente de izquierdas, con PSC y comunes, que en los últimos días ha pedido de manera insistente la alcaldesa Ada Colau.
Las horas previas a la investidura del futuro alcalde de Barcelona se viven con frenesí. La jornada de este jueves ha servido para visualizar que los vetos cruzados entre los comunes de Ada Colau y los socialistas de Jaume Collboni hacen imposible un tripartito de izquierdas con ERC que suma 24 concejales, como piden los primeros; y un pacto a dos como ofrece el PSC, porque implica al PP y Barcelona en comú lo rechaza. Mientras, Junts, ganador de las elecciones con el ex alcalde Xavier Trias (11 concejales) como líder en la ciudad, encarrila el pacto con ERC para gobernar la ciudad. Tal y como prevé la ley, Trias será alcalde si nadie logra una mayoría alternativa de 21 ediles, lo que ahora parece imposible.
Si el miércoles Ada Colau lanzó la idea de un tripartito para gobernar Barcelona con la alcaldía compartida por turnos con PSC y ERC y los socialistas tardaron cuatro horas en responder con no rotundo, porque la ciudad necesita un alcalde fuerte, dijeron; este jueves el socialista Jaume Collboni ha pedido a los comunes que le voten a cambio de gobernar conjuntamente y la respuesta de Barcelona en comú ha sido otro portazo en menos de dos horas, porque la operación requiere los votos del PP. El gran beneficiario de estos vetos cruzados es el ganador de las elecciones, Xavier Trias (Junts), que será alcalde el sábado (previsiblemente con el apoyo de ERC, con quien en las últimas horas avanzan rápido las negociaciones) si no hay una mayoría alternativa de 21 concejales que lo impida.
Cuando faltan menos de 48 horas para la investidura del futuro alcalde de Barcelona, la tarde ha sido frenética. El cabeza de lista del PSC, Jaume Collboni, ha anunciado en la sede del partido y ante un centenar de militantes y altos cargos que el sábado presentará su candidatura y ha pedido explícitamente a los comunes que le voten, con el compromiso de que formará gobierno con ellos. El objetivo, ha defendido, es un “gobierno progresista” y cortar el paso al independentista Trias, que ganó las elecciones con 11 ediles. Pero a Collboni (10 representantes) no le bastaría con los votos de Colau (9 asientos): juntos suman 19, y la mayoría absoluta necesaria para imponer un candidato alternativo es de 21. “Primero, se trata de tener los 19. Y a la hora de la investidura, que el resto decida si Trias o Collboni”, ha aclarado en referencia implícita al PP, y dando por hecho que los tendría. “Tenemos los votos”, ha dicho. Pero el PP mantiene que no apoyará ni un ejecutivo municipal independentista, ni donde estén los comunes. La lista que encabeza Daniel Sirera obtuvo cuatro concejales.
Ni dos horas después, en un vestíbulo del Ayuntamiento y de pie ante una docena de micrófonos, el número dos de los comunes, Jordi Martí, respondía que ni hablar. “No haremos ningún acuerdo que implique el PP, que además de pactar con VOX como estamos viendo estos días, dice que apoyará cualquier gobierno que desmonte el legado de Colau”. Martí ha insistido en que la opción de los comunes es o un tripartito de amplia mayoría (el que suman PSC, comunes y ERC, 24 concejales de 41) o votar a su candidata, Ada Colau. A la pregunta de por qué se niegan a aceptar ahora los votos del PP si en 2019 Colau aceptaron los de Manuel Valls, Martí ha argumentado que “no es lo mismo” porque los populares exigen desmontar el legado de Colau. Martí ha explicado que si ERC y PSC no se han sentado con ellos es por vetos cruzados. Maragall exige que se sienten los cabezas de lista, y Collboni equipos técnicos. “La propuesta de Collboni es una idea a la desesperada de alguien que no ha parado de decir que es alcalde en toda la campaña y que el sábado no tiene otra forma de hacerlo si no es gobernando con los comunes y ERC”.
Los comunes no se han sentido interpelados por las presiones del socialista, con quien gobernaron el último mandato hasta que en enero pasado Collboni abandonó el Ayuntamiento para hacer campaña. Collboni ha apretado pidiéndoles “responsabilidad para que Barcelona tenga un gobierno de izquierdas” y les ha recordado que el PSC les apoyó en las dos investiduras de Colau (2015 u 2019) “por valores, ideología y consciencia”. “Esta es la verdadera segunda vuelta de las elecciones”, ha dicho. “Nos tenemos que mojar y escoger, no podemos ponernos de perfil. La opción es clara, o Trias o Collboni”.
Este mismo jueves por la mañana, el candidato del PP por Barcelona al Congreso de los Diputados —y portavoz y diputado en Cataluña de Ciudadanos hasta la semana pasada—, Nacho Martín Blanco ha lanzado un mensaje a Collboni advirtiéndole de que todavía puede ser alcalde si exige a la formación de Ada Colau que le vote sin pedirle nada a cambio. “Collboni debe conseguir el apoyo de la actual alcaldesa pero ni los comunes ni la señora Colau pueden estar en el gobierno. Barcelona necesita pasar página del populismo, la turismofobia, las políticas contra el aeropuerto y las grandes infraestructuras…”, ha manifestado en la sede del PP para zanjar.
Al lanzar su petición y oferta a los comunes esta tarde, en el PSC especulaban con la posibilidad de que la líder de los comunes, Ada Colau, se apartara y decidiera renunciar a formar parte de un eventual gobierno, lo que confiaban que podría ablandar la negativa de los populares a apoyar el gobierno de socialistas y comunes. Además señalan que en el PP hay discrepancias sobre la cuestión, y que también hay voces partidarias de hacer lo que sea para evitar un alcalde independentista como Trias. Pese a la proximidad de las elecciones generales, los populares se habrían podido apuntar la medalla de impedir una Barcelona gobernada por Junts, apuntaban en el partido.
Collboni ha recordado en su discurso en la sede de la calle de Pallars, como en la noche electoral del 28 de mayo, que los barceloneses “votaron cambio en la alcaldía y progreso” y ha sacado pecho de sus 10 concejales: “Somos segunda fuerza de izquierdas y a solo un concejal del ganador”. El socialista ha asegurado que quiere estar “a la altura, con rigor y sin ocurrencias”. “Si soy escogido alcalde formaré gobierno con los comunes, en la mejor tradición de los alcaldes socialistas, desde [Pasqual] Maragall, de formar Gobiernos de izquierdas plurales”. La noche electoral advirtió: “No renuncio a nada”.
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