Puentes, complicidades, salarios y beneficios
Es urgente y necesario comunicar beneficios empresariales y salarios: en 2022 las empresas no financieras casi duplicaron beneficios, mientras los precios de los alimentos aumentaron un 15%
Hace unos días, los empresarios convocados al cenáculo anual del Círculo de Economía acogían con indisimulado alborozo la derrota de Ada Colau en su carrera a la alcaldía de Barcelona. Y además del premio gordo hubo pedrea. Apenas 24 horas después de las municipales, la decisión del presidente Pedro Sánchez de convocar elecciones el 23 de julio conjuraba la posibilidad de un tripartito de izquierdas ...
Hace unos días, los empresarios convocados al cenáculo anual del Círculo de Economía acogían con indisimulado alborozo la derrota de Ada Colau en su carrera a la alcaldía de Barcelona. Y además del premio gordo hubo pedrea. Apenas 24 horas después de las municipales, la decisión del presidente Pedro Sánchez de convocar elecciones el 23 de julio conjuraba la posibilidad de un tripartito de izquierdas y acercaba a Xavier Trias al gobierno de la ciudad. El optimismo crecía por minutos en el foro empresarial. Además, Esquerra había tirado la toalla y los socialistas, con cara de futuro, se debatían entre su alma de izquierdas y sus ganas a Colau. Al fin y al cabo, ninguna alianza es descartable ni ajena en la Barcelona business friendly de Trias.
Apenas una semana antes, el Círculo de Economía ya había prescrito una receta de gran parecido a la propugnada por Foment el Treball: “Hay que impulsar un proyecto que sea movilizador y genere ilusión” y reconstruir “la maltrecha alianza entre el Ayuntamiento de Barcelona y el sector privado”. Más metáforas que las empleadas por la patronal que lidera Josep Sánchez Llibre para similares deseos.
La nota de opinión del Círculo era mucho más extensa. Se refería al estancamiento de Cataluña y a un cierto “declive”. Y se fundamentaba en que la renta per cápita es muy similar hoy día a la de dos décadas anteriores: es decir, antes de la crisis financiera de 2008 y el consiguiente rescate bancario, que está costando a la ciudadanía 74.000 millones de euros y subiendo.
Una de las ideas fuerza utilizadas por la institución en la nota de opinión era la de “rehacer puentes” desde el sector público al privado en Barcelona y en Cataluña. No es una tarea fácil pues de la complejidad de la vida moderna da idea que un exalcalde socialista de Barcelona como Joan Clos dirija desde 2020 la Asociación de Propietarios de Viviendas de Alquiler (Asval), integrada también por grandes tenedores inmobiliarios como Blackstone o Cerberus. Asval se opone al límite del incremento del 2% a los contratos de alquiler para 2023, fijado por el Gobierno central y, en concreto, por el ministerio de su compañera de partido, Raquel Sánchez.
A juicio del Círculo, tampoco debería faltar complicidad entre PSOE y PP, una petición que la institución hace en su nota de opinión y que, con la derecha montaraz que nos ocupa, es muy similar al deseo de paz en el mundo. Pero, puestos a tender puentes, es urgente y necesario que entre en servicio uno que comunique beneficios empresariales y salarios. No es una cuestión baladí cuando los datos del Banco de España sobre 2022 revelan que las empresas no financieras casi duplicaron beneficios respecto a 2021. Mientras los precios de los alimentos aumentaron un 15% en 2022, los salarios negociados en el Estado lo hicieron un modesto 2,78%, según CC OO de Cataluña.
El incremento del salario mínimo y la reforma laboral han paliado parcialmente los efectos de la crisis en los segmentos más débiles de la sociedad. En 2022 bajó un punto porcentual –respecto a 2021– el número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social en Cataluña. Pero sigue habiendo casi una cuarta parte de la población –más de 1,8 millones de personas– en esa situación, según datos de la Generalitat. España es el cuarto país con mayor pobreza o exclusión social de la UE de los 27, tiene solo por detrás a Grecia, Bulgaria y Rumanía.
Los puentes son más necesarios que nunca. Redistribuir fiscalmente la renta, además de una cuestión de justicia, también lo es de eficiencia económica.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal