La energía eólica se adentra en la Costa Brava

La Generalitat aprueba un proyecto de nueve molinos de viento en el Empordà y rompe el bloqueo histórico de generación eléctrica en Girona

Recreación del parque Galatea que Endesa promueve en La Jonquera.ENDESA

Endesa empezará a construir en 2024 un parque eólico en La Jonquera después de que el Departamento de Acció Climàtica le comunicara ayer su plácet a la declaración de impacto ambiental de su proyecto Galatea. Serán nueve aerogeneradores levantados sobre la sierra de la Albera, en espacios no protegidos, con una potencia total de 49 megavatios (Mw). Pero esas torres de hasta 200 metros de altura sobre todo representan el fin del tabú que había supues...

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Endesa empezará a construir en 2024 un parque eólico en La Jonquera después de que el Departamento de Acció Climàtica le comunicara ayer su plácet a la declaración de impacto ambiental de su proyecto Galatea. Serán nueve aerogeneradores levantados sobre la sierra de la Albera, en espacios no protegidos, con una potencia total de 49 megavatios (Mw). Pero esas torres de hasta 200 metros de altura sobre todo representan el fin del tabú que había supuesto que la gran demanda eléctrica de la industria turística del Empordà y el conjunto de la provincia de Girona avanzaran sin ninguna gran instalación de generación en la zona, apenas unas pocas de cogeneración vinculadas a industrias. Y eso es así porque ha existido una oposición histórica de entidades locales e incluso de ayuntamientos a ese tipo de propuestas.

La ponencia de energías renovables de la Generalitat, creada a raíz de la ley sobre la materia aprobada por el Govern en 2019, ha sido el ariete que ha roto ese muro gerundense. Sus técnicos dan por buenas las medidas tomadas por la compañía eléctrica, que construirá y explotará el parque a través de su filial Enel Green Power España, y dan un sí condicionado que la sociedad ya ha señalado que acepta. Una de esas cláusulas trata de compensar la tala de encinares necesaria para ubicar los molinos de viento con tres veces esa afectación y la otra obliga a compartir la línea de evacuación de la electricidad que la propia Endesa tendrá que construir para dar sentido a sus aerogeneradores. Esa línea, y la obligatoriedad de que sea compartida, hace pensar que la Generalitat quiere que haya otros parques en la zona.

Según la plataforma Iaeden-Salvem l’Empordà, una de las entidades que han mostrado su rechazo al proyecto de Endesa, hay otros dos complejos eólicos en tramitación en la zona: uno de 20 MW en el municipio de Capmany y otro 30MW en el de Agullana.

Una portavoz de la compañía daba por hecha la operación, que supondrá un desembolso de 50 millones de euros. Para cumplir con la ley aprobada en 2019, la propia Endesa ha abierto un procedimiento para que administraciones, entidades o empresas locales se sumen a la financiación del parque a través de créditos remunerados a partir del 4% con aportaciones que irán de los 500 a los 25.000 euros.

El proyecto Galatea será la primera aproximación de las energías renovables a la Costa Brava y algunos actores del sector energético esperan que no sea la única en las próximas semanas. Tras unas declaraciones de la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se especula con la posibilidad de que el Consejo de Ministros apruebe en breve el Plan de Ordenación del Espacio Marítimo del Mediterráneo (POEM). Se trata de un documento que debe permitir la construcción de parques eólicos en el mar y Cataluña, y el Empordà en particular, serán emplazamientos válidos para ese tipo de iniciativas en esta zona, considerada como zona de alto potencial para la eólica marina. A partir de que se apruebe, empezarán a ser más sólidos los proyectos que ya han salido a la luz, que se tendrán que ganar una autorización administrativa en las subastas de renovables que posteriormente saque a concurso el Gobierno.

De momento hay tres promotores que han mostrado su interés en implantarse ante la costa de Roses y Jaume Morron, gerente de la patronal EolicCat está convencido de que en 2030 los molinos previstos estarán ya rodando, básicamente por el interés del Estado de descarbonizar la economía española y en ese objetivo han de jugar un papel importante las instalaciones marinas.

El proyecto Tramuntana, impulsado por las sociedades Blue Float Energy y Sener, preveía en su planteamiento inicial, finalmente rebajado para ganarse los favores de las entidades locales, un parque con una capacidad de 1.000 MW, lo que supondría aproximarse a un 90% de la demanda de toda la provincia de Girona.

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