Retos y oportunidades de la sanidad pública
Salvaguardar el sistema de salud preservando su genoma es un reto colectivo
El sistema sanitario es el buque insignia del estado del bienestar en España, posiblemente el mayor logro de nuestra democracia. El genoma del SNS español es cobertura universal, financiación pública fundamentalmente basada en impuestos y acceso según necesidad y no según capacidad de pago. En los años 1980s, bajo el mandato de Ernest Lluch en sanidad, se acometieron las dos grandes reformas...
El sistema sanitario es el buque insignia del estado del bienestar en España, posiblemente el mayor logro de nuestra democracia. El genoma del SNS español es cobertura universal, financiación pública fundamentalmente basada en impuestos y acceso según necesidad y no según capacidad de pago. En los años 1980s, bajo el mandato de Ernest Lluch en sanidad, se acometieron las dos grandes reformas, la Ley General de Sanidad, todavía vigente, y la reforma de la atención primaria. La primera supuso un cambio radical desde un sistema de seguridad social a un Sistema Nacional de Salud; del derecho de los trabajadores al derecho de la ciudadanía a la atención de su salud.
Han pasado cuarenta años. La sanidad ha ido cambiando, no siempre a golpe de BOE. La covid ha impuesto un exigente test de estrés al sistema, sacudiendo las organizaciones y forzando cambios rápidos en hospitales y centros de salud para hacer frente a las nuevas necesidades. Allí donde había liderazgo clínico, el test de estrés se superó e incluso sirvió para tomar nuevo impulso y acometer mejoras pendientes. El papel de los profesionales ha sido decisivo, el capital humano es el principal valor del sistema.
La pandemia ha revelado lo bueno y lo malo, los valores invisibles y los problemas estructurales soterrados. Ha traído al sector recursos y financiación extraordinarios, pero temporales, aceleró la digitalización de la sanidad y puso la salud en el punto de mira y la sanidad en la agenda política. La sanidad se resiente de los efectos de la pandemia. Estos días está en el punto de mira con la chispa encendida por los profesionales, frustrados y ninguneados, y el incendio se extiende rápidamente, al tiempo que las dificultades de acceso propulsan el gasto privado.
Hoy existe consenso social y profesional sobre la necesidad de mejoras y reformas del sistema de salud. Se aboga por un pacto de estado, pero esta cantinela lleva décadas, y el debate sobre el rumbo necesario de las reformas, más allá de lugares comunes, ni avanza ni se concreta.
La digitalización de la sanidad plantea importantes retos específicos. Necesitamos lograr un sistema de información integrado a partir de bases de datos de las CC AA, fragmentadas y no interoperables. Hay que preservar la equidad, amenazada no solo por el riesgo de una digitalización no inclusiva, sino también por otras potentes fuerzas del mercado.
El buen gobierno de la sanidad, una financiación adecuada, cobertura y acceso real a la asistencia sanitaria, la evaluación de resultados en salud y de la eficiencia de las prestaciones, cómo incorporar la perspectiva del paciente, abordar retos organizativos, y en particular la gestión de los recursos humanos, son temas esenciales pendientes. Salvaguardar el sistema de salud preservando su genoma es un reto colectivo. Como patronos de la Fundación Ernest Lluch, invitamos a la reflexión y el diálogo crítico sobre estas preocupaciones, convencidos que es la vía para la colaboración de la sociedad civil, de los profesionales sanitarios y de los decisores políticos para trabajar en esa dirección.
Beatriz González López-Valcárcel es Catedrática de la ULPGC y Jaume Puig-Junoy - Distinguished Professor UPF-BSM. Patrones de la Fundación Ernest Lluch
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal