Mossos: de la orientación política a la politización
Ni la política puede interferir en el ámbito de la tarea policial, ni la acción policial puede discurrir al margen o a la contra de la política
Ya hace tiempo, seguramente demasiado, que los Mossos d’Esquadra están en el centro del debate político, lo cual no es precisamente positivo. En la presente legislatura, los Mossos han sido moneda de cambio en el acuerdo partidario entre ERC y la CUP que dio nacimiento al Gobierno de Pere Aragonès, en el que se dibujó una Comisión de Estudio del Modelo Policial que destila una mirada no crítica, sino abiertamente desconfiada hacia la policía. Un acue...
Ya hace tiempo, seguramente demasiado, que los Mossos d’Esquadra están en el centro del debate político, lo cual no es precisamente positivo. En la presente legislatura, los Mossos han sido moneda de cambio en el acuerdo partidario entre ERC y la CUP que dio nacimiento al Gobierno de Pere Aragonès, en el que se dibujó una Comisión de Estudio del Modelo Policial que destila una mirada no crítica, sino abiertamente desconfiada hacia la policía. Un acuerdo que contemplaba la retirada de las acusaciones particulares que el Departamento de Interior venía practicando a manifestantes violentos, o de las defensas judiciales que igualmente se proporcionaban a los agentes de orden público que habían visto judicializado su trabajo.
Estas fueron las exigencias de la CUP y eso es precisamente lo que ha venido haciendo el Govern de la Generalitat. Esta politización continuó con la reordenación de hasta 36 miembros de la cúpula policial, con más aires de purga y de aviso para navegantes, que de ajuste técnico para acometer un Plan de Seguridad que, por cierto, el Govern todavía no ha aprobado. Y la cuestión parece que continúa con interferencias políticas en ámbitos estrictamente técnicos como, por ejemplo, el contenido de los protocolos policiales en materia de desalojo de las ocupaciones.
Una cosa es la orientación política del Cuerpo de los Mossos d’Esquadra y una muy diferente politizarlo. Al Govern de la Generalitat le corresponde orientar la política de seguridad, lo que se concreta, entre otros términos, en la apuesta por la feminización del cuerpo, el cuidado por los colectivos más vulnerables o la profundización en el concepto de policía de proximidad. Pero el Govern no puede politizar la estructura de la Policía autonómica como lo está haciendo desde el primer momento.
Ni la política puede interferir en el ámbito estrictamente técnico de la tarea policial, ni la acción policial puede discurrir al margen o a la contra de la orientación de la política de seguridad que establezca el Govern legitimado por el Parlament de Cataluña. En consecuencia, es imprescindible no confundir los dos planos, ni desde la esfera política ni desde la policial.
En la orientación de la política de la seguridad y del Cuerpo de los Mossos d’Esquadra, el Govern nos tendrá a su lado. En la politización, nos tendrá enfrente. Dos actitudes propias de quien es y de quien tiene una alternativa como la que posee el grupo parlamentario de Socialistas y Units per Avançar.
Ramon Espadaler es diputado del grupo parlamentario Socialistes i Units per Avançar.
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