Un mando de los Mossos acusado de estar a sueldo de una banda de ‘narcos’, absuelto 12 años después

El ‘caso Macedonia’, sobre presunta corrupción policial, concluye con sonadas absoluciones y sentencias mínimas

El juez Joaquín Aguirre (izquierda), durante un registro, en 2012, que ordenó por el ‘caso Macedonia’.CARLES RIBAS

El caso Macedonia estaba llamado a ser el gran escándalo de corrupción de los Mossos d’Esquadra y ha quedado prácticamente en nada. Solo un mando de los Mossos d’Esquadra, el subinspector Josep R., se sentó finalmente en el banquillo de los acusados después de una investigación que puso en el punto de mira a parte de la jefatura de la policía autonómica. El subinspector fue detenido en 2010, acusado de cobrar de una banda de narcotraficantes a cambio de facilitarles información. La sentenci...

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El caso Macedonia estaba llamado a ser el gran escándalo de corrupción de los Mossos d’Esquadra y ha quedado prácticamente en nada. Solo un mando de los Mossos d’Esquadra, el subinspector Josep R., se sentó finalmente en el banquillo de los acusados después de una investigación que puso en el punto de mira a parte de la jefatura de la policía autonómica. El subinspector fue detenido en 2010, acusado de cobrar de una banda de narcotraficantes a cambio de facilitarles información. La sentencia descarta que así fuera y, doce años después, le ha absuelto en una sentencia que supone un golpe a la investigación.

La Audiencia de Barcelona ha hecho pública este viernes la sentencia sobre el caso Macedonia, que se ha saldado con absoluciones para la mayoría de los 17 acusados y con penas mínimas para el resto por tráfico de drogas. El subinspector afrontaba una petición de ocho años y medio de cárcel, pero la sentencia considera que en ningún caso se ha podido probar que estuviera a sueldo de la red de traficantes. Los magistrados afirman que el mando policial mantenía “relaciones por teléfono y encuentros puntuales” relativamente frecuentes con algunos procesados, pero porque le suministraban información sobre “delincuentes” o grupos criminales. A cambio, el subinspector “simulaba” atender a algunas peticiones; no se ha podido demostrar que pidiera favores o regalos.

La sala tampoco ha acreditado que Manuel Gutiérrez Carbajo, histórico confidente de diversos cuerpos policiales -y que afrontaba una petición de once años- se dedicara al tráfico de drogas o fuera el cabecilla de la trama. Su testimonio fue una pieza clave en el caso Riviera-Saratoga, en el que los Mossos investigaron una trama corrupta en torno a los dos prostíbulos de Castelldefels por parte de mandos del Cuerpo Nacional de Policía (CNP). Gutiérrez Carbajo fue condenado, en una pieza separada, por tenencia ilícita de armas, ya que en el registro de su casa ordenado por el juez se encontraron armas y munición, además de 49.000 euros y gran cantidad de joyas y relojes de alta gama.

La fluida relación del confidente con mandos de los Mossos puso en alerta al titular del juzgado de instrucción número 1 de Barcelona, Joaquín Aguirre, encargado de la investigación sobre el tráfico de drogas. Aguirre sospechó que la policía autonómica le estaba hurtando información y no solo la apartó del caso sino que abrió una pieza separada en la que investigó a Antoni Salleras, entonces jefe del Área de Investigación Criminal de los Mossos y a cuatro de sus agentes. Salleras permaneció investigado hasta 2019, cuando la Fiscalía se negó a llevarle a él y a sus agentes a juicio por falta de pruebas.

Antes del juicio, algunos de los acusados aceptaron una pena de hasta dos años y medio de cárcel a cambio de asumir los hechos. La sentencia ha absuelto a la mayoría de acusados, que afrontaban penas severas por delitos graves como la organización criminal y el soborno.

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