El misterio de la mujer rescatada tras pasar seis horas en el mar en Barcelona

Los expertos consideran “sorprendente” que la bañista no sufriera afectaciones físicas tras mantenerse tanto tiempo a flote en plena noche

Las playas de La Barceloneta, en primer termino, y Sant Miquel, al fondo.Carles Ribas (EL PAÍS)

Ni hipotermia, ni dificultades respiratorias, ni impacto psicológico. La bañista rescatada la madrugada del lunes tras pasar más de seis horas en el mar en Barcelona fue dada de alta pocas horas después en perfecto estado tras ser sometida a observación. La mujer, de 29 años, había salido a nadar pasadas las nueve de la noche del domingo de la playa de Sant Miquel de la ciudad y un barco de mercancías, el Medi Sidney, la avistó a las cuatro de la m...

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Ni hipotermia, ni dificultades respiratorias, ni impacto psicológico. La bañista rescatada la madrugada del lunes tras pasar más de seis horas en el mar en Barcelona fue dada de alta pocas horas después en perfecto estado tras ser sometida a observación. La mujer, de 29 años, había salido a nadar pasadas las nueve de la noche del domingo de la playa de Sant Miquel de la ciudad y un barco de mercancías, el Medi Sidney, la avistó a las cuatro de la madrugada del lunes a 4,4 millas (más de 7 kilómetros) de donde salió, según informó Salvamento Marítimo. Los expertos admiten que su buen estado físico es “sorprendente” tras haber pasado tantas horas en alta mar en plena noche.

El aviso de su desaparición lo dieron otros bañistas el domingo, cuando explicaron que una mujer había salido a nadar sobre las nueve de la noche en la playa hacía más de una hora y no había regresado. En la arena la esperaba su perro, y seguían sus pertenencias, sin que nadie supiese nada de ella. Los Mossos, la Guardia Urbana, los Bomberos y el Sistema de Emergencias Médicas acudieron al lugar, y también se activó Salvamento Marítimo y el servicio marítimo de la Guardia Civil. La búsqueda se alargó hasta las dos de la madrugada, cuando se suspendió para reanudarla al día siguiente. “No lo entiendo, porque estas horas son cruciales y lo que se suele hacer es intensificar la búsqueda con cámaras de calor”, critica Fernando Sánchez, instructor de salvamento en Andalucía. “Esto quizás explica la falta de medios”.

A las cuatro de la mañana, aproximadamente, el Medi Sidney encontró a la mujer a 4,4 millas de sus pertenencias, cerca de la entrada del Puerto de Barcelona, en una zona de unos 40 metros de profundidad. Se acercó al buque nadando, la oyeron gritar y le lanzaron un salvavidas, según Salvamento Marítimo. La mujer contó entonces que había salido a nadar y que la corriente la arrastró mar adentro.

Su buen estado físico sorprendió a los sanitarios del Hospital del Mar, que la atendieron. La propia mujer rechazó ir al centro sanitario tras ser auxiliada porque se sentía bien, dijo, pero finalmente pasó unas horas en observación. Allí fue sometida a diferentes exámenes físicos y psicológicos y le dieron el alta antes del mediodía. Entre pasillos, los sanitarios admiten que su historia y sus explicaciones sobre las corrientes marinas “son sorprendentes”.

Emili Garcia, investigador del Instituto de Ciencias del Mar de Cataluña, confirma que las corrientes del litoral barcelonés se desplazan tradicionalmente de norte a sur, la dirección de la bañista. “Existen zonas de remolinos, pero la tendencia habitual es esta”, explica.

“Caso excepcional”

Los expertos apuntan a dos variables que interfieren en la capacidad de supervivencia de una persona en el mar: “La temperatura del agua y la capacidad física del bañista”, apunta Sánchez. Las bajas temperaturas del agua pueden llevar a los nadadores a sufrir cuadros de hipotermia, que en el peor de los casos “pueden derivar en paros cardíacos”, explica el directivo. El riesgo de ahogamiento aumenta con el “cansancio” por no poder mantenerse en la superficie.

“Este es un caso muy excepcional”, admite Sánchez. “Estar nadando seis horas en el mar y sobrevivir sin apenas una hipotermia es sorprendente. Lo máximo que habíamos visto en nuestra costa fue un muchacho que se lo llevó la corriente con un inflable y que lo encontraron después de tres horas deshidratado y muy afectado”.

No existe una mirada única entre el sector médico para comprender cómo la mujer salió del agua en tan buen estado. “O la mujer miente, o el agua del mar está muy caliente”, plantea Pere Domingo, médico del Hospital Sant Pau de Barcelona. Las aguas de la costa barcelonesa están a unos 28 grados, una temperatura mayor de lo habitual que quizás sirvió de tabla de salvación de la mujer. El doctor Pedro Castro, intensivista del Hospital Clínic de Barcelona, coincide en la importancia de la temperatura: “La actual no corresponde a una agua muy fría y facilitó la conservación de la temperatura corporal de la bañista”, analiza.

La hipotermia leve se diagnostica cuando un cuerpo está entre 32 y 35 grados. “Cuando se es joven y se está acostumbrado a las aguas frías, uno tiene más capacidad de resistencia”, entiende el doctor del Clínic. Frederic Tortosa, presidente de la federación catalana de salvamento, ve posible salir del agua sin hipotermia: “Hay gente que cubre el estrecho de Gibraltar, y son aguas más frías”.

Sánchez, sin embargo, señala su experiencia como socorrista para mostrar su asombro ante la capacidad física de la mujer rescatada. “Cuando cubrimos travesías en Torremolinos (Málaga), siempre llevamos la manta térmica y el desfibrilador para casos de hipotermia, y siempre acabamos atendiendo a más de un participante”, compara. “Y estas competiciones se realizan de día y con neoprenos”. En todo caso, la temperatura del mar entre el día y la noche varía poco, según asegura García. “Los procesos son mucho más lentos en los océanos y cuesta que las capas superficiales se enfríen por la noche”.

El final feliz de la historia no tapa la extrañeza que genera entre los expertos consultados. “Es un caso sorprendente. Nadie va a nadar sola mar adentro en plena noche”, recuerda Tortosa. “Y no me consta que hubiese una alerta por oleaje”, añade. Garcia tilda la noticia de “llamativa”, mientras que Sánchez sobreentiende que la mujer tenía que estar en muy buena forma física: “Los entrenamientos en natación acostumbran a ser de dos horas y media consecutivas como máximo. Es muy difícil mantenerse energéticamente. Es impresionante que tras seis horas en alta mar nadando le dieran el alta con tanta rapidez”.

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