Laura Borràs: de presidir el Parlament a abanderar el discurso antipartidos en tres semanas

La líder de Junts, suspendida de su cargo en la Cámara catalana por presunta corrupción, carga contra el “corporativismo” de las formaciones políticas y contra la mesa de diálogo

La presidenta de Junts, Laura Borràs, durante su conferencia en Prada de Conflent (Francia).EUROPA PRESS (EUROPA PRESS)

La Universitat Catalana d’Estiu ha cerrado este martes su edición número 54 con un plato fuerte. Laura Borràs, suspendida desde finales de julio de su cargo de presidenta del Parlament tras abrírsele juicio oral por delitos de corrupción, se ha desplazado hasta Prada de Conflent (Francia) para dar una conferencia titulada “¿Tiene límites el parlamentarismo?”. La también líder de Junts no ha ahondado en su situación personal pero sí ha aprovechado la tribuna de esa cita lúdico académica de los def...

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La Universitat Catalana d’Estiu ha cerrado este martes su edición número 54 con un plato fuerte. Laura Borràs, suspendida desde finales de julio de su cargo de presidenta del Parlament tras abrírsele juicio oral por delitos de corrupción, se ha desplazado hasta Prada de Conflent (Francia) para dar una conferencia titulada “¿Tiene límites el parlamentarismo?”. La también líder de Junts no ha ahondado en su situación personal pero sí ha aprovechado la tribuna de esa cita lúdico académica de los defensores del proyecto de los Països Catalans para cargar contra la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno central, que ha calificado de “contraproducente para el camino a la independencia”. Ha arremetido igualmente contra unas formaciones (incluida la que ella preside) que ve enredadas en el “corporativismo” y que, en su opinión, no logran ahora movilizar eficientemente el voto a favor de la secesión.

Pese a que ha iniciado su intervención advirtiendo de que no entraría en su caso particular, Borràs ha afirmado: “Algunos políticos han decidido hacer de jueces y juzgarme con demasiada frivolidad, con intencionalidad política e interés partidista”. Y ha sostenido que la decisión de la Mesa del Parlament de apartarla del cargo temporalmente fue un intento de “camuflar” los pactos de carácter autonomista que se estaban cerrando en la mesa de diálogo entre los dos Gobiernos (los dos hechos ocurrieron en días sucesivos). Ese foro entre Ejecutivos, ha dicho la líder de Junts, “ha dejado de ser estéril para ser contraproducente al camino de la independencia”, y solo pretende buscar “un acomodo en la autonomía”. En dicha reunión entre las delegaciones de las dos Administraciones, entre otras cosas, el Gobierno bendijo la nueva ley de enseñanza de lenguas en Cataluña.

Ante la estrategia de diálogo de ERC, la diputada suspendida ha abogado por ir a una mayor confrontación con el Estado, no apartarse del “mandato democrático” del referéndum del 1 de octubre de 2017 y trabajar en la unidad de acción independentista. Ahí ha vuelto a remarcar lo que considera la rendición de los republicanos y ha reabierto de manera velada el debate sobre si Junts debe salir del Ejecutivo. “Los partidos tienen que ser un instrumento, una herramienta. Como también lo es estar en el Govern, que los partidos tienen que ver como una herramienta a usar para convertir en realidad los anhelos de la gente [el 1-O]”, ha dicho.

La líder de Junts, desde el congreso del pasado mes de junio, ha asegurado que ella misma hace “autocrítica” sobre el papel que han jugado las formaciones independentistas tras las últimas elecciones catalanas, pero sin dejar de apuntar a ERC y a la CUP. “El orden de los factores sí altera el producto. Hay gente que dice que solo quiere un nuevo Estado si es de izquierdas o ecologista. Esa es la mejor receta contra el fracaso. La independencia solo la podemos lograr si estamos todos”, ha afirmado. También ha lamentado que la imagen de “nido de problemas” que proyectan los partidos lleve a la desmovilización electoral. “La gente tiene motivos para instalarse en el ‘sí’ a la independencia pero en el ‘no’ a los partidos independentistas”, ha señalado ante una audiencia ideológicamente alineada con la idea de un Estado catalán que incluya incluso otros territorios del Estado español, Francia o Italia.

Tras presentarse como una recién llegada a la política (aunque en la última década ha asumido distintos cargos como directora de una entidad pública dependiente de la Generalitat, diputada y consejera del Govern), Borràs ha culpado al “corporativismo” de los partidos y de las instituciones como uno de los lastres para la acción parlamentaria en Cataluña. Esta, ha asegurado, no será plena hasta que se consiga la independencia. “[Desde la aplicación temporal del artículo 155 en 2017] Estamos mucho más limitados, la vida ordinaria del Parlament puede trasladar una falsa imagen de normalidad, pero no tiene nada de normal”, ha asegurado.

Como ejemplo de esos lastres, ha mencionado las resistencias a poner en marcha el acuerdo entre los grupos parlamentarios para que las dietas por desplazamiento se incluyan en el salario (ha aprovechado para recordar que ella renunció a esas dietas); el cálculo político para evitar mejorar los mecanismos de participación telemática en plenos y comisiones (”La defensa de la unidad de España pasa por encima de la actualización tecnológica”, ha ironizado tras referirse a la frustrada investidura a distancia de Carles Puigdemont, huido en Bélgica) o todo el debate sobre el beneficioso régimen de jubilaciones anticipadas de la Cámara.

Borràs también ha aprovechado para erigirse como una gran defensora del reglamento del Parlament. Ha asegurado que su compromiso con ser “rigurosa” con el articulado ha puesto fin a la “deriva hacia el filibusterismo que se había instalado” en los debates en la Cámara. Una observancia que efectivamente le ha permitido parar en muchas ocasiones las declaraciones xenófobas y machistas de los diputados de Vox, pero que ha obviado en lo que le afectaba a ella misma: Borràs rechazó hasta el último momento que se le aplicara el artículo del reglamento que le obligaba a dejar de manera temporal el cargo después de que se le abriera juicio oral por el supuesto fraccionamiento de contratos públicos para beneficiar a un amigo, cuando presidía la Institució de les Lletres Catalanes. La Fiscalía le acusa de fraude y prevaricación. Ella ha insistido que en su caso se ha hecho un uso “sesgado” del reglamento.

Una vez más, de manera velada y tirando de los clásicos griegos, ha puesto su situación personal en el centro. Refiriéndose a la manera en la que, a su parecer, los socialistas han explotado políticamente la prohibición legal de voto telemático a Lluís Puig, diputado de Junts huido de la justicia en Bélgica desde 2017, Borràs ha recordado un diálogo de Edipo, cuando al rey mítico de Tebas se le pide que castigue al culpable de atraer la peste. “[Edipo] Nunca se imagina que el castigo desmesurado que pide le caerá en sus espaldas (...) se tiene que regular de una manera justa, ecuánime, no pensando que los límites de la ley como castigo siempre impliquen a los otros y no a uno mismo. Se tiene que pensar siempre en legislar no ad hoc sino para todos”, ha rematado.

Al final de su intervención, la mayoría del público la ha ovacionado al grito de “presidenta, presidenta”. El acto llega una semana después de que Borràs estuviera en el ojo del huracán por su actuación en el homenaje a las víctimas del atentado terrorista en la Rambla. La jefa de filas de Junts fue saludar a una parte de los asistentes que boicotearon el minuto de silencio y que defienden teorías conspiranoicas.

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