Estimado Sr. Collboni: “Poco le importan las miles de familias del sector de las VTC”

Un conductor replica al primer teniente de alcalde de Barcelona y critica el decreto que regula al sector

Un vehículo de Cabify recoge un pasajero al lado de un taxi, en Barcelona.Albert Garcia

Estimado Sr. Collboni,

Mi nombre es Josep, nací en Barcelona hace 54 años y trabajo como conductor de VTC desde hace más de 5 años. Me presento porque soy un ciudadano cualquiera, aunque tengo un trabajo que ustedes se dedican a criminalizar desde el Parlament y algunos medios de comunicación. Después de leer su tribuna de opinión del pasado 20 de julio, y tras sus posteriores palabras en el Parlament, pasaron muchas ideas por mi cabeza…

Dice que...

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Estimado Sr. Collboni,

Mi nombre es Josep, nací en Barcelona hace 54 años y trabajo como conductor de VTC desde hace más de 5 años. Me presento porque soy un ciudadano cualquiera, aunque tengo un trabajo que ustedes se dedican a criminalizar desde el Parlament y algunos medios de comunicación. Después de leer su tribuna de opinión del pasado 20 de julio, y tras sus posteriores palabras en el Parlament, pasaron muchas ideas por mi cabeza…

Dice que le preocupan las 13.000 familias de taxistas, pero poco le importan los miles de familias del sector de las VTC, que somos los principales perjudicados de ese gran acuerdo que usted alaba. Usted y sus compañeros políticos no solo dejan sin trabajo y sustento a más de 3.000 familias que dependen del sector del VTC, sino que privan a los ciudadanos de Cataluña el poder elegir libremente el medio de transporte que más les convenga a cada uno. Para usted, parece que hay ciudadanos de primera y de segunda categoría.

Bien sabe usted, por su cargo y su experiencia, que las generalizaciones suelen conllevar errores graves. Histórica y socialmente, han provocado que haya estereotipos y prejuicios con frases como “los catalanes son…” o “todos los políticos son…”. No es necesario completar las frases, bien sabemos que cualquier adjetivo que se añada a continuación será erróneo, y nunca representará a todos ellos. A pesar de eso, desde el Parlament y desde su tribuna se han dedicado a lanzar proclamas poniendo en el punto de mira a todo el sector de las VTC por las prácticas ilegales de una compañía, todo ello para ganarse el aplauso (y los votos) de algunos taxistas, y ni siquiera se han inmutado.

Ustedes no han regulado las VTC, tal y como anunciaron. Ustedes están intentando acabar con un sector al que acusan de tropelías que nada tienen que ver con la realidad, con exigencias que cambian cada año en función de sus intereses, y con objetivos muy alejados de los problemas de los ciudadanos. Este decreto va contra empresas de transporte que operan en Barcelona y su área metropolitana y afecta principalmente a los trabajadores, esos a quien los partidos de izquierdas, como se supone que es el suyo, dicen defender. Pregunte a los ciudadanos por qué algunos prefieren el servicio de VTC respecto al taxi, no hable solamente con una parte. Pregunte también a los sindicatos, hable con los representantes del sector del taxi sobre el convenio de 2013, que por cierto es el mismo que nos aplica a los conductores de VTC. A la hora de precarizar las profesiones, ahí sí somos iguales.

Les ha importado tan poco el bienestar de los ciudadanos y visitantes de Barcelona que han utilizado la imposición de vehículos de gama alta, con unas dimensiones desproporcionadas, para evitar que las VTC circulen por la ciudad. Están dispuestos a ir en contra del Pacto Punto Verde Europeo (Green Deal), que recomienda evitar este tipo de vehículos para el transporte urbano por motivos de eficiencia, congestión de las ciudades, seguridad vial y criterios medioambientales. Y añaden una especificidad, de 4,90 metros, que es algo innecesario para el ciudadano y para la ciudad que cada día recorro en mi herramienta de trabajo.

Vaya un día a buscar un medio de transporte en la zona alta de Torre Baró, en la zona la Nova Marina, en Nou Barris, en Sarrià, todos ellos barrios de Barcelona. Cuando lleve esperando el tiempo que considere a que pase un taxi, pruebe a pedir un servicio VTC. En unos minutos tendrá una persona que se esforzará en darle a usted el mejor servicio posible, porque el buen servicio lo dan las personas, no los vehículos, midan 4´90 o lleven las puertas de color amarillo. Por cierto, los primeros taxis de Barcelona eran totalmente negros, como hoy en día son, en su gran mayoría, los VTC.

Lo siento, señor Collboni, pero le presuponía mayor amplitud de miras. Reflexione y no se deje influir por un puñado de votos. Barcelona nos quiere, Barcelona nos necesita, el servicio de taxi y el servicio de VTC somos totalmente complementarios, y son algunos de ustedes quienes, desde la tribuna del Parlament y algunos medios, buscan enfrentamientos que nos afectan directamente a miles de familias, del taxi y de la VTC, en lugar de aportar soluciones a trabajadores y ciudadanos de Barcelona y su área metropolitana..

Josep Díaz, conductor VTC en Barcelona y Presidente del Comité de Empresa de Prestige & Limousine Barcelona

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