Aragonès desmiente a Borràs y niega que su caso judicial sea una persecución política

El ‘president’ acudirá a la reunión de este viernes con Pedro Sánchez con reclamaciones sobre la “autodeterminación” y la “amnistía”

La presidenta del Parlament, Laura Borràs, durante un pleno del Parlament, el pasado 6 de julio.David Zorrakino (Europa Press)

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de ERC, se ha apartado abiertamente este lunes del discurso victimista de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de Junts, que sostiene que la causa judicial que se sigue contra ella está motivada por su condición de independentista. Aragonès ha afirmado en Onda Cero que esa causa poco tiene que ver con los casos judiciales derivados del procés, y que los delitos que se imputan a Borràs “son los que son”. Borràs está procesada por cuatro delitos de corrupción: malv...

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, de ERC, se ha apartado abiertamente este lunes del discurso victimista de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, de Junts, que sostiene que la causa judicial que se sigue contra ella está motivada por su condición de independentista. Aragonès ha afirmado en Onda Cero que esa causa poco tiene que ver con los casos judiciales derivados del procés, y que los delitos que se imputan a Borràs “son los que son”. Borràs está procesada por cuatro delitos de corrupción: malversación, prevaricación, fraude y falsedad documental. Se la acusa de fraccionar contratos cuando estaba al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (ILC), entre 2013 y 2018, para beneficiar a un amigo. Este sábado, en un homenaje público que organizaron el expresident Quim Torra y el denominado Grupo de Apoyo a Laura Borràs, la presidenta de la Cámara catalana reafirmó su intención de no dimitir, incluso aunque se confirme la apertura de juicio oral contra ella.

“Esquerra pondría la institución por delante”, ha asegurado el presidente a la pregunta de cómo reaccionaría el partido republicano si alguno de sus cargos se viera involucrado en una trama como la que afecta a Borràs. “Se le apartaría”, ha insistido Aragonès, antes de señalar que, en caso de que luego hubiera una absolución, podrían restituirse “las responsabilidades”. La también republicana Alba Vergés, vicepresidenta de la Mesa del Parlament, ha abundado en que, ante todo, Borràs debería velar por el “prestigio” de la institución que preside.

Aragonès se ha referido también a la reunión que mantendrá este viernes en Madrid con Pedro Sánchez. La ha calificado de “importante” y ha confiado en que sea “un punto de inflexión para poder avanzar decididamente en el proceso de negociación para la resolución del conflicto político”. “No sé qué Pedro Sánchez voy a encontrarme. Lo que sí sé es que yo defenderé el derecho a la autodeterminación, la amnistía y la necesidad de abordar estas cuestiones en el proceso de negociación”, ha añadido. Aragonès ha hecho alusión expresa a la celebración de un referéndum de independencia en un futuro inconcreto ―“La mejor forma de resolverlo es un referéndum. Si los contrarios a la independencia están tan seguros de que los independentistas somos minoría, pongámoslo a votación y aceptaremos el resultado”― y ha apuntado que las mayorías necesarias para ganar esa hipotética consulta serían negociables. Ha avanzado igualmente que acudirá al encuentro del viernes con reclamaciones sobre la “desjudicialización” de la política catalana y exigencias sobre la agenda “antirrepresiva”, que no ha especificado, y ha añadido que, ante la ”crisis” generada por la gestión del caso Pegasus de presunto espionaje, es necesario mantener puentes de diálogo entre gobiernos: “Cataluña y la ciudadanía española merecen que este proceso de negociación pueda avanzar”.

La reunión de los dos presidentes, aunque en principio no versará sobre ello, llega con Laura Borràs a un paso de apertura de juicio oral por presunto fraccionamiento de contratos al frente de la Institució de les Lletres Catalanes (un organismo de la Generalitat), cargo que ocupó antes de pasar al Govern como consejera de Cultura y más tarde a la presidencia del Parlament. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ve indicios de cuatro delitos: prevaricación, fraude administrativo, malversación de caudales y falsedad en documento mercantil. La semana pasada, la también presidenta de Junts intervino en un congreso sobre corrupción que se celebró en el Parlament. Durante su discurso, afirmó que las democracias “con tics autoritarios” pueden utilizar la corrupción como un “arma contra la disidencia”.

Suspensión sin dimisión

En la misma línea de Aragonès, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, ha apuntado que Borràs tiene en su mano decidir cómo se aborda su caso. “No podemos obligar a nadie, y mucho menos a alguien que no es de nuestro espacio político, pero sí le podemos dar recomendaciones”, ha dicho. “Debería tomar una decisión que preserve la institución, más allá de intereses personales”. Esquerra considera que una manera de preservar la “honorabilidad y ejemplaridad” del Parlament, al tiempo que la presunción de inocencia de su presidenta, pasaría por una “suspensión del acta” de Laura Borràs.

“No le pedimos que dimita, no sería una decisión irreversible”, insistió Vilalta, que evitó avanzar qué hará su partido si, llegada la hora de apertura de juicio oral, Borràs se ancla en su intención de no dejar el cargo. “No estamos en el escenario de si hay que votar una cosa u otra”, ha afirmado. Borràs quita legitimidad al artículo del Reglamento del Parlament que exige a la Mesa de la Cámara suspender los derechos del diputado que sea procesado por corrupción. Los partidos independentistas tienen mayoría en la Mesa, pero ERC y la CUP ya han insinuado que se posicionarán al lado del PSC si hay que votar para suspender a la presidenta de Junts. Insisten en que el expediente judicial de Borràs no encaja con un supuesto de “represión”.

La portavoz de ERC también aprovechó su comparecencia para aplaudir el acuerdo suscrito el viernes por la consejera Laura Vilagrà y el ministro Félix Bolaños para reactivar el diálogo entre el Gobierno y la Generalitat. Lo tildó de “primer paso” para generar un marco de negociación que ayude a superar el “conflicto político” en Cataluña.


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