Un investigado declara que un emisario del Kremlin ofreció en 2017 a Puigdemont una videollamada con Putin
Víctor Terradellas, excargo de Convergència, niega ante el juez que el expresidente le encargara un acercamiento a Rusia
Un excargo de Convergència (CDC) ha declarado este miércoles ante el juez que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont mantuvo dos reuniones en octubre de 2017 -días antes de la fallida Declaración Unilateral de Independencia- con dos ciudadanos rusos que se presentaron como personas “del entorno del Kremlin”. Víctor Terradellas, antiguo responsable de relaciones internacionales del partido y amigo de Puigdemont, ha confirmado ante el juez esos encuentros y ha afirmado que los supuestos...
Un excargo de Convergència (CDC) ha declarado este miércoles ante el juez que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont mantuvo dos reuniones en octubre de 2017 -días antes de la fallida Declaración Unilateral de Independencia- con dos ciudadanos rusos que se presentaron como personas “del entorno del Kremlin”. Víctor Terradellas, antiguo responsable de relaciones internacionales del partido y amigo de Puigdemont, ha confirmado ante el juez esos encuentros y ha afirmado que los supuestos emisarios del Gobierno ruso ofrecieron ayuda militar y económica a una hipotética Cataluña independiente. Uno de ellos, el diplomático y empresario Nikolai Sadovnikov, llegó a plantear la posibilidad de que, alcanzada la secesión, Puigdemont y el presidente ruso, Vladímir Putin, mantuvieran una conversación por videollamada.
Una investigación conjunta de medios y agencias internacionales (El Periódico, OCCRP, Bellingcat, Irpimedia, Istories e Il Fatto Quotidiano) ha revelado esta semana detalles de dos reuniones que se celebraron los días 24 y 26 de octubre de 2017 en la Casa dels Canonges, residencia oficial del presidente de la Generalitat. Terradellas fue el motor de esos encuentros. Según ha explicado ante el juez, un “amigo” -al que no ha identificado- le trasladó el interés de unos ciudadanos rusos en entrevistarse con Puigdemont para conocer de primera mano si, tras el referéndum del 1-O, Cataluña pretendía convertirse realmente en un Estado independiente.
Además del expresidente y su amigo, en el primero de los encuentros estuvieron presentes Sergey Motin -un ciudadano ruso que había recibido tratamiento en una clínica de Barcelona y más tarde falleció- y Jordi Sardà, un empresario implicado en una presunta estafa a Gas Natural. Motin se interesó por cómo se financiaría una Cataluña independiente y se mostró partidario de ayudar en caso necesario. A la segunda visita, apenas un día antes de la DUI, se sumó Nikolai Sadovnikov, el exdiplomático que, según el trabajo de los citados medios, es el más cercano de todos al círculo del presidente Putin. A uno de los encuentros asistió también, según ha detallado Terradellas, la exdirigente de Junts Elsa Artadi, que hace unos días dimitió como candidata a la alcaldía de Barcelona por motivos personales.
Los presuntos emisarios rusos transmitieron a Puigdemont que, si Cataluña se convertía en un Estado independiente, ayudarían a financiarlo con un sistema de criptomonedas y con la aportación de 10.000 soldados. Eso es, al menos, lo que Terradellas ha explicado este miércoles ante el juez. Según ha añadido, Puigdemont se quedó “anonadado” ante lo que estaba escuchando y no dio credibilidad alguna al ofrecimiento. En una declaración de tres horas como investigado, el excargo de CD ha desvinculado a Puigdemont de la génesis de esas reuniones, ha negado que le encargara establecer contactos con los rusos y ha afirmado que el exmandatario, huido a Bélgica de la justicia española, no dio ninguna credibilidad a la oferta.
Terradellas está formalmente investigado por el supuesto desvío de fondos públicos de la Diputación de Barcelona a través de dos entidades (Catmon e Igman) que administraba. En el marco de esa instrucción, el juez de Barcelona halló un archivo de audio en el que este excargo de CDC explicaba a personas relevantes del procés que los rusos habían ofrecido “10.000 soldados” a una hipotética Cataluña independiente. Ese archivo fue el origen del caso Voloh, por el que el juez indaga la presunta injerencia rusa en el proceso independentista, y por la que Terradellas ha sido interrogado.
Inmerso en una pugna interna en Junts per Catalunya -heredero político de Convergència- para convertirse en candidato a la alcaldía de Reus (Tarragona), Terradellas ha asumido toda la responsabilidad en la búsqueda de los contactos rusos. Ese interés en Rusia obedecía a su trabajo previo como responsable de relaciones internacionales del partido. Todo lo hizo por su cuenta, sin que nadie le encargara, tampoco Puigdemont -con el que mantenía una relación muy cercana- le encargara ningún trabajo. En 2017, de hecho, Terradellas no ocupaba ningún cargo público.
El investigado ha reconocido que, en 2018 -una vez superada la frustración por el referéndum fallido del 1-O- viajó a Moscú y se vio nuevamente con el presunto hombre cercano al Kremlin, Sadovnikov. Terradellas ha remarcado que, una vez más, lo hizo por iniciativa propia y por motivos personales, nunca por encargo de Puigdemont. Los contactos terminaron una vez que fue detenido por el presunto desvío de fondos, que este miércoles también ha negado de forma tajante: las subvenciones, ha dicho, en ningún caso sirvieron para desviar fondos ni a Convergència ni al proceso soberanista.
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