La ONU elige el Delta de l’Ebre como primer territorio del mundo donde evaluar su resiliencia
La agencia de asentamientos urbanos ONU-Habitat diagnosticará las comarcas de Terres de l’Ebre y planteará acciones a realizar
Hace años que la ONU, a través de la agencia ONU-Habitat, dedicada a los asentamientos humanos, estudia la resiliencia de ciudades de todos los continentes ante retos como el cambio climático o la necesidad de ser sostenibles. Ayuda a los gobiernos a implementar políticas urbanas soste...
Hace años que la ONU, a través de la agencia ONU-Habitat, dedicada a los asentamientos humanos, estudia la resiliencia de ciudades de todos los continentes ante retos como el cambio climático o la necesidad de ser sostenibles. Ayuda a los gobiernos a implementar políticas urbanas sostenibles. Ahora, en un salto de escala, ONU-Habitat se dispone a analizar, por primera vez, la resiliencia de un territorio no urbano. Y, de todo el mundo, ha elegido las Terres de l’Ebre, que conforman cuatro comarcas de Tarragona en el tramo final del río Ebre, que acaba en el frágil ecosistema del Delta de l’Ebre.
La prueba piloto consistirá en realizar una diagnosis de las fortalezas y debilidades de la zona y plantear acciones para aumentar su capacidad de respuesta a transformaciones como el cambio climático, la revolución y la economía digital, la despoblación, el escenario post nuclear, la educación, el turismo sostenible, las tensiones por el agua o la preservación del patrimonio natural y cultural. El Delta y su entorno son una región frágil y compleja. Estratégica, entiende la ONU, por la combinación de zonas de gran valor natural (de litoral o de interior, con hasta casi 1.500 de altura el Mont Caro) con áreas urbanizadas (ciudades de hasta 30.000 habitantes, pero también pueblos de apenas unos centenares).
El vicepresidente de la Generalitat, Jordi Puigneró, ha firmado este lunes en Nueva York el acuerdo con ONU-Habitat que permitirá arrancar esta prueba piloto. Ha sido en el marco de la Asamblea General de la ONU dedicada a la implementación de la Agenda Urbana. El Gobierno catalán destinará 1,2 millones de euros en los próximos años y ONU-Habitat aportará los equipos técnicos.
Desde ONU-Habitat, que tiene su sede desde hace siete años en Barcelona, la coordinadora de alianzas e incidencia política del programa de ciudades resilientes, Rosa Suriñach explica que en Nueva York “se revisarán los primeros años de la nueva agenda urbana y los compromisos de ciudades y Estados”. “Desde hace siete años trabajamos la resiliencia de entornos urbanos [Maputo, Dakar, Asunción, Medellín o Barcelona son algunas de las ciudades donde han trabajado] y ahora lo queremos escalar, y el compromiso de la Generalitat es hacer el piloto en Terres de l’Ebre y a posteriori cooperar con otras regiones del mundo”, detalla y aclara que la agencia no se dedica solo a las ciudades, sino a los “asentamientos humanos”.
El plan de trabajo prevé recoger información, a través de la metodología de indicadores de ONU-Habitat, compartirlos con los agentes del territorio y a partir de una diagnosis, “identificar acciones, cuestiones a implementar”.
“No todo pasa en las ciudades”, señala el vicepresidente y consejero de Políticas Digitales y Territorio. En Terres de l’Ebre hay retos como el agua y el clima, el repoblamiento y cómo fijar población que pueda trabajar en la economía del siglo XXI, cómo hacer sostenible el turismo, el sector primario y cómo le afectan normativas europeas, el escenario post nuclear (la zona afronta en la próxima década el cierre de los reactores nucleares de Asco y Vandellós)… enumera Puigneró. “Hay muchos temas a abordar en relación con los grandes retos”, defiende. “Vamos a arremangarnos para analizar a fondo cuál es la situación”, remata Suriñach.
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