La baja de casi 2.500 profesionales sanitarios tensiona aún más el sistema en Cataluña

Los servicios esenciales como el transporte o la seguridad sufren la falta de recursos

Colas en el CAP Guinardó de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

El punto álgido de la sexta ola de la pandemia del coronavirus está llevando al límite los ya castigados servicios esenciales debido a las bajas por enfermedad o confinamientos por contactos con positivos. La situación más crítica se produce en la sanidad catalana, donde hay 2.500 profesionales de baja, más del doble que en la quinta ola. Unas bajas que llegan cuando el sistema está agotado, saturado y merma su capacidad de resp...

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El punto álgido de la sexta ola de la pandemia del coronavirus está llevando al límite los ya castigados servicios esenciales debido a las bajas por enfermedad o confinamientos por contactos con positivos. La situación más crítica se produce en la sanidad catalana, donde hay 2.500 profesionales de baja, más del doble que en la quinta ola. Unas bajas que llegan cuando el sistema está agotado, saturado y merma su capacidad de respuesta.

Las bajas también afectan a los cuerpos policiales (según fuentes sindicales, porque ni Mossos ni Guardia Urbana de Barcelona facilitan cifras), a los bomberos de la Generalitat (de nuevo según los empleados), a Renfe o al metro de Barcelona, servicios donde circularon algunos trenes menos.

Desde la federación de servicios públicos de UGT, Encarna Fernández, alerta de que “después de cinco olas aguantando el tirón, la sexta ha supuesto tocar hueso y ha revelado las carencias y déficit de los servicios públicos: por los recortes y la falta de reposición de jubilaciones”. En el caso de los esenciales, añade, muchos “no pueden teletrabajar ni les puedes reemplazar de un día para otro: bomberos, sanitarios o maestros”

La situación más crítica se produce en la sanidad, donde hay 2.500 profesionales de baja, más del doble que en el pico de la quinta ola, según confirmó este lunes el Departamento de Salud de la Generalitat. La plantilla sanitaria del Institut Català de la Salut, la empresa pública de servicios sanitarios de la comunidad, es de unos 48.000 trabajadores, según sus datos públicos actualizados el pasado mes de abril.

Las bajas nos obligan a rehacer los equipos para dar respuesta a la población”, avisa Iris Alarcón, miembro de la junta de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (Camfic). “Y estas bajas no llegan esta vez solo por contagios, sino por desgaste físico y mental. Estamos al límite”. Alarcón recuerda que los profesionales “están doblando turnos” para dar respuesta las necesidades actuales, la mayoría vinculadas a la pandemia. “Ante la falta de manos, la atención a los pacientes crónicos y diabéticos, por ejemplo, no es la que debería”. Algunos ambulatorios abren en fin de semana para seguir vacunando, y los equipos de atención primaria han acelerado la contratación de estudiantes y jubilados para cubrir las vacantes de los últimos días.

Ante la falta de manos en la atención primaria, Cataluña no comprueba presencialmente los casos positivos detectados con un test de antígenos realizados en casa o en una farmacia y da por buena la notificación de cada usuario sin una validación médica.

“Si pasara algo grave, sería un mal momento”

El Departamento de Interior, por su parte, rechazó concretar la cifra de Mossos de baja, e insistió en que de momento no existe una afectación que limite las actuaciones previstas. Un portavoz del sindicato policial Sap Fepol, mayoritario entre la policía autonómica catalana, coincide en que no existe una “gran afectación” en el sector, aunque admite cierto impacto en las tareas de orden público a pesar de las “medidas preventivas” para evitar contagios entre los agentes. “Si ahora pasara algo grave, sería un mal momento por falta de efectivos”, apunta.

En el frente policial, con todo, el punto de mayor tensión ya ha pasado, admiten los sindicatos: fue la coincidencia de Fin de Año y el toque de queda. En la Guardia Urbana de Barcelona, los sindicatos Sapol y Csif explican que no tienen datos actualizados desde el día 27 de diciembre, cuando las bajas se habían triplicado respecto a la semana anterior. Eugenio Zambrano, de Csif, insiste en pedir que el colectivo sea declarado de riesgo.

Respecto a los bomberos, la situación es distinta en Barcelona (donde hay cinco grandes parques con mínimo entre 17 y 20 efectivos y las bajas se pueden gestionar) y la Generalitat, donde en parques con solo tres o cuatro bomberos la situación se complica antes. Fuentes de Interior aseguran que se opera con normalidad, pero el sindicato UGT mantiene que en los próximos días algunos parques tendrán que cerrar y que incluso lo hicieron algunos el pasado fin de semana.

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