Billie Holiday, Tina Turner y Jane Birkin, divas del In-Edit

El festival de documentales musicales de Barcelona ha programado tres películas desiguales sobre estas artistas

Jane Birkin, a la derecha de la imagen, en el documental que ha dirigido su hija Charlotte Gainsbourg, a la izquierda.

La decimonovena edición del festival In-Edit terminó el pasado domingo su andadura con fuerzas renovadas. En tres días consecutivos se sucedieron en su programación tres grandes divas, de esas que lo son de verdad y no necesitan utilizar su apellido para que todo el mundo sepa quiénes son. Confirmándolo ninguna de las tres películas programadas empleaba los apellidos de sus protagonistas. Así Tina, Billie y Jane par Charlotte han atraído lógicamente a públicos muy diferentes y han elevado notablemente el tono del certamen.
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La decimonovena edición del festival In-Edit terminó el pasado domingo su andadura con fuerzas renovadas. En tres días consecutivos se sucedieron en su programación tres grandes divas, de esas que lo son de verdad y no necesitan utilizar su apellido para que todo el mundo sepa quiénes son. Confirmándolo ninguna de las tres películas programadas empleaba los apellidos de sus protagonistas. Así Tina, Billie y Jane par Charlotte han atraído lógicamente a públicos muy diferentes y han elevado notablemente el tono del certamen.

Realmente Tina Turner, Billie Holiday y Jane Birkin tienen poco en común. Excepto ser mujeres y ser grandes artistas, eso sí: cada una a su manera. Probablemente por ese alejamiento personal y artístico las tres películas que este año se han presentado hablando de ellas, son también películas totalmente distintas y difícilmente comparables.

Fotograma del documental sobre Billie Holiday.

Tina Turner, dirigida por Daniel Lindsay y T. J. Martin este 2021, la más expansiva de las tres, es también la que tiene el film visual y musicalmente más explosivo aunque se trata de un tópico biopic hagiográfico. Dividido en 3 partes explica su ascenso de la mano de Ike Turner, su inmediato descenso a los infiernos a causa precisamente de esa misma mano bastante más que dura y su posterior renacer escalando hasta lo más alto del panorama musical. A lo largo de más de dos horas se presenta a la Turner como una auténtica heroína. Nada nuevo. Si se conoce su vida, la película puede no tener excesivo interés, pero la música es magnífica. Y aunque se trate de una producción de HBO vale la pena verla y oírla en un cine de los de toda la vida.

No sucede igual con las otras dos películas, idóneas para ser vistas en televisión o en la pantalla de un ordenador (teléfonos móviles no, por favor, que, a pesar de todo ¡siguen siendo películas!). La dedicada a Billie Holiday, de James Erskine (2019), es un clásico documental creado a partir de las entrevistas de la periodista Linda Lipnack Kuehl que, al suicidarse, dejó incompleta la biografía que preparaba de la cantante. A partir de esas palabras, tampoco especialmente novedosas, y utilizando muchas fotografías y material de archivo se recrean los conocidos altibajos de la cantante sin regodearse, como suele ser la norma, en los periodos más lúgubres, que los tuvo. No sirve para hacernos una nueva imagen de Lady Day, si es que fuera necesario, pero se ve con mayor placer que la también reciente y altamente fallida Los Estados Unidos contra Billie Holiday, dirigida por Lee Daniels.

Fotograma del documental 'Tina', sobre Tina Turner.

Finalmente Jane par Charlotte (curiosamente en toda la publicidad del festival se utiliza para esta película francesa rodada en francés un título inglés) tiene poco que ver con las dos anteriores. Ya de entrada no es un biopic ni típico ni atípico, si previamente no conoces quien es Jane Birkin, al salir del cine prácticamente seguirás sin saberlo. Charlotte Gainsbourg se acerca a su madre como si fuera una aficionada manejando un tomavistas de super 8 y planteando una conversación aparentemente muy casual en la que van apareciendo desde pequeñas a grandes cosas que han marcado sus vidas.

No es una película fácil si no se conoce un poco la trayectoria más vital que musical de Jane Birkin y muy especialmente algunos tristes acontecimientos como el suicidio de su hija Kate. Si formas parte del universo Birkin, algunos momentos son entrañables y otros altamente emotivos, como la visita a la casa de Serge Gainsbourg que vale por todo el metraje.

Entrando en el cine sin saber quién es Tina Turner, puedes salir teniendo una idea un poco mitificada pero cercana a la realidad. En iguales circunstancias con Jane Birkin puedes salir de la sala habiendo descubierto a una mujer que ha vivido bastante, sencilla, tierna y terriblemente contradictoria, pero que podría haber sido actriz y cantante como cualquier otra cosa. El caso de Billie Holiday estaría entre medio de ambas. Tal vez no sea necesario conocer su biografía para disfrutar del film, sin embargo sin un buen puñado de datos previos no llegan a entenderse muchos de los recovecos de la cinta. Tres películas distintas para tres públicos diferentes que colocan el listón del festival In-Edit muy alto.


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