Cataluña pierde casi 141.000 empleos en el sector manufacturero en dos décadas
Un informe de la patronal PIMEC alerta de que cerraron 12.248 empresas en el territorio catalán entre 1999 y 2019
Cataluña perdió 140.932 empleos en el sector manufacturero en dos décadas, según un informe presentado este martes por la patronal Pimec. El documento, titulado Demografía de la pime industrial manufacturera catalana 1999-2019, señala además que en este periodo cerraron 12.248 empresas. La crisis económica y el crecimiento de la economía de los servicios, según fuentes de la patronal, explican -entre otros factores- las pérdidas directas en el secto...
Cataluña perdió 140.932 empleos en el sector manufacturero en dos décadas, según un informe presentado este martes por la patronal Pimec. El documento, titulado Demografía de la pime industrial manufacturera catalana 1999-2019, señala además que en este periodo cerraron 12.248 empresas. La crisis económica y el crecimiento de la economía de los servicios, según fuentes de la patronal, explican -entre otros factores- las pérdidas directas en el sector.
El valor añadido bruto de la industria manufacturera catalana cayó del 25% al 16% entre los años 2000 y 2020. “Recuperar [estas cifras] es algo difícil cuando han aparecido grandes competidores, principalmente en Asia y en concreto países como China”, mantiene en una entrevista telefónica Modest Guinjoan, director del Observatorio de Pimec. Por otro lado, en las economías occidentales -señala- ha ganado peso el sector de los servicios, lo que hace especialmente “difícil recuperar ese 25%”. No obstante, la experiencia de la pandemia y la falta de suministros derivada, entre otros aspectos, añade, hace “probable que haya relocalizaciones” en el territorio.
Con todo, en estos últimos años se ha corregido el proceso de industrialización, tras alcanzar su punto más bajo en Cataluña en el año 2013, siguiendo los efectos de la crisis económica del 2008: “El número de empresas y trabajadores se ha recuperado un poco; aunque todavía hay muchos menos que antes”, agrega Guinjoan. Inmediatamente antes de la pandemia, el número de manufactureras era de 22.055, más de 12.000 menos que en 1999; mientras que el conjunto de trabajadores en 2019 consistía en 398.602, una reducción de 140.932 respecto a dos décadas antes.
La especialización de las empresas ha sido otro de los condicionantes más relevantes. La tendencia, explica el director del Observatorio, ha sido externalizar aquellos servicios en los que las empresas no eran especialistas, como la contabilidad, la investigación, la limpieza o la seguridad, entre otros. Sin embargo, Guinjoan destaca que “en conjunto, el sector industrial manufacturero y sus servicios dependientes externalizados, pueden llegar a representar más de la mitad de la economía en Cataluña”. Esto, apunta, permite destacar la persistencia del sector como uno de los principales motores económicos en tierras catalanas.
El aumento de la productividad en estos 20 años, no obstante, es “espectacular”, destacan desde Pimec. “La producción de personas empleadas en 2019 en relación con el año 2000 es cerca de un 40% superior”, confirma Guinjoan, que atribuye a la innovación, la automatización o al aumento de la escala de producción, entre otros factores, los motivos de este crecimiento exponencial.
El informe presentado este martes reclama a las diferentes administraciones una actuación más decisiva para recuperar el tejido productivo manufacturero. “La administración se llena la boca de querer potenciar la industria”, sentencia el informe entre sus conclusiones. Para ello, mantienen desde Pimec, sería necesario allanar el camino a la actividad empresarial en el sector. Tanto la Generalitat como los ayuntamientos, agregan, tendrían que facilitar el proceso de concesión de licencias, agilizar las tramitaciones, entre otros aspectos. Asimismo, consideran que parte de los fondos europeos Next Generation, además del Pacto Nacional para la Industria de Cataluña, deberían destinarse también a la actividad manufacturera catalana. “La actividad industrial es la que marca el rumbo”, expone Guinjoan, “por tanto, entendemos que hay que cultivar la empresa, porque es una de las actividades locomotoras de la economía” en el territorio.