Queralt Lahoz: “Tengo matriz flamenca, pero no soy una cantaora”

La artista de Santa Coloma de Gramenet publica ‘Pureza’, su primer elepé, en el que mezcla ‘hip-hop’, ‘rhythm and blues’ y ritmos latinos

La cantante Queralt Lahoz.Carles Ribas

El disco comienza con poder. Tres mujeres, tres artistas, Lola Flores, Mercedes Sosa y Mayte Martín hablan sobre la pureza mientras la canción despierta poco a poco sobre un fondo de teclados y un tenue patrón rítmico de rhythm and blues. Si a la autora le preguntas por su edad responde con una idea “nunca la digo porque a las mujeres se nos pone fecha de caducidad y de mayores ya no interesamos, así que tengo los años que me eches”, suelta con una sonrisa y remata la cuestión con un “soy escorpión de un 17 de noviem...

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El disco comienza con poder. Tres mujeres, tres artistas, Lola Flores, Mercedes Sosa y Mayte Martín hablan sobre la pureza mientras la canción despierta poco a poco sobre un fondo de teclados y un tenue patrón rítmico de rhythm and blues. Si a la autora le preguntas por su edad responde con una idea “nunca la digo porque a las mujeres se nos pone fecha de caducidad y de mayores ya no interesamos, así que tengo los años que me eches”, suelta con una sonrisa y remata la cuestión con un “soy escorpión de un 17 de noviembre”. Hija de familia matriarcal granadina establecida en Santa Coloma de Gramenet, Queralt Lahoz acaba de publicar su primer elepé, Pureza, una muestra de generosa impureza en la que se tocan flamenco, hip-hop, rhythm and blues y ritmos latinos. Un disco de su tiempo para una hija del mismo.

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Uñas largas, melena suelta y azabache como una noche interminable y estampa de poder, eso transmite de entrada Queralt Lahoz: “mi abuela nació en 1917, título de mi primer epé, a ella dedicado, y pese a ser afortunada, sabía leer y escribir y tuvo acceso a la cultura, perdió su molino por el latifundismo y hubo de emigrar a Cataluña. Mi madre nos crió sola a mi hermana y a mí, siempre ha sido una luchadora”, cuenta para explicar de dónde le viene la casta. Mamó flamenco en casa y hip-hop en la calle, así que “si he de escoger entre cantante y cantaora soy lo primero, el flamenco no es mi única forma de expresión”. ¿Dónde pues anida la pureza en todo este cruce cultural?, Queralt tiene respuesta para la suya “en la autenticidad, en no fallarte a ti misma, no mentir, no impostar, hablar desde tu verdad, desde el corazón. Si no cantas así no transmites, puedes molar, pero no transmitir, gustar y emocionar no es lo mismo. La emoción viene cuando hablas desde tu realidad”.

Si la luna quiere nace como una soleá por bulerías y vive como un rhythm and blues de compás flamenco para concluir como ha comenzado, un ejemplo de las purezas en un mundo mezclado “este disco lo comencé a componer hace dos años, pero necesitaba reposo, me estaba buscando en un sonido más digital. Este tema es un diálogo entre un mundo orgánico y sintético. Siento dolor y me estoy sanando y al final llega el perdón”, explica Queralt con la convicción de la que se siente segura: “tengo dos matrices, el flamenco y el hip-hop y si no indagas en las raíces no navegas entre dos aguas”. Por cierto, Jorge Pardo, el que fuera colaborador de Paco de Lucía, colabora en Tiroteo, uno de los temas favoritos de Queralt, definido por su autora como “un guiño al rock andaluz”, pieza que convive con otras más hip-hoperas como De la cueva a los olivos, “me gusta la influencia de Tego Calderón, un artista con mensaje cultural, social y político. Si el hip-hop español de los noventa me parece ahora un poco antiguo, no me ocurre lo mismo con el latino”, explica Queralt.

El carácter de la artista se muestra tanto en su voz y estilo como en sus letras, autoafirmaciones en clave femenina como Ya no, donde canta “tú quieres que te espere en la cama deshecha con las medias puestas”, donde sin querer generalizar explica que algunos hombres “lo quieren todo hecho y quieren que seas no como eres sino como te desean, quieren demasiado y escuchan demasiado poco”, asegura antes de proseguir “La masculinidad está muy mal trabajada, crecemos con poca educación emocional. Nos separan por colores y sentimientos, superhéroes versus enfermeras… a ustedes se les obliga a ser demasiado fuertes y debe ser muy duro. El machismo impide que seas tú y que te muestres sensible, el machismo también les daña a ustedes”, resume. Es la voz de Queralt Lahoz, una mujer hija de mujeres, una voz más de las nuevas purezas.

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