Joan Isaac y Daniel Sesé mezclan imagen, poesía y canción en ‘7 pecats capitals’

Ya mucho antes de que la pandemia llegara para arrasarlo todo, la industria discográfica vivía momentos de pura agonía, los soportes físicos eran cosa de un pasado nostálgico y los creadores de todos los estilos (incluso los más comerciales) veían con impotencia cómo sus trabajos se perdían en las redes, tanto en el aspecto económico como en el material. En la búsqueda de un formato tangible y perdurable para compartir su trabajo con sus posibles consumidores están apareciendo objetos artísticos en los que la música es parte importante pero no la única.

Un ejemplo brillante de esa búsqu...

Ya mucho antes de que la pandemia llegara para arrasarlo todo, la industria discográfica vivía momentos de pura agonía, los soportes físicos eran cosa de un pasado nostálgico y los creadores de todos los estilos (incluso los más comerciales) veían con impotencia cómo sus trabajos se perdían en las redes, tanto en el aspecto económico como en el material. En la búsqueda de un formato tangible y perdurable para compartir su trabajo con sus posibles consumidores están apareciendo objetos artísticos en los que la música es parte importante pero no la única.

Un ejemplo brillante de esa búsqueda es el último trabajo de uno de nuestros cantautores históricos todavía en activo, Joan Isaac, en colaboración con el ilustrador, diseñador gráfico y también cantautor Daniel Sesé. Su trabajo conjunto, 7 pecats capitals, acaba de ser publicado por la editorial Llibres del segle de Girona. Se trata de un disco-libro de formato medio (21,5 cmX21,5 cm) en el que conviven siete canciones de Isaac, cada una sobre uno de estos pecados, con otros poemas introductorios y las coloristas e impactantes ilustraciones de Sesé también sobre cada uno de los llamados pecados capitales.

“La idea nació en marzo del año pasado, al inicio de la pandemia”, explica en conversación telefónica Joan Isaac. “Fue la materialización de aquellas semanas terroríficas en que veía el mundo desde la ventana con la sensación de que estábamos pasando por una penitencia por haber hecho las cosas mal, probablemente con la naturaleza. El sentimiento de penitencia y pecado me llevaron a los siete pecados capitales pero para darles la vuelta, ya que no son más que una mentira que no está en las Escrituras y que se inventó en el siglo IV”.

Isaac ha dedicado una canción a cada uno de los pecados y las ha grabado con la máxima simplicidad, en una de esas ocasiones en las que claramente menos es más, reduciéndolo todo a su voz y al piano de Toni Olaf Sabater sin que se echen en falta los arreglos más exuberantes de producciones anteriores, al contario: Joan Isaac en estado puro. Eso sí, el minutaje no llega a la media hora, excesivamente corto para un disco al uso. “Siete pecados, siete canciones”, prosigue el cantautor de Esplugues de Llobregat. “Solo con esto no podía hacer un espectáculo o un disco, sería un timo. Entonces surgió la idea de hacer algo diferente y hacerlo con Daniel Sesé, con el que ya había colaborado anteriormente. Además, el cedé como tal está ya desaparecido, solo nos sirve a los artistas como tarjeta de visita para buscar conciertos. Nadie compra cedés, así que busqué algo con valor añadido”.

Además de las canciones de Isaac, el libro incluye a modo de interludios otros poemas sobre el mismo tema de autores tan diversos como Ángel González, Aute, Vicent Andrés Estellés o Bartomeu Rosselló-Pòrcel. “Además del libro, hemos creado un espectáculo con Carme Sansa en el que yo canto las siete canciones acompañado por un piano y un contrabajo y ella recita esos poemas, directa o indirectamente ligados a estos pecados”.

Otra nota diferencial del nuevo trabajo de Isaac y Sesé es su distribución exclusivamente en librerías. “Creo que el público de los cantautores, y también de otros estilos como el jazz, está más interesado por la cultura en general y más abierto a visitar una librería”, concluye Isaac. “Por ello creo que es necesario dejar de lado a las discográficas, que ya ni siquiera existen, como no existen las tiendas de discos, y contemplar la distribución en librerías como una buena opción de futuro”.