Aena invierte 48 millones en la T1 del aeropuerto de Barcelona para atraer vuelos internacionales
La directora del aeródromo apunta que es una estrategia de anticipación, a la espera de la reactivación
La actividad languidece en el aeropuerto de Barcelona pero Aena se afana en preparar la instalación para cuando llegue la ansiada recuperación del tráfico aéreo. El operador aeroportuario ha invertido 48 millones de euros en readaptar un dique de la terminal T1 y habilitarlo para tener más filtros de control de pasajeros e instalaciones que puedan dar servicio a aviones que operan rutas de largo radio. Se trata de aparatos de mayores dimensiones, que precisan de una logística específica para facilitar el embarque y des...
La actividad languidece en el aeropuerto de Barcelona pero Aena se afana en preparar la instalación para cuando llegue la ansiada recuperación del tráfico aéreo. El operador aeroportuario ha invertido 48 millones de euros en readaptar un dique de la terminal T1 y habilitarlo para tener más filtros de control de pasajeros e instalaciones que puedan dar servicio a aviones que operan rutas de largo radio. Se trata de aparatos de mayores dimensiones, que precisan de una logística específica para facilitar el embarque y desembarque de los pasajeros.
La obra se ha presentado este miércoles y se da por finalizada a la espera de que la pandemia merme y permita la reacción del tráfico. Ahora apenas están operativas media docena de rutas intercontinentales, Singapur, Miami, Doha, Abu Dhabi, Buenos Aires, Gambia y Senegal, pero la reconversión de un ala de la T1 forma parte de la estrategia del aeropuerto para consolidarse como un hub internacional. “La infraestructura estará preparada”, afirma Sonia Corrochano, directora del aeropuerto de Barcelona.
Los trabajos arrancaron a finales de 2018 y se han concentrado en el extremo sur de la T1, una zona que cuando la terminal entró en funcionamiento, en 2009, quedaba reservada para los vuelos regionales. Esas rutas cortas representaban, entonces, un peso importante en la actividad del aeropuerto, recuerda su directora. “Dado que en esos vuelos no se embarca por finger, se construyeron pasarelas más estrechas”, detalla Corrochano. El reparto de cargas de tráfico ha dado un vuelco y los vuelos internacionales han ganado terreno, hasta aportar, en 2019, el 70% de los 52 millones de pasajeros que usaron las terminales del Prat.
La mayor parte del trajín de vuelos internacionales lo concentra Vueling y compañías low cost como Ryanair o Easyjet. Se trata de conexiones cortas, que no exigen una especial infraestructura para ser operadas. Sin embargo, los gestores del aeropuerto entienden que es menester poner todas las facilidades para atraer también vuelos intercontinentales y “consolidar al aeropuerto como hub internacional”, razona la directora. Corrochano cifra en 47 el número de rutas transcontinentales que se operaban desde Barcelona antes de la pandemia. Poder dar servicio a compañías que vuelan con los llamados aviones wide-body, aparatos de fuselaje ancho, justifica, según Aena, la remodelación del dique sur de la T1. “En su momento esta ya era una terminal diseñada para poder hacer conexiones”, justifica Corrochano. Antes de la Covid, un 10% de los usuarios del aeropuerto Lluís Companys eran pasajeros en tráfico. Ganar peso en ese segmento es una de las prioridades que se fija Aena. “El concepto hub se basa en tener vuelos de corto radio que alimenten las conexiones de largo radio”, indica la directora. Con ello se pretende “tener una ciudad conectada y que pueda competir con el resto de ciudades del mundo”, abunda.
Además de nuevas puertas de embarque y de la habilitación de pasillos anchos y de fingers que faciliten el flujo de pasajeros para poder dar servicio a los mega aparatos como el A380 que usa Emirates, la obra ha supuesto la construcción de dos plantas nuevas en la terminal, para dividir los vuelos que se desplazan dentro del espacio Schengen de aquellos que viajan fuera de los límites de la Unión Europea.Pese a las fuertes reticencias con que topa un plan de ampliación de las pistas del aeropuerto para poder ganar tráfico, Aena no renuncia a hallar una solución que permita seguir creciendo. El operador aeroportuario calcula que los niveles de tráfico de la época prepandemia se recuperarán el año 2026. Entre tanto, la T1 concentra las inversiones de mejora para optimizar el servicio mientras la T2 permanece completamente cerrada y no hay fecha prevista para su apertura.