“Perdonadme: Messi tiene que entrar a prisión. Es un estafador”

El economista y activista Arcadi Oliveres acaba de publicar en Angle Editorial ‘Paraules d’Arcadi’, libro en el cual reflexiona sobre su vida y la manera de cambiar el mundo con la crítica habitual

L'activista i economista Arcadi Oliveres a casa seva, a Sant Cugat.Joan Sánchez

Explica Arcadi Oliveres que, cuando hace 15 días en el hospital le diagnosticaron “un enorme cáncer de páncreas irreversible”, le dijo al doctor: “Dejadme morir en familia y bien acompañado”. A las seis ya estaba en el comedor de su casa, donde va recibiendo una docena de visitas cada día. “Saber que no estoy solo me provoca euforia”, explica el economista, expresidente de Justícia i Pau y, sobre todo, activista de mil causas: desde la campaña del “0,7%” hasta el encierro de los inmigrantes reclamando papeles a l...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Explica Arcadi Oliveres que, cuando hace 15 días en el hospital le diagnosticaron “un enorme cáncer de páncreas irreversible”, le dijo al doctor: “Dejadme morir en familia y bien acompañado”. A las seis ya estaba en el comedor de su casa, donde va recibiendo una docena de visitas cada día. “Saber que no estoy solo me provoca euforia”, explica el economista, expresidente de Justícia i Pau y, sobre todo, activista de mil causas: desde la campaña del “0,7%” hasta el encierro de los inmigrantes reclamando papeles a la iglesia del Pi o el 15-M. Y todavía alza la voz para denunciar a las multinacionales, pedir el fin de la monarquía y meterse con Messi.

Más información

Pregunta. Se han confirmado sus vaticinios sobre los efectos de la Gran Recesión, que no nos hemos recuperado todavía y ya estamos en otra crisis. Las diferencias norte-sur han empeorado. El domingo hay elecciones en Cataluña y apunta como cuarta potencia un partido xenófobo. ¿Hemos mejorado algo?

Respuesta. Tal como lo explica, es evidente que no. Pero en posibilidades objetivas de poder cambiar las cosas hemos mejorado, porque la situación es tan difícil que si no optamos por transformaciones radicales no haremos nada. Menos desigualdad, trabajo para todo el mundo, menos xenofobia, más cuidado del medio ambiente... Son causas muy evidentes en estos momentos. Nos queda la gran incógnita: qué esfuerzo tenemos que hacer para que se produzcan estos cambios. Es por esto que yo, aunque no lo veré, tengo que ser optimista. No tenemos el derecho nunca, nunca, de perder la esperanza.

P. Decían que la anterior crisis era el mejor momento para cambiar el capitalismo y no mejoró nada. Al contrario.

R. El capitalismo es inmejorable, se debe destruir. Es un sistema criminal y se debe erradicar. Que quede claro.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

P. ¿Y la alternativa?

R. Economía solidaria alternativa al servicio de las personas y que respete la naturaleza, que pueda transformar, que dé comida a la gente y pensiones justas. Hay muchas posibilidades de economía. Y tenemos que hacer reflexionar a la gente. Hace siete meses había un debate sobre cuál debía ser el futuro de Messi. Perdonadme: meterlo a prisión. Es un estafador, ha cometido fraude fiscal por 35 millones pero si nos hace cuatro toques con la pelotita ya estamos contentos. Aunque creo que es un chico entrañable, simpático y buena persona. Se deben remover conciencias.

P. Hace unos 15 años confiaba en la nueva política que pudiera saliera de Latinoamérica. ¿Todavía cree en ella?

R. En aquel momento creía que se podía producir un cambio que no ha ido en la dirección que me esperaba. El chavismo no ha hecho lo que me habría gustado. Pero quizás yo idealizaba demasiado la capacidad de los países del sur para agruparse entre ellos y presionar al norte y a las multinacionales.

P. Estamos desmantelando el Estado del bienestar, como critica Naomi Klein...

R. Cataluña era reconocida por todas partes por tener una cierta y relativa calidad sanitaria. Y hemos llegado al agujero del agujero del agujero. Hemos preferido dar prioridad a multinacionales y dejar terreno libre a los laboratorios farmacéuticos en vez de proteger el Estado del bienestar. Pero también pasa en temas de vivienda. Algún día la sociedad entona un mea culpa por un pobre viejecito que se ha muerto en un cajero automático... Pero nada más.

P. ¿Pero falla la gente?

R. Sí, sobre todo nuestra pequeña educación de la conciencia. Aquí delante tiene un ejemplo. Yo digo siempre que la Nestlé debe ser saboteada, excepto sucaja de bombones, porque me gustan mucho. Son pequeñas tentaciones. Pero tenemos que empezar a aprender dónde ponemos el dinero, qué hacemos con el día a día... Cuando me llaman y me ofrecen un contrato del gas más barato, no me interesa. Yo quiero que esta compañía no corte el gas a quien no puede pagar el recibo, que compre el gas a un precio justo...

P. ¿Qué balance hace de su carrera?

R. Los movimientos sociales han conseguido que a los Mossos d’Esquadra se les prohíba el uso de pelotas de goma para disolver manifestaciones. Es una pequeña satisfacción y el balance es cuestión de ir sumando estas pequeñas victorias.

P. Escribe que no tuvo valor para meterse en política cuando lo intentaron captar la CUP y los “comunes”.

R. Me habría gustado una sólida unidad de la izquierda, que es lo que intentamos el 2014 Teresa Forcadas y yo cuando promovimos el Procés Constituent, que se fue al garete. Tuvimos unos ideales bonitos, pero no nos supimos explicar.

P. ¿Eso es genérico de las izquierdas?

R. Seguramente. A veces nos enredamos demasiado. O no explicamos todos los detalles. La falta de explicación y la precipitación nos puede. Dijimos que haríamos la república, la independencia y al final nos hemos quedado con las ganas. Hemos querido ir demasiado deprisa. Y desde Cataluña no lo hemos sabido explicar.

P. ¿Cuáles son los efectos?

R. Han retrasado el proceso, tenemos que hacer marcha atrás y volver a empezar. En el día a día se han ido pudriendo cosas y se ven unas peleas de tan poca altura que piensas: “para este viaje no necesitabas tantas alforjas”. Aunque me ha cogido esta enfermedad y me tengo que morir, yo siempre decía que la república independiente no la conseguiremos, pero la caída de la monarquía sí que la veré. Al final, no.

P. ¿La gran lucha de su vida?

R. Muchas. El mes que viene conmemoraremos 20 años del encierro de los inmigrantes. Muchas noches pidiendo que aquellas 1.300 personas tuvieran papeles y lo conseguimos. Es uno de los buenos recuerdos que tengo.

Sobre la firma

Más información

Archivado En