Un estudio atribuye el 20% de la contaminación de Barcelona a las emisiones ‘ocultas’ de los vehículos diésel

El trabajo publicado en Environmental Research Letter incide en la diferencia entre las mediciones de los coches en las pruebas de laboratorio y las emisiones en conducción real

Tráfico denso en una de las salidas de Barcelona, en junio de 2019.Alejandro García (EFE)

Un estudio de un equipo de científicos del Barcelona Supercomputing Center (Centro Nacional de Supercomputación (BSC)) concluye que el 20% de la contaminación por dióxido de nitrógeno (NO₂) de Barcelona, que procede sobre todo del tráfico,...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Un estudio de un equipo de científicos del Barcelona Supercomputing Center (Centro Nacional de Supercomputación (BSC)) concluye que el 20% de la contaminación por dióxido de nitrógeno (NO₂) de Barcelona, que procede sobre todo del tráfico, se debe al exceso de emisiones de los coches y furgonetas diésel. Este exceso se refiere la diferencia entre las emisiones reales de estos vehículos fabricados entre 2000 y 2018 en las pruebas de laboratorio y las emisiones en conducción real. El trabajo se ha publicado en la revista Environmental Research Letter.

La principal novedad del estudio es la utilización de Caliope-Urban, una herramienta de modelización de la calidad del aire en alta resolución que determina el impacto del incumplimiento de los límites europeos de emisiones en condiciones reales de conducción en las calles de Barcelona, ha informado el BSC. Alta resolución significa que si otros estudios tomaban valores en segmentos de la ciudad que medían un kilómetro por un kilómetro, en este caso se estudia calle a calle, y teniendo en cuenta su morfología: la forma de cada vía, su anchura y la altura de los edificios. “La investigación refleja que los estudios realizados a más baja resolución habían infraestimado este impacto”, señala el BSC en un comunicado.

Más información

Los cálculos se han alimentado de datos sobre las emisiones, un modelo atmosférico que se utiliza en meteorología, y otro de transporte fotoquímico que calcula las reacciones químicas, explica el investigador del grupo de Composición Atmosférica del BSC y creador de la herramienta de modelización, Jaime Benavides. A partir de la realidad del aire, se ha medido la diferencia entre dos escenarios. Uno, la contaminación existente y los datos sobre el exceso de emisiones como consecuencia del incumplimiento de la normativa europea publicados en los últimos años. Y dos, la contaminación existente y cómo serían las emisiones si los coches y furgonetas diésel respetaran la normativa europea. “La exposición al dióxido de nitrógeno, que es un contaminante potencialmente dañino para nuestra salud, no es homogénea en todas las calles de las ciudades. Utilizar modelos de mayor resolución, es decir, a escala calle, nos ayuda a conocer el impacto real de la exposición de los ciudadanos a este peligroso contaminante”, defiende Benavides.

El científico señala otra de las conclusiones del estudio: “Sin el exceso de emisiones de los diésel, el número de barceloneses expuestos a niveles de concentraciones no saludables de NO₂ sería del 59%. No obstante, a causa de este exceso de emisiones, la cifra aumenta hasta el 70%”, un porcentaje publicado recientemente por la Agencia de Salud Pública de Barcelona.

“Hemos extrapolado los resultados y hemos comprobado que, aunque no hubiera existido nunca el exceso de emisiones de los coches y furgonetas diésel, Barcelona seguiría superando los límites legales de contaminación en estaciones de medida expuestas al tráfico. Esto parece indicar que, además de movernos en coches más limpios, es necesario reducir de manera drástica el tráfico en general para respirar un aire más saludable”, subraya Benavides.

El BSC ha señalado que es la primera vez que se hace un estudio tan exhaustivo, calle por calle, sobre el impacto del exceso de emisiones diésel en toda una ciudad. Antes se había estudiado el impacto en Berlín, pero solo en algunas zonas de la ciudad. Desde 2019, la capital alemana solo permite la entrada de coches diésel recientes (los denominados Euro 6) en algunas zonas de la ciudad.

El Barcelona Supercomputing Center explica también que ha elegido Barcelona porque “es una de las urbes europeas con más densidad de vehículos (unos 6.000 coches por kilómetro cuadrado), incluso por delante de Madrid o París (con entre 1.500 y 2.000 vehículos por kilómetro cuadrado)”. La ciudad, añade, cuenta con “un elevadísimo número de automóviles diésel, representan el 65% del total, al igual que la mayoría de ciudades europeas”. “Otra de las razones por las que se ha elegido Barcelona es por su exceso de contaminación, que supera sistemáticamente el umbral legal establecido tanto por Europa como por la Organización Mundial de la Salud (OMS) de concentraciones de NO₂ (dióxido de nitrógeno), que es de 40 microgramos por metro cúbico de media anual”, apunta el BSC.

Sobre la firma

Archivado En