Una legislatura descabezada

Los agentes sociales urgen a celebrar los comicios catalanes para pasar página de un periodo que consideran “fallido”

El entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, horas antes de que el Tribunal Supremo confirmara su inhabilitación, el pasado 28 de septiembre.Massimiliano Minocri

”Ha sido una legislatura descabezada por delante y por detrás”, sentenció la consejera de Presidencia del Govern, Meritxell Budó, al presentar el pasado diciembre el magro balance parlamentario 2017-2020. Ella lo atribuyó a “la represión del Estado”, por la aplicación del artículo 155 en 2017 y a la inhabilitación de Quim Torra en 2020, entre otras cosas. Pero lo cierto es que, en estos años de procés y pandemia, la calidad de algunas leyes aprobadas ha sido...

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”Ha sido una legislatura descabezada por delante y por detrás”, sentenció la consejera de Presidencia del Govern, Meritxell Budó, al presentar el pasado diciembre el magro balance parlamentario 2017-2020. Ella lo atribuyó a “la represión del Estado”, por la aplicación del artículo 155 en 2017 y a la inhabilitación de Quim Torra en 2020, entre otras cosas. Pero lo cierto es que, en estos años de procés y pandemia, la calidad de algunas leyes aprobadas ha sido frecuente motivo de controversia y en el terreno político se ha echado en falta dirección estratégica ante los retos sociales, a juicio de las principales patronales y sindicatos. Empresarios de Fomento del Trabajo Nacional y asalariados de Comisiones Obreras de Cataluña no dudan en calificar de “legislatura fallida” el periodo que ahora acaba. Y ambos colectivos son partidarios de la celebración inmediata de elecciones para que cuanto antes haya presupuestos.

”Ningún Gobierno puede funcionar sin unidad, sin una estrategia común y compartida entre los socios”, dijo el 29 de enero del año pasado el entonces presidente Quim Torra. Un año después de que él mismo reconociera que la legislatura no tenía “más recorrido”, la fecha de las elecciones —14 de febrero o 30 de mayo— está en el alero. En esta situación de provisionalidad e incertidumbre se presentan los grandes desafíos sociales, a juicio de la principal patronal y del sindicato mayoritario en Cataluña. “La gravedad de aplazar las elecciones es que podemos no tener presupuesto como mínimo hasta 2022, en unos momentos en los que crece la brecha social y las empresas siguen marchándose de Cataluña”, afirman fuentes de Fomento.

Para el secretario general de CC OO de Cataluña, Javier Pacheco, “este Gobierno es el vestigio más largo de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el que ha vivido más excepcionalidades, el menos productivo y el más ineficaz que hemos tenido en nuestro país”. Trece proyectos de ley aprobados y 75 decretos ley convalidados es el balance de esta legislatura errática (apuntan los agentes sociales) en la que ha faltado estrategia y han sobrado enfrentamientos por la hegemonía del independentismo entre los socios de Gobierno, Junts per Catalunya y ERC.

”Viven en una burbuja, en un mundo aparte, como demuestra que en pleno confinamiento domiciliario durante la pandemia, con los expedientes de regulación temporal de empleo a la orden del día, en el Parlament se siguieran pagando dietas a los diputados”, apuntan fuentes de Fomento del Trabajo.

Los costes sociales de esta legislatura fallida han sido altísimos, aseguran en la patronal. “No ha habido concertación, no se ha buscado una respuesta amplia”, afirma Pacheco, para quien el Govern ha actuado sin propuesta estratégica: “Ha dado respuestas en clave de ocurrencias reactivas, sin una actitud proactiva”. Hasta hace un par de semanas no se pusieron en marcha las mesas sectoriales, dice el secretario general de las CC OO catalanas. “Con sus asesores ya les iba bien”, añade Pacheco. En suma, ha habido mucho discurso social pero escasa concreción.

Y en el futuro inmediato el panorama no resulta alentador. Sin presupuestos, se preguntan los agentes sociales, ¿cómo se canalizarán los fondos procedentes de la Unión Europea? Para la patronal Fomento, la brecha que se ha agrandado con la pandemia hace más necesario que nunca un nuevo pacto social que reequilibre, como están haciendo Alemania y otros países europeos, las relaciones entre trabajo y capital. Y ese no es el camino que ha seguido el Gobierno de Cataluña, afirman fuentes de Fomento, para quienes con el alza de impuestos —ya sea en el tramo autonómico o en los propios— se ha provocado desinversión empresarial y se ha actuado en detrimento de las clases medias.

Para los sindicatos, la crisis hace imprescindible que el nuevo Gobierno que surja de las urnas incremente el gasto en sanidad, educación y generación de empleo público. Y esa urgencia hace, a su juicio, necesario que las elecciones sean cuanto antes. El Govern ha tenido muchos meses para preparar debidamente las elecciones y no lo ha hecho, coinciden en señalar responsables de patronal y sindicatos.

Desde el punto de vista de la estrategia independentista, por otro lado, los avances han sido prácticamente imperceptibles, apuntan fuentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC). La pugna por la hegemonía y la desconfianza entre los socios de Govern han protagonizado el último periodo de una legislatura que todos coinciden en calificar de descabezada.

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