A subasta otra tabla gótica de la catedral de Barcelona
Una obra del mismo retablo pintada por Lluís Borrassà en el siglo XV la compró la Generalitat en febrero y la depositó en el MNAC
Otra obra del pintor gótico Lluís Borrassà a la venta. A lo largo de este año han salido a subasta alrededor de una docena de piezas realizadas por el mejor pintor del gótico internacional en Cataluña, y uno de los más importantes de toda la Corona de Aragón y la Península, algo excepcional en un autor, documentado entre 1380 y 1424, que hasta ahora tenía una presencia más bien escasa en el mercado del arte. Una de estas obras era una tabla del retablo de Santa Marta, Santo Domingo y San Pedro Mártir, de alrededor de 1421, procedente de la capilla de Santa Marta de la catedral de Barcelona, un...
Otra obra del pintor gótico Lluís Borrassà a la venta. A lo largo de este año han salido a subasta alrededor de una docena de piezas realizadas por el mejor pintor del gótico internacional en Cataluña, y uno de los más importantes de toda la Corona de Aragón y la Península, algo excepcional en un autor, documentado entre 1380 y 1424, que hasta ahora tenía una presencia más bien escasa en el mercado del arte. Una de estas obras era una tabla del retablo de Santa Marta, Santo Domingo y San Pedro Mártir, de alrededor de 1421, procedente de la capilla de Santa Marta de la catedral de Barcelona, una de las últimas obras realizadas por Borrassà después de que la encargara el canónigo de la catedral de Barcelona Guillem Despujol. La compró la Generalitat en febrero por 75.000 euros y después la depositó en el MNAC.
Es la misma procedencia que tiene una pintura que se puede comprar el próximo día 15 en la casa de subasta madrileña Segre, por un precio de salida de 75.000 euros. En este caso se trata de la representación de San Pedro Mártir y los náufragos, una tabla de casi un metro de alto por 64 centímetros de ancho, que representa el momento en el que una docena de marineros, en un momento de angustia, en el que su barco hace aguas y están arrojando la mercancía por la borda para no morir ahogados, invocan a este santo para que les salve de esa situación extrema.
A diferencia de la tabla de febrero, inédita en la bibliografía, la que ahora está a la venta se conoce desde que en 1950 la incluyera Chandler R. Post en su monumental historia de la pintura española que la dio a conocer cuando estaba en la residencia de Englewood (New Jersey) de los barones Cassel Van Doorn.
La obra se había vendido por el cabildo de la catedral antes de 1877, como muchas otras pinturas góticas que habían dejado de tener valor y se habían sustituido por otros conjuntos pictóricos a la moda.
Antes de emigrar a los Estados Unidos había pasado por, al menos, dos colecciones barcelonesas; la de Josep Genescà y la del médico Joan Ramon Campaner, cuyos herederos la conservaron hasta 1891, cuando vendieron toda su colección y acabó dispersa. La pintura regresó a España, tal y como ha podido establecer el historiador del arte Alberto Velasco en el informe que acompaña la obra, a la muerte de los barones de Cassel.
Fue entonces cuando la compró el marqués Raül Roviralta, industrial farmacéutico coleccionista de arte y de maquetas de barco que la tuvo en su residencia de Santa Clotilde, en Lloret de Mar hasta su muerte. “La compró posiblemente por su iconografía, pues la obra de Borrassà representa de forma muy fiel lo que es un barco de la época; una coca, una imagen que sin duda le sedujo”, resalta Velasco en conversación telefónica. La obra conserva en la parte posterior una inscripción donde dice que Roviralta dejaba la obra a sus hijos en 1981, una familia que la ha conservado hasta ahora que la ha puesto a la venta en Madrid.
Para Velasco el hecho de que aparezcan un gran número de borrassàs en subastas no devalúa su importancia. “Es uno de los autores góticos más valorado y más documentados, ya que se conocen unos 300 documentos sobre su vida y su obra. También sabemos que pintó alrededor de 50 retablos, en Girona y, sobre todo, en Barcelona, aunque también trabajó en Solsona y Cerdeña”, recuerda.
Velasco, siguiendo la reconstrucción del retablo que ha elaborado el también experto Santiago Alcolea, recuerda que la tabla que se vende, pese a ser de la misma procedencia que la de febrero, es una de las pocas que se conocen de este retablo: “Solo sabemos cómo eran cinco de las 20 tablas del conjunto: el calvario que lo coronaba y una escena con los tres santos, ambos en colecciones particulares y tres de las seis pinturas dedicadas a San Pedro Mártir, pero ninguna de las seis de Santo Domingo ni de las seis de la predela de Santa Marta”.
A beneficio de Cáritas
La obra que se subasta es excepcional, por la calidad y por la composición de la escena. “No es habitual la escena del barco, pero es muy rara la representación del oleaje del mar y de la tempestad; creadas con una especie de veladura que requería la pericia del maestro”, apunta Velasco.
Pero hay otra excepcionalidad. Todo lo que se recaude con la venta de la tabla, de 75.000 euros para arriba, irá íntegro a Cáritas. No sabemos si la labor de Sant Pedro Mártir sirvió para salvar a los marineros, pero la adquisición de esta pintura gótica de Borrassà sí que servirá para ayudar, casi 600 años después, a los más necesitados.