Las matrículas de los másteres caen hasta un 10%, pero los grados resisten
Los responsables de los campus admiten que las previsiones iniciales eran especialmente pesimistas
El cataclismo anunciado en las matrículas universitarias no ha sido tal. A pesar de que hace unos meses los campus habían previsto una caída de alumnos debido a la pandemia, finalmente los datos de este inicio de curso muestran cómo las inscripciones en los grados suben ligeramente, pero de forma generalizada, mientras que ...
El cataclismo anunciado en las matrículas universitarias no ha sido tal. A pesar de que hace unos meses los campus habían previsto una caída de alumnos debido a la pandemia, finalmente los datos de este inicio de curso muestran cómo las inscripciones en los grados suben ligeramente, pero de forma generalizada, mientras que el comportamiento en los másteres es irregular: en algunas universidades sube, pero en otras baja, pero lo hace menos de lo previsto.
En primavera, las universidades públicas lanzaron un grito de alerta por el impacto económico que iba a tener la crisis sanitaria en sus arcas —que estimaron en unos 75 millones de euros—, debido al aumento de gastos sanitarios e informáticos, pero principalmente por el descenso de ingresos provenientes de las matrículas. En ese momento, los campus catalanes trabajaban con una previsión de pérdida de hasta el 7% de alumnos de grado y de hasta el 30% en los másteres.
Pero la pandemia parece haber respetado a las universidades. En los grados se ha producido un aumento generalizado de alumnos, que va desde el 1% en la Universidad de Barcelona, la de Girona y la de Lleida, al 3% de la Autónoma y el 7% de la Rovira i Virgili, según datos de los campus. Los rectorados lo achacan al fuerte incremento de alumnos que en verano se presentaron a la Selectividad (5.400 más). Pero desde Tarragona apuntan a motivos adicionales. “Parte de los estudiantes que antes escogía estudiar en Barcelona por vivir en la capital ahora se lo han pensado dos veces. También hemos aumentado la oferta de los grados de mayor demanda, como Medicina, las ingenierías o Economía”, abunda Domènec Puig, vicerrector de Programación Académica de la URV.
Un panorama distinto se da en los másteres. La de Barcelona, Autónoma y Girona registran descensos de matrícula de entre el 7 y el 10%. Toni Forés, director del Área Académica de Gerencia de la UB, la más afectada, explica que la caída se explica por el freno en la llegada de alumnos extranjeros debido a la pandemia. Con todo, Forés se muestra satisfecho con los resultados, ya que en abril trabajaban con un descenso del 30% de la matrícula. “Podía haber ido mejor, pero también mucho peor”, admite.
Desde la Politécnica no ofrecen datos de máster porque aseguran que han alargado el plazo para presentar los trabajos de final de grado hasta finales de noviembre, así que esperan que las estadísticas —que ahora indican una mengua del 10%— se recuperen cuando estos alumnos se puedan matricular. “Prevemos un descenso, pero no tan importante como el previsto inicialmente”, admite Núria Garrido, vicerrectora de Docencia de la UPC.
En cuanto al resto, las inscripciones de estos estudios posgrado se han mantenido en Lleida (una mínima reducción de seis alumnos), pero han crecido un 2,5% en la Pompeu y un 14% en la Rovira i Virgili. Cristina Gelpí, vicerrectora de Docencia de la UPF, apunta que han aumentado los alumnos de otras comunidades y justifica los resultados en varios factores: “Es una oferta consolidada, con titulaciones muy implantadas; además, se ha hecho un seguimiento individual de los alumnos preinscritos para retenerlos y se hizo difusión de la docencia híbrida —el primer trimestre es telemático— para dar facilidades a los alumnos extranjeros previendo que habría restricciones de movilidad”. Desde el campus tarraconense interpretan que están empezando a recoger los frutos de las políticas de los últimos años para captar más alumnos de máster. “Se ha revisado la oferta, eliminando los títulos que no funcionaban y apostando por los que podían funcionar mejor. También se han ofertado másteres totalmente virtuales y otros híbridos. De hecho, una parte de alumnos no son de la provincia de Tarragona y el 30% son extranjeros”, tercia Domènec Puig.
Los responsables de los campus admiten que las previsiones iniciales eran especialmente pesimistas en los másteres porque las preinscripciones (un trámite obligatorio para cursar un posgrado) en primavera, coincidiendo con el confinamiento, eran muy bajas. “Supongo que la gente tenía en la cabeza otras cosas”, admite el vicerrector de la URV. Pero el paso de los meses dio brío a las solicitudes. “A pesar de todo, al final la vida continúa, y si quieres estudiar, estudias”, zanja la vicerrectora de la UPC.
Más chicas en la UPC
Más chicas entre los nuevos estudiantes que han accedido este curso a la UPC. Los datos de matrícula en los grados universitarios reflejan que un 29,2% de los alumnos de nuevo acceso son chicas, lo que supone un crecimiento de cinco puntos respecto al curso 2016-2017 (24,2%). Hay titulaciones donde las estudiantes son mayoría, como las de las áreas de las Ciencias de la Salud, Arquitectura o la Agroalimentaria, pero en Informática, Telecomunicaciones o Ingeniería Industrial su presencia ronda entre el 15 y el 25%.
Con todo, en el global de la UPC las estudiantes representan el 26,9%, a punto de alcanzar el techo del 27% que hace tiempo que el campus intenta romper con programas para atraer a alumnas de primaria y secundaria hacia los estudios científicos; hasta ahora han participado unos 2.000 estudiantes de 27 centros.