La contaminación provoca 1.000 muertes al año en Barcelona
La Agencia de Salud Pública de Barcelona asegura que la mala calidad del aire es la culpable del 33% de nuevos casos de asma infantil
El exceso de contaminación del aire que soporta la capital catalana provoca, según el último informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), un millar de muertes naturales al año, lo que representa el 7% de las defunciones anuales de la ciudad. La concejal de Salud, Gemma Tarafa, ha remarcado que, además, el 33% de l...
El exceso de contaminación del aire que soporta la capital catalana provoca, según el último informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), un millar de muertes naturales al año, lo que representa el 7% de las defunciones anuales de la ciudad. La concejal de Salud, Gemma Tarafa, ha remarcado que, además, el 33% de los nuevos casos de asma infantil (525 cada año) y el 11% de los nuevos casos de cáncer de pulmón (110 al año) son atribuibles a la mala calidad del aire de Barcelona.
El informe advierte de que el impacto en la salud atribuible a la contaminación no es homogéneo en todas las zonas de la ciudad y asegura que el distrito con peor calidad de aire y con más población expuesta es el Eixample donde se acumula el 23% de la mortalidad atribuible a la contaminación de la ciudad.
La mortalidad que atribuye el informe de 2019 es incluso más del doble a la de otros informes. Hasta ahora la ASPB utilizaba como indicador de referencia de mortalidad al exceso de contaminación por partículas en suspensión PM2,5. En el actual informe se estima, por primera, vez la mortalidad atribuible al exceso de contaminación por partículas PM2,5 y por exposición a dióxido de nitrógeno (No2). El informe destaca que no se suman ambos impactos sino que “siguiendo criterios epidemiológicos” se asume un solapamiento del 30% de impacto de PM2,5 y NO2 llegando a la cifra de 1.000 defunciones anuales.
La directora de Salud Ambiental de la ASPB, Elisenda Realp, ha destacado que el informe ha medido la exposición a dióxido de nitrógeno (NO2) de los centros escolares: “Se ha analizado la exposición de 348 centros públicos y privados y de aproximadamente 122.500 niños. Los resultados concluyen que el 26% de las escuelas de Barcelona están expuestas a niveles de NO2 por encima del límite que fija la legislación europea. Esta exposición afecta aproximadamente a 30.000 niños de los cuales la mitad están escolarizados en el Eixample y el resto se reparten por el resto de distritos con la excepción de Nou Barris”. El límite de la media anual de dióxido de nitrógeno al que se puede someter la población está establecido por la legislación europea y es de 40.0 µg/m3. En algunas escuelas del Eixample hay una media de 49 µg/m3 mientras que en Nou Barris y Horta-Guinardó la media es de 32 µg/m3. “En general, el 35% de los vecinos de Barcelona están expuestos a niveles de dióxido de nitrógeno por encima del límite legal mientras que el 100% de la ciudadanía lo está a niveles de partículas PM2,5 por encima de los valores que marca la Organización Mundial de la Salud”, ha destacado Realp. La exposición a la contaminación tiende a aumentar en los barrios donde hay mayor nivel socioeconómico como el Eixample, el barrio más afectado, donde el 94% de los vecinos están expuestos a niveles por encima del límite legal.
Durante todo 2019 se ha superado lo que marca la OMS y la Unión Europea en cuanto al dióxido de nitrógeno en las estaciones con más tráfico de la ciudad como son Eixample y Gràcia-Sant Gervasi. También se ha superado el nivel de partículas PM10 y PM2,5 en todas las estaciones de la ciudad.
Tarafa ha anunciado que se están estudiando diferentes medidas para mejorar la calidad del aire y ha defendido intervenciones como la creación de las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), el programa Protegim les Escoles, la generación de refugios climáticos, el refuerzo del transporte público, la creación de supermanzanas y el programa Obrim Carrers.
El investigador del ISGlobal, Jordi Sunyer, ha considerado urgente realizar más intervenciones en la movilidad y “sobre todo en urbanismo” para “ocupar el espacio que ahora ocupa el vehículo privado”. Según Sunyer, Barcelona tiene ahora 6.000 coches por kilómetro cuadrado y es necesario disminuir una cuarta parte el volumen de vehículos en la ciudad.