Opinión

Cataluña, con la agenda global

El cumplimiento de los objetivos fijados por la ONU para el 2030 no es solo responsabilidad de los estados

Bernat Solé
La playa de Calella (Barcelona), en una imagen de archivo, tras el temporal Gloria.JOAN SÁNCHEZ

Los estragos del huracán mediterráneo en Grecia; el cielo naranja apocalíptico causado por los incendios en California; el deshielo irreversible en Groenlandia y las 31.000 especies en peligro de extinción son solo algunas señales del estado crítico del planeta. En este momento crucial, podemos “ser la primera generación que consiga poner fin a la pobreza, y la última que aún tenga posibilidades de salvar la Tierra”, como nos recuerda la Agenda 2030, hoy hace cinco años por la ONU. Una Agenda que nos compromete con una hoja de ruta compartida para el mundo, para las personas, la prosperidad y ...

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Los estragos del huracán mediterráneo en Grecia; el cielo naranja apocalíptico causado por los incendios en California; el deshielo irreversible en Groenlandia y las 31.000 especies en peligro de extinción son solo algunas señales del estado crítico del planeta. En este momento crucial, podemos “ser la primera generación que consiga poner fin a la pobreza, y la última que aún tenga posibilidades de salvar la Tierra”, como nos recuerda la Agenda 2030, hoy hace cinco años por la ONU. Una Agenda que nos compromete con una hoja de ruta compartida para el mundo, para las personas, la prosperidad y la justicia, con 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) como ejes de la gran revolución pendiente. Cataluña es consciente de la necesidad de actuar según marca esta gran guía global.

Hoy, la Agenda 2030 es más necesaria que nunca. Las temperaturas siguen elevándose y, en 235 días, hemos consumido los recursos naturales que la Tierra puede generar en un año. Vivimos, por tanto, en una constante deuda ecológica.

Al deterioro ambiental, con consecuencias económicas y sociales, tenemos que añadirle el aumento de las desigualdades en muchos países —también en el nuestro— que afectan en especial a los más vulnerables y nos urgen a construir una economía más sólida, resiliente y diversa.

Si el horizonte del 2030 ya se intuía preocupante antes de la pandemia del coronavirus, este año nos hemos tenido que centrar en aquellos ODS vinculados a la salud y la educación. Con todo, Cataluña reafirma su compromiso con el planeta y pone en valor el camino recorrido, con propuestas como la Ley de Cambio Climático, de 2017, y la implantación de la Renta Garantizada de Ciudadanía. Porque el cumplimiento de los ODS no es una responsabilidad reservada a los estados. “Somos nosotros, los pueblos, quienes emprendemos una transición global hacia el 2030”, subraya la Agenda. Es esta una labor asumida por la Generalitat, por organizaciones públicas y privadas, y por el conjunto de la sociedad. Porque necesitamos una mayor intensidad en la lucha contra la emergencia climática, que altera, por ejemplo, el litoral, como pudimos comprobar con temporal Gloria. A su vez, debemos acelerar la transición energética y el cambio de modelos de movilidad, producción y consumo. En esta línea, el Govern aprobó hace un año el plan para la implementación de la Agenda 2030, a través del cual se trabaja en la elaboración de las Agendas Urbana y Rural, y se impulsa una agenda enfocada al Pacto Verde Europeo.

Desde el Departamento de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia hemos diseñado un modelo de cooperación con la visión 2030 en las subvenciones a proyectos, y aplicamos la Estrategia Anticorrupción, vinculada al ODS sobre paz, justicia e instituciones sólidas. Además, esta semana asumimos la presidencia de la red Cuatro motores para Europa, centrada en la Agenda 2030 y el Green Deal Europeo.

Días antes del confinamiento, firmamos el Acuerdo Nacional para la Agenda 2030 y constituimos la Alianza Cataluña 2030, una coalición para compartir buenas prácticas y extender aquellas iniciativas que ayuden a hacer realidad los ODS. Y lo hemos hecho con el objetivo de que la Cataluña del futuro sea más sostenible y abierta, más justa e igualitaria, más solidaria e integradora, más garante de los derechos humanos y de la paz. Y, todo ello, sin dejar a nadie atrás y determinados a legar un planeta mejor.

Bernat Solé i Barril es el consejero de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat de Cataluña.

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