Dos nuevos premios empujan al ensayo en catalán
El Bones Lletres busca el tono humanístico y el Pere Calders, el periodístico
Un talón de Aquiles de la edición en lengua catalana es el ensayo: uno de cada cuatro títulos que se publican en catalán (tres si se restan los libros de texto) pertenece a un género no muy prolífico, pero en cambio siempre muy bien representado en el mundo editorial anglosajón y especialmente en auge en todo el mundo desde mediados de la década pasada, a rebufo de los convulsos años. Por ello quizá no sea tan casual que ayer coincidiera la convocatoria de dos nuevos galardones de ensayo en la lengua de Pompeu Fabra, dotados con la misma cantidad, 6.000 euros, ambos a obra inédita y colocados ...
Un talón de Aquiles de la edición en lengua catalana es el ensayo: uno de cada cuatro títulos que se publican en catalán (tres si se restan los libros de texto) pertenece a un género no muy prolífico, pero en cambio siempre muy bien representado en el mundo editorial anglosajón y especialmente en auge en todo el mundo desde mediados de la década pasada, a rebufo de los convulsos años. Por ello quizá no sea tan casual que ayer coincidiera la convocatoria de dos nuevos galardones de ensayo en la lengua de Pompeu Fabra, dotados con la misma cantidad, 6.000 euros, ambos a obra inédita y colocados en las antípodas del género: el ensayo humanístico, a partir del premio Bones Lletres de esta institución, lanzado junto a Edicions 62, y el ensayo más periodístico, desde el premio Pere Calders, del ayuntamiento de Llançà y la editorial Comanegra. Ambos se unen al que, en julio, anunciaron la Universidad de Vic y la editorial Eumo, el Ricard Torrents Bertrana (5.000 euros, aparte derechos de autor; plazo hasta el 30 de enero de 2021), para ensayos asimismo inéditos que aborden temas relacionados con las humanidades, las ciencias, la educación y la universidad.
Abierto también a cualquier campo del pensamiento, el galardón promovido por la Reial Acadèmia de Bones Lletres de Barcelona (sucesora de la Acadèmia dels Desconfiats, de 1700) pretende “estimular y distinguir la excelencia de los estudios humanísticos y sus valores en una época de excesivo predominio del mercantilismo”, persuadidos sus promotores de que “en la sociedad actual el ensayo es más necesario que nunca y con la voluntad de proporcionar herramientas de información y de reflexión que ayuden a situarse ante cuestiones fundamentales que preocupen en el mudo actual”, según reza su difusión fundacional.
Edicions 62, que curiosamente arrancó su singladura con un ensayo, el referencial Nosaltres, els valencians, de Joan Fuster, editará la obra ganadora, surgida de unos originales que podrán entregarse hasta el 15 de marzo de 2021. Un tema único o diversos pero interrelacionados sirven para poder presentarse al Bones Lletres de ensayo humanístico. Son esos unos requisitos de contenido casi parejos a los que demanda el premio Pere Calders de ensayo periodístico, si bien casi en las antípodas formales del primero. “Han de ser ensayos con vocación divulgativa, periodística, ya sean una serie de reportajes o una sola pieza”, asegura a este diario una portavoz de la editorial, especificando que quedan excluidos todos aquellos trabajos de trasunto “filosófico, literario o claramente académico”.
El nombre de Calders, amén de aparecer en el catálogo de Comanegra con diversos títulos, responde a una faceta del gran cuentista que ahora empieza a reivindicarse, la del periodismo, que ejerció de principio a fin de su carrera, con una notable capacidad de articular un discurso con carga de profundidad a partir de una anécdota o un hecho aparentemente banal, cotidiano o estrambótico. Su facilidad de adjetivo y de retrato, sustentado con múltiples lecturas (entre ellas, mucha prensa extranjera), hacía el resto. También en marzo del año próximo, pero el día 31, es la fecha máxima para la entrega de originales. Si bien la dotación es asimismo de 6.000 euros, en el caso del Calders serán una cuantía aparte de lo que generen los derechos de autor.
“El ensayo en catalán, ya sea original o traducido, es una asignatura pendiente”, admite la presidenta de los editores en lengua catalana, Montse Ayats, buena conocedora de las cifras que, en 2018 (las últimas oficiales analizadas), arrojaban la publicación de 1.994 títulos de no ficción en catalán, apenas un tercio de los títulos lanzados una vez descontados los de texto. “Lo que también está claro es que, si hay oferta, el lector en catalán está dispuesto a leerlo”, sostiene Ayats. Los dos nuevos galardones quieren contribuir a ello.