Colau pide a Sánchez que no venda las discotecas del frente marítimo de Barcelona

Hacienda ha comunicado al Ayuntamiento que subastará los locales de Opium, Pacha o Shoko

La discoteca Pacha en Barcelona, uno de los locales que Hacienda quiere subastar.Carles Ribas
Barcelona -

El ministerio de Hacienda ha comunicado al Ayuntamiento de Barcelona su intención de subastar los locales de ocio que hay en primera línea de mar, en el frente marítimo, entre el hotel Arts y el hospital del Mar. La decisión ha sorprendido al gobierno de la alcaldesa Ada Colau, que había pedido al Estado la cesión de estos locales (donde se ubican las ...

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El ministerio de Hacienda ha comunicado al Ayuntamiento de Barcelona su intención de subastar los locales de ocio que hay en primera línea de mar, en el frente marítimo, entre el hotel Arts y el hospital del Mar. La decisión ha sorprendido al gobierno de la alcaldesa Ada Colau, que había pedido al Estado la cesión de estos locales (donde se ubican las discotecas Shoko, Opium, Carpe Diem o Pacha) para vincularlos a la actividad científica del CSIC. Ahora Colau insta al ministerio a que no los venda, para evitar que la zona siga concentrando discotecas.

Con la subasta, en la que los actuales inquilinos tendrían derecho de compra preferente (lo que oficialmente se llama tanteo y retracto), es muy probable que se mantuviera un uso que el ejecutivo de los comunes quiere erradicar en otra ubicación muy próxima: el puerto Olímpico, donde desde hace años generan problemas de convivencia.

Los locales ahora en disputa forman parte de la franja de 38 hectáreas que se construyó para los Juegos Olímpicos de 1992, y cuyo traspaso de titularidad del Estado a la ciudad se negocia desde hace dos años. En la negociación del convenio de traspaso, el Consistorio pedía la cesión de los locales donde se ubican las discotecas y también de cinco chiringuitos que están en el paseo marítimo. Tal y como hasta ahora se había acordado, los otros focos de actividad económica, como la gasolinera de la ronda Litoral o el McDonald’s se los quedaba el Estado.

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Fuentes del ministerio confirman que la “enajenación” se realizará mediante una subasta antes de finalizar el año. Las mismas fuentes detallan que todavía no se sabe qué uso se dará a estos locales, pero en el Consistorio dan por sentado que si se venden estarán vinculados a la misma actividad que ahora, el ocio nocturno, porque, dada su ubicación y las licencias vigentes, es lo que más valor tiene.

El concejal de Presidencia, Jordi Martí, que por parte del Ayuntamiento comenzó a negociar el convenio durante el mandato pasado explica que la decisión “ha sido unilateral” y que ha sorprendido al ejecutivo de Colau. El concejal confía en poderse reunir “esta misma semana” con técnicos de Patrimonio, el área de Hacienda de quien depende la cuestión, para que reconsideren la venta. Se trata de una subasta a la que el gobierno municipal descarta concurrir. “El valor lo tiene la licencia y no tiene sentido que el Ayuntamiento concurra para una cosa así”, argumenta.

Martí apunta además a las “complejidades jurídicas” de una eventual subasta de unos locales que están ubicados en una zona que urbanísticamente son viales y en la que Hacienda sí ha decidido no vender los cinco chiringuitos y cederlos a la ciudad.

La idea del concejal de Presidencia es plantear encaminar el convenio a una fórmula mixta como la del Puerto Olímpico, donde se erradicará el ocio nocturno, pero se mantendrá la oferta de restauración. Y donde la Generalitat, que ha cedido la gestión a la ciudad, participará en los beneficios de las concesiones. “No estamos en contra de la actividad nocturna, sino de la concentración”, zanja Martí.

Empresas que piden alargar licencias y vecinos contra los locales

En el conflicto sobre el futuro de las discotecas, las posturas más alejadas son las de la patronal de empresas de ocio nocturno (Fecalon), y los vecinos de la Vila Olímpica y la Barceloneta. Los primeros piden alargar las concesiones y dejar la venta para más adelante, cuando el sector se recupere de las consecuencias del parón por la crisis del coronavirus. Y los segundos, exigen el cierre de unos locales que, denuncian, causan muchas molestias.

El secretario general de Fecalon, Fernando Martínez, cree que es “mal momento para la venta” porque el sector no tiene músculo para optar a la compra. Solo fondos de inversión podrían concurrir, vaticina, y pide prorrogar las concesiones, que acaban en septiembre.

Por contra, las entidades vecinales ven “intolerable que el Estado apueste por un modelo de ocio menospreciando el rechazo vecinal a una concentración de ocio desmedida”. Este lunes recibieron el apoyo del grupo municipal de ERC, que pedirá la retirada de la subasta.

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