El coronavirus condena la tienda de Miriam Ponsa, Josep Abril y Txell Miras

La tienda NU#02, el proyecto en común de los diseñadores Miriam Ponsa, Josep Abril y Txell Miras en la calle València de Barcelona, no volverá a abrir. La pandemia de coronavirus ha puesto las finanzas de este negocio contra las cuerdas y sus socios han decidido cerrar definitivamente, después de cuatro años aportando un soplo de diseño independiente en el centro de Barcelona. Josep Abril ha explicado a este diario que han negociado con el propietario del local una rebaja del alquiler, pero a pesar de algunas cesiones, los costes continúan sien...

La tienda NU#02, el proyecto en común de los diseñadores Miriam Ponsa, Josep Abril y Txell Miras en la calle València de Barcelona, no volverá a abrir. La pandemia de coronavirus ha puesto las finanzas de este negocio contra las cuerdas y sus socios han decidido cerrar definitivamente, después de cuatro años aportando un soplo de diseño independiente en el centro de Barcelona. Josep Abril ha explicado a este diario que han negociado con el propietario del local una rebaja del alquiler, pero a pesar de algunas cesiones, los costes continúan siendo inasumibles para tantas semanas sin ventas y las perspectivas actuales. Así que dan por acabada su tercera iniciativa común, pero aventuran que podrían venir otras.

“Las ventas se habían frenado y no queríamos exponer a las dependientas”, cuenta Josep Abril para justificar que la tienda cerrara una semana antes del inicio del estado de alarma. Todavía ahora, en la persiana cuelga un cartel que dice “cerrado por sentido común”. Y este mismo sentido común es el que ha llevado al trío de diseñadores a tomar la decisión de no volver a abrir. Después de algo más de cuatro años, el tercer proyecto de estos creativos pasa a la historia de sus firmas. Abril, pero, no cierra la puerta al nacimiento de alguna otra iniciativa más adelante.

Ivan Caparrós, parte de Txell Miras, asegura que es “una decisión reflexionada y racional”, que se toma ahora porque el cierre se podrá hacer “en buenas condiciones”. La perspectiva para la tienda no es buena, con las medidas de distanciamiento e higiene impuestas por el coronavirus, y han preferido no arriesgarse. “Es una decisión triste pero a la vez nos tenemos que reinventar”, reconoce Caparrós. La tienda tenía una mayoría de público local, pero los turistas gastaban mucho más y le daban un plus de beneficio que hoy por hoy queda lejos de volver.

“No vemos claro que una tienda pueda funcionar con las medidas que se tienen que aplicar ahora”, reconoce Abril, que ha aprovechado el confinamiento para montar su propia tienda en línea, puesto que hasta ahora no tenía. Sin embargo, tampoco cree que su cliente se decante mucho por esta opción, son mucho más de ver y tocar, incluso de hacerse la ropa a medida. De hecho, Abril explica que él ha potenciado las visitas a su taller de Gràcia, donde tiene un showroom y atiende personalmente a su clientela, muy fiel y dispuesta a dejarse aconsejar. No sólo trabaja con ropa de calle, sino que también hace muchas piezas para vestuarios de teatro y otros montajes. “Estoy ofreciendo una venta mucho más personalizada, hago mucha ropa a medida”, explica.

Además de seguir con sus colecciones, Abril y Ponsa están volcados en la confección de material sanitario de protección, como batas y mascarillas, un proyecto que les ha servido para poner su granito de arena para ayudar en estos momentos. Miras también está contribuyendo con la reedición de su icónica camiseta de un retrato de mujer, que ahora es una sanitaria con mascarilla como homenaje al colectivo. Una parte del precio que pagan los consumidores se destina directamente a Médicos sin Fronteras. Además, la diseñadora confecciona mascarillas de calle, una línea que también han abierto Abril y Ponsa.

Una alianza con recorrido

NU#02 era el tercer proyecto en común de los tres diseñadores, que hace tiempo que se aliaron para vender sus creaciones. El primer NU fue el de la feria REC Stores, en Igualada, que también tuvo que anular la edición de primavera por la pandemia, y no está nada claro qué pasará con la siguiente edición, porque es una feria muy masificada. El segundo fue una apuesta para situarse en París, en una pequeña tienda en el barrio de Le Marais, que estuvo abierta cuatro años. Y el tercero era este establecimiento de la calle València, que ya forma parte de la historia de apuestas creativas e independientes de la ciudad que no han podido sobrevivir en medio de la moda más comercial y, todavía menos, a la estocada de la pandemia.