Una encuesta alerta del probable cierre del 35% de comercios de las zonas turísticas de Barcelona

La crisis afecta más a los negocios pequeños de la veintena de ejes centrales de la capital

Barcelona -
Barrio del Born de Barcelona con los comercios cerrados debido al Covid-19Carles Ribas (EL PAÍS)

La crisis por el coronavirus puede acabar pasando una alta factura al comercio y la restauración de Barcelona, especialmente a las zonas más turísticas. Según una encuesta realizada por la Unión de Ejes Comerciales y Turísticos, Barcelona Oberta, que aglutina las 20 principales áreas turísticas, el 35% de los preguntados sobre sus negocios creen que no podrán reabrir cuando lo permita el cambio de fase. Los altos alquileres y la falta de clientes por la caída del turismo son las principales causas.

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La crisis por el coronavirus puede acabar pasando una alta factura al comercio y la restauración de Barcelona, especialmente a las zonas más turísticas. Según una encuesta realizada por la Unión de Ejes Comerciales y Turísticos, Barcelona Oberta, que aglutina las 20 principales áreas turísticas, el 35% de los preguntados sobre sus negocios creen que no podrán reabrir cuando lo permita el cambio de fase. Los altos alquileres y la falta de clientes por la caída del turismo son las principales causas.

Barcelona Oberta cuenta con 2000 asociados y la encuesta fue contestada por 200 de ellos. Con un baremo de posibilidades de mantener el negocio entre el 0 y el 10, el 35% de los preguntados se situaron entre el 0 y el 4. Un 28% manifestó estar en un punto intermedio —de poder seguir pero con dificultades— y el 37% sí está convencido de que podrá superar la crisis.

La posibilidad de acabar bajando la persiana se teme más en negocios pequeños con una actividad muy orientada al turista y con unos alquileres muy altos, según concretan desde la asociación en la que están integrados ejes como el de Paseo de Gràcia, Rambla de Catalunya, Diagonal, Born, Sagrada Familia y Barna Center, entre otros. Son las zonas de mayor paso y consumo de los miles de turistas que cada año visitaban la capital y que difícilmente lo podrán hacer, por lo menos en los próximos meses, debido a las restricciones generalizadas de movimientos de personas en todo el mundo.

“La sensación más generalizada es la de que no hay viabilidad porque han fallado las medidas de las administraciones para parar el golpe”, sostiene Gabriel Jené, presidente de Barcelona Oberta. Se lamenta de que con ello se va a perjudicar a muchas pequeñas y medianas empresas “que son las que no han podido negociar rebajas en los alquileres, han tenido que seguir atendiendo los pagos y a las que no han llegado los créditos del ICO”. El 60% de los comercios de Barcelona Oberta son micro-pymes, con un único punto de venta, facturan menos de un millón de euros al año y tienen 20 trabajadores en plantilla. De hecho, las patronales del sector urgieron al president de la Generalitat, Quim Torra, a que el comercio pudiera reabrir cuanto antes.

La inmensa mayoría de los encuestados, un 79%, presentó ERTE por causa de fuerza mayor y fueron aceptados el 93% de los expedientes. Un 37% de los preguntados contestó que el alquiler se les lleva más del 15% de las ventas, un 27% lo situó entre un 10% y un 15% y al 26% el pago del alquiler les representa menos del 10%. El pesimismo que apuntan desde Barcelona Oberta, que también engloba a bares y restaurantes de los ejes del centro, es compartida por el sector de la restauración que augura que un 25% de los 9.000 bares y restaurantes cerrarán.

Uno de los comerciantes que ha decidido echar el cierre a su negocio es Juan Niubó, propietario de una tienda de complementos de moda de vestir en la calle de Industria, cerca de la Sagrada Familia. “Había hecho una transformación de la tienda y tenía prevista la reapertura para el 12 de marzo, que no pudo ser”, explica. En su caso, a la inversión de la renovación se sumó el pago del alquiler –le aplazaron la mitad de dos meses– pagos a proveedores, suministros y la negativa a acceder a un préstamo del ICO: “Si sumas a todo ese panorama una proyección de ventas muy justa por la crisis en la que quedaremos… al final he decidido cerrar”. Niubó se resiste al pesimismo y asegura que así tendrá más tiempo para dedicarle a la pintura, su otra pasión.

Reconversión en La Rambla

Algunos de los negocios cuyo cliente habitual es el turista están estudiando una reconversión. Es el caso de Amit, que regenta cinco locales de tiendas de souvenirs en La Rambla, todos ellos en el tronco central, desde de la calle del Carme a Santa Mónica. Catalán, de 32 años e hijo de emigrantes de la India, ha ido abriendo las tiendas en los últimos años al calor del auge turístico. “El alquiler más barato que tengo es de 10.500 euros al mes de un local de unos 60 metros, un pago que solo se puede mantener por el volumen del turismo que ahora ha desaparecido. O me reconvierto en otra cosa o voy al concurso de acreedores”, explica. Tiene 20 empleados en las tiendas y está convencido de que el turismo no se recuperará en bastante tiempo.

Reducción de negocios

Algunas empresas tan consolidadas y con un volumen importante, como la óptica Cottet fundada hace 115 años, la crisis económica derivada de la pandemia les obligará a reducir el negocio. “De las 50 tiendas que tenemos en España, una decena no se volverán a abrir. Algunas porque ya antes de la actual crisis no funcionaban bien, otras por cuestiones arquitectónicas y otras porque no se ha podido llegar a un acuerdo en el alquiler”, explica Javier Cottet, presidente de la compañía.






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