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Granada y Jaén, a la gresca por el aeropuerto Federico García Lorca

La diputación granadina pide a la jiennense que se involucre más y aumente su contribución para atraer vuelos al aeródromo común

El 12 de junio de 2006 Jaén se acostó sin aeropuerto y, al levantarse al día siguiente, ya lo tenía. No hizo falta poner un ladrillo, llevar una sola hormigonera o esperar años de construcción y licencias. Bastaron alrededor de 250 palabras en el Boletín Oficial del Estado del 13 de junio y cambiar el cartel del aeropuerto de Granada que, desde entonces, se llama aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén. ...

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El 12 de junio de 2006 Jaén se acostó sin aeropuerto y, al levantarse al día siguiente, ya lo tenía. No hizo falta poner un ladrillo, llevar una sola hormigonera o esperar años de construcción y licencias. Bastaron alrededor de 250 palabras en el Boletín Oficial del Estado del 13 de junio y cambiar el cartel del aeropuerto de Granada que, desde entonces, se llama aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén. El añadido no gustó en Granada y provocó enfados o chanzas a partes iguales pero, pasados las primeras semanas, el asunto cayó en el olvido durante dos décadas. Ahora, cuando la llegada de nuevos vuelos depende, sobre todo, de la inversión publicitaria que los territorios hagan en las compañías aéreas, la paz se ha esfumado. La diputación granadina dice que invierte cada año un par de millones en promoción del aeropuerto, por nada o casi nada de Jaén. Francisco Rodríguez, presidente granadino (PP), se ha llegado a preguntar si, en ese caso, no habría que sacar del título el nombre de Jaén. En la provincia vecina eso ha sentado como un puntapié por inesperado y porque consideran que es injusto.

Aquella orden del BOE, firmada por la entonces ministra de Fomento socialista Magdalena Álvarez, justificó la inclusión del poeta —“promocionar la imagen de estas provincias con una de las figuras más universales de la cultura española”— pero no la de Jaén. Quizá porque no supieron justificarla. Los políticos jiennenses siempre defendieron que ese cambio formaba parte del llamado plan Activa Jaén XXI, un plan aprobado por el gobierno para impulsar el desarrollo de la provincia. Lo cierto es que el proyecto original no incluía ese detalle. Es imposible desligar aquello de la presencia en el Gobierno andaluz del jiennense, entonces todopoderoso, Gaspar Zarrías, que puso todo su empeño en darle a Jaén su aeródromo. Francisco Reyes, presidente socialista de la Diputación de Jaén, explica a este periódico que eso era una demanda del sector turístico de su provincia, que creía que tener el nombre de Jaén en un aeropuerto facilitaba la llegada de turistas.

Fue hace unos días cuando el presidente granadino echó la pelota de la discordia a rodar con una carta a la diputación vecina en la que pedía una reunión para reforzar la colaboración y “mejorar la conectividad del aeropuerto cuyo nombre compartimos” y que “constituye una infraestructura esencial para las dos provincias en su conjunto”. La conectividad —nuevas rutas, vuelos y aerolíneas— es, efectivamente, el único papel que pueden jugar las diputaciones porque los aeropuertos como tales —infraestructura, organización de toda la actividad interior, etc— son propiedad de Aena. Y aunque esta empresa analiza nuevas posibilidades de rutas y conexiones, sus interlocutoras son las compañías aéreas. Así, a las diputaciones —ciudades en otros aeropuertos mayores— solo les queda la promoción turística. Esto es, camelarse a las compañías para que vuelen a sus aeropuertos de la única manera legal en este momento: con campañas publicitarias que intercambian inversión en publicidad por vuelos.

Rodríguez insiste en que Granada invierte hasta dos millones al año en esas campañas. Reyes, que no tiene datos de su inversión cuando habla con EL PAÍS, se ha negado por el momento al encuentro a dos que le pedían desde Granada y ha remitido a un encuentro más amplio, con otros ayuntamientos e instituciones relacionadas con el aeropuerto. El presidente de la Diputación de Jaén, que tampoco tiene datos sobre el efecto de tener un aeropuerto con su nombre sobre el turismo en su provincia, acusa al presidente granadino de desconocer cómo se ha funcionado sobre esto desde 2006 y desconocer también “la magnífica relación histórica entre las dos provincias”. Y añade: “Quizá se acuerda ahora de nosotros porque hace unos años tenía 14 vuelos diarios y ahora solo tiene ocho, con dos internacionales a París y Ámsterdam, que dentro de poco se quedará en solo uno porque el de París está a punto de terminar”.

En cualquier caso, lo cierto es que, por unas razones u otras, el aeropuerto granadino no acaba de levantar cabeza. Situado en la localidad de Chauchina, —a 17 kilómetros de Granada capital, a 50 de las dos localidades jiennenses más cercanas, Alcalá la Real y Noalejo, y a 96 de Jaén ciudad—, su mejor año fue 2019, el anterior a la pandemia, con algo más de 1,2 millones de viajeros. Desde entonces, hace ya seis años, no ha llegado siquiera a esa cifra que, según los indicadores, podría alcanzarse este 2025.

La negativa del presidente jiennense a reunirse enfadó mucho a su homólogo granadino. “Desde que llegamos al Gobierno, el presidente de la Diputación de Jaén no ha buscado nunca un minuto para charlar de la promoción turística, pero cuando volamos en el vuelo que conseguimos con Ámsterdam, ahí estaban los primeros para vender que a su aeropuerto llegaban más vuelos. No es normal que en Granada tengamos una partida de 2 millones de euros para conseguir más vuelos y que la Diputación de Jaén no haya puesto un euro y no encuentre un minuto para reunirse. Por eso lanzamos, entre comillas, el órdago de que si no iban a estar, pues que no estuvieran de ninguna manera”. Sin aclarar la cifra de su inversión, el jiennense niega la mayor y asegura haber invertido en campañas publicitarias en París y Roma.

Y aunque el órdago del cambio de nombre parece solo una provocación —entre otras cosas porque eso depende del Gobierno, socialista como Reyes, en este momento—, la disputa queda a la espera de esa reunión entre diversas instituciones y localidades relacionadas con el aeropuerto que subdelegación de gobierno, responsable de la convocatoria, dice que ya está en marcha, pero que hay que poner de acuerdo a mucha gente. El final de la historia está por escribir, pero no parece que pase por cambiar el nombre del aeródromo, sino porque alguien tendrá que ceder y, aunque no le guste, poner más dinero.

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